Feminismo en la literatura YA: el lanzamiento de Moxie confirma la tendencia que se hace eco en el mundo
"La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados". La frase pertenece a Simone Weil, la filosofa francesa que fue homenajeada a comienzos de este mes, cuando sus restos ingresaron con todos los honores al Panteón de París. Alcanzar una sociedad igualitaria es uno de los mayores retos y desafíos que encaran millones de mujeres en el mundo y, sin duda, una de las mejores formas de conseguirlo es a través de la educación; y la literatura, es clave a la hora de generar debates e instalar temáticas. Desde hace tiempo la literatura juvenil explora diversas temáticas, rompe con tabúes y estereotipos, por lo que no es de extrañar que el feminismo haya encontrado un aliado, sólo basta pensar en los buenos ejemplos de personajes femeninos, fuertes y decididos que desfilan por la saga Harry Potter, en Los Juegos del hambre, con una Katniss Everdeen dispuesta a una revolución y una Tris Prior, de Divergente capaz de romper con lo establecido. La lista sigue sumando "anti princesas", ya sea desde libros que recuperan biografías de mujeres, hasta aquellas novelas que instalan temas de agenda como el aborto y la diversidad sexual (hoy, a las 16, en la sala Federal del CCK, Flor Méndez, Bel Riddle, Fede Valotta, Sofía Olguín y Agus Kim estarán al frente del debate Soy lo que soy, en el marco de la Feria del Libro Infantil y Juvenil. Entrada gratuita).
Abrir espacios que no carguen con estereotipos de géneros, alzar las voces, esa es la tendencia y el fenómeno que Moxie (VRYA), la novela de Jennifer Mathieu generó en el mundo, y ahora en Argentina, es un claro ejemplo de la necesidad de hablar de "ciertas cosas" y Mathieu llo confirma en esta entrevista.
En una carta que la propia autora escribió a sus lectoras y que aparece al final del libro Jennifer Mathieu (hija de madre cubana y padre chileno) dice: "Cuando me empezó a interesar el feminismo y el movimiento feminista, allá lejos y hace tiempo, a principios de los 90, la persona promedio no tenía acceso a Internet. Si no fuera por la revista Sassy y mis experiencias en la universidad, hubiese pasado demasiado tiempo sin tener idea de lo inspirador, gratificante y, sí, alegre que puede ser vivir la vida como feminista (…) Si queres tener un buen libro en tus manos, a la vieja usanza, te recomiendo fervientemente Full Frontal Feminism: A Young Woman's Guide to Why Feminism Matters, de Jessica Valenti y Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi. Si quieres ver un documental interesante, te recomiendo Ella es hermosa cuando está enojada, de Mary Dore.".
–Jennifer este libro está dedicado a adolescentes y mujeres que luchan por la igualdad, pero también a un maestro muy particular que te llamó "feminazi".
–Oh, ese profesor ¡fue un idiota! No debería haberle permitido que siga enseñando a niños. Sin embargo, como mencioné en la dedicatoria del libro, ciertamente me motivó. Que él y otros me llamaran feminazi me proporcionó un sentido de curiosidad para comprender por qué una mujer joven, que defiende sus derechos, genera una reacción tan airada en un hombre. Parecía tan obvio y simple para mí que los hombres y mujeres jóvenes debían tener los mismos derechos, que en realidad me sorprendió que alguien pensara lo contrario. Con esa curiosidad y confusión como motivador, comencé a explorar el mundo, a mirar a mí alrededor con los ojos bien abiertos y así comencé a leer más sobre el movimiento de mujeres. Lentamente, con el tiempo, comencé a comprender la importancia de la liberación de las mujeres, tanto a nivel personal, como en el marco del sistema. De modo extraño, estoy agradecida con esa misógina porque me permitió ir más allá.
La novela cuya portada muestra un puño cerrado y en alza y que proclama ¡Es hora de pelear como una chica!, tiene como protagonista a Vivian Carter, una adolescente de 16 años que está harta de los códigos de vestimenta sexistas y del acoso en los pasillos en su escuela secundaria, en una pequeña ciudad de Texas. El pasado audaz, atrevido y feminista de su madre se convierte en la inspiración que necesita para idear su propia manera de desafiar lo establecido. La presentación oficial de Moxie será este jueves, a las 18, en El Ateneo Grand Splendid (Av. Santa Fe 1860, 2º piso). En la ya clásica juntada VRYA estarán presentes bloggers, booktubers e invitados especiales.
–¿Cuál fue la inspiración para Moxie?
–Nace de mi antiguo amor por la música de Riot Grrrl y la cultura de Riot Grrrl. Esa subcultura estaba realmente en su apogeo cuando era joven, ahora tengo 41 años, y siempre quise escribir un libro sobre ella. Sin embargo, también quería hacerlo contemporáneo y fresco para el público joven de hoy. Literalmente estaba descansando en mi sofá pensando en cómo podía hacer esto cuando en mi mente brilló la imagen de una niña que encontraba la colección de Riot Grrrl de su madre en una caja de zapatos en un armario. ¡La trama me llegó muy rápido después de eso!
–Vivian se adueña del término "moxie" para encarar su lucha. ¿Qué significado tiene para vos?
–Energía, chispa, entusiasmo y audacia. Significa defenderse y decir lo que uno piensa, pero hacerlo con sass (descaro) y por supuesto dejar una huella. Moxie, es una palabra pasada de moda, que ya no escuchas en los Estados Unidos, así que fue divertido traerla de vuelta.
–Sin alejarte del espíritu central, buscaste y sin duda lo lograste, que la lucha fuera inclusiva.
–Era muy importante para mí. El movimiento Riot Grrrls pertenecía a todas las chicas que querían llamarse a sí mismas de esta manera, sin embargo no siempre daba la bienvenida a las chicas de color. Quería que Vivian se inspirara en el movimiento, y que otras jóvenes desde el anonimato se apropiaran del término, pero desde la inclusión. Quise dejar en claro a los lectores que el feminismo es para todas las chicas y que el movimiento feminista, en su conjunto, no siempre ha sido bueno al amplificar las voces de las mujeres más marginadas. Me gusta cómo el libro permitió que todos los grupos fueran líderes de Moxie, a su manera.
–La novela fomenta la solidaridad, el mirar al otro y destaca la importancia de armar una red. Propuesta que generaste a través del sitio (moxiegirlsfightback.com) y el email (moxiegirlsfightback@gmail.com) con el que invitas a sumar voces. ¿Qué tal la repercusión?
–La recepción de Moxie me impresionó tanto. Fue abrumadoramente positiva. Recibo correos electrónicos y mensajes en Twitter y Tumblr de mujeres jóvenes y de algunos tipos geniales que me informan cuánto los ha motivado, inspirado y validado el libro. Probablemente los mejores correos provengan de jóvenes que están comenzando sus propios clubes feministas en sus escuelas y quieren contarme al respecto o me piden consejos. Es maravilloso saber que lo qué escribí generó este impacto. También estoy agradecida por los emails de chicas que me contaron que ni siquiera se dieron cuenta de que eran feministas hasta que leyeron Moxie, pero ahora están orgullosas de llamarse a sí mismas de esta manera.
–Al leer la historia uno se encuentra con citas de adolescentes reales. ¿De qué manera tu experiencia como profesora de secundaria ayudaron a dar forma al mundo de esta novela?
–Siempre digo que estoy rodeado por el ritmo de la adolescencia. Realmente no tomo tramas o personajes de mis alumnos, los que aparecen en mis libros son totalmente ficticios, pero el simple hecho de estar rodeada de jóvenes y escuchar cómo hablan e interactúan me ayuda. Espero crear una voz auténtica. Los adolescentes a menudo se describen como pequeños adultos precoces o estúpidos estereotipos, cuando en realidad son mucho más complejos que eso. Para Moxie, en particular, soy testigo del sexismo que las adolescentes todavía enfrentan en las escuelas, desafortunadamente. Además de escribir Moxie con eso en mente, también soy patrocinadora del Club Feminista de mi escuela, algo que disfruto mucho.
–Viv es una protagonista que experimenta mucho miedo, que teme ser vista, escuchada, juzgada. Ella está enojada, pero en silencio. ¿Qué mensaje buscas dejar en esas chicas que no se animan a decir lo que piensan y sienten?
–Traté de convertir a Vivian en un personaje con el que muchos lectores pudieran encontrar algo sobre sí mismos, que sirviera de inspiración. Muchas niñas se consideran incapaces de ponerse de pie y hablar, o son tímidas, o temen ser juzgadas o burladas. Espero que Vivian inspire a los lectores jóvenes a encontrar una manera de ponerse de pie. de una manera que funcione para ellos. Tal vez nunca se sientan cómodas liderando una marcha, pero pueden encontrar una manera de defenderse que sea más subversiva o silenciosa, pero igual de poderosa. Hay formas de defenderse que no necesariamente implican ser el centro de atención. Tal vez comiencen anónimamente o recaudando fondos por una causa que les importe. Tal vez encuentren el coraje para hablarle a ese pariente o amigo que dice cosas sexistas con regularidad. Hay muchas maneras de ser una chica Moxie en la vida real.
–¿Podés contarnos algo sobre tu próximo proyecto?
–¡Sí! Mi próximo libro se llama The Liars of Mariposa Island y saldrá en los Estados Unidos en el otoño de 2019. Fue inspirado en parte por un episodio del programa de radio This American Life, y cuenta la historia de Joaquín y Elena, dos hermanos adolescentes que viven con su madre tóxica y alcohólica en una isla frente a la costa del Golfo de Texas. Se remonta a la tumultuosa adolescencia de la madre de ellos, que huyó de la Cuba comunista. Mi madre se fue de Cuba a principios de la década de 1960, así que pude entrevistarla a ella y a mis tías para este libro, y fue realmente útil. En definitiva, esta historia trata sobre una familia que vive en la mentira, incluso este amor feroz entre hermanos, podría no ser suficiente para salvarlos.
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