Fantasmas que hablan en el Museo Nacional de Bellas Artes
Mañana se inauguran muestras de artistas muy distintos, William Forsythe y Alfredo Hlito, que coinciden sin embargo en apelar con sus obras al misterio y a la palabra
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Es un imán para grandes y chicos en la era de las selfies, la interactividad y la compulsión por compartirlo todo en redes sociales: las siluetas de los visitantes se deforman segundos después de registrar su movimiento, y se transforman en las pantallas en figuras fantasmagóricas que parecen flotar sobre el hall central del Museo Nacional de Bellas Artes. Una nena corre hacia el videowall, y luego se detiene a observar fascinada cómo parece perseguirla esa suerte de espíritu familiar.
“El público debe moverse o la obra no habla” es la advertencia enviada por el célebre bailarín y coreógrafo neoyorquino William Forsythe, que desdibuja los límites entre la performance, la escultura y el video con sus instalaciones y películas, antes de viajar en septiembre a Buenos Aires como artista participante de la cuarta edición de Bienalsur.
“Hablar” significa en este caso que el programa responda al movimiento con la creación visual de los espectros. Pero algunos de sus “objetos coreográficos” interactivos, que se alojarán también desde el sábado en la sede Hotel de Inmigrantes del Muntref, apelan a las palabras en forma literal: “Alejarse diecinueve pasos del banco, con los ojos cerrados. Caminar hacia atrás y sentarse”, dicen sus instrucciones grabadas en distintos idiomas sobre bancos de madera, ubicados al aire libre en el patio posterior del museo.
Esa forma de deambular a ciegas, similar a la de un zombie pero de espaldas, invita a responder algunas de las preguntas que inspiran este proyecto. Por ejemplo, quiénes y de qué manera habitamos los lugares públicos. “Sabemos que todos tenemos derecho a la cultura, a transitar por sus espacios y a disfrutar de sus ofertas. Sin embargo, no todos los sectores sociales se sienten con derecho a estos accesos”, observa Diana B. Wechsler, directora artística de Bienalsur y curadora de este circuito porteño pensado como una “invitación inclusiva” a participar de una experiencia performática.
Tanto las palabras como lo espectral conectan el lenguaje contemporáneo de Forsythe con el de Alfredo Hlito, uno de los fundadores de la vanguardia del arte concreto argentino en los años 40, de cuyo nacimiento en Buenos Aires se cumplió este año un siglo. Fallecido hace tres décadas, mantiene sin embargo su mensaje vigente. Una terca permanencia se titula justamente la muestra curada por María José Herrera que reunirá desde mañana más de un centenar de piezas inspiradas en un misterioso personaje que él llamó “efigie”.
“¿Qué sería de la obra de arte rodeada del más completo silencio? El lenguaje verbal es el único medio del que disponemos para incorporar a la obra de arte en los otros planos de la experiencia, expandir el significado o los significados posibles”, se preguntaba el artista en 1958. Así que sus propias palabras regresan ahora para aportar sentido a estas enigmáticas siluetas andróginas que comenzaron a aparecer cuando se radicó por un tiempo en México y se convirtieron en personajes icónicos de su obra, desde principios de los años 70.
“Puedo verte, Efigie, a través de muros opacos y calles ruidosas -escribía en 1977-. Tranquila y como acechante, me aguardas. Últimamente, te complaces en oponer a mis fútiles cuidados una terca permanencia. Quise llevar el registro exacto de mis humores cambiantes y advertí que no cambiabas conmigo. Te aseguro que llegué a detestar tu presencia. Te agredí, te deformé, y tu continuabas permaneciendo”.
Tan presente estaba que una de sus últimas pinturas se titula Efigie observada: muestra a una silueta recostada, asistida por otras dos que se inclinan sobre ella. Él moriría un año después, de un infarto, y su cuerpo fue hallado en el piso. “Por su prestigio o con fines devocionales, en distintas culturas la efigie funciona como un retrato que evoca la imagen de un personaje ausente –explica Herrera-. Presencia mágica, fantasmática, alter ego del artista o personalización de la pintura, Hlito dialogaba con la efigie, su imagen sin modelo, y fue mostrando las diversas configuraciones y significados que adquirió”.
Para agendar:
- William Forsythe, Buenos Aires, desde mañana a las 19 en el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473) hasta el 18 de septiembre y en la sede Hotel de Inmigrantes del Muntref (Av. Antártida Argentina S/N), desde el sábado a las 12.30 hasta el 31 de diciembre.
- Alfredo Hlito. Una terca permanencia, desde mañana a las 19 en el MNBA hasta el 15 de cctubre. Todas con entrada gratis.
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