Fangio, Athualpa, Darín y Favaloro: 40 años de premios Konex en 10 anécdotas
Año 1979. Luis Ovsejevich manejaba el auto acompañado de su familia. Tras un largo tiempo como profesor en la Universidad de Buenos Aires, el abogado, empresario, escritor, pianista, ajedrecista y posterior director del Teatro Colón, una persona que ha dado la vuelta al mundo, tuvo una idea: crear un distintivo de prestigio que premiase a los máximos exponentes del quehacer nacional. A los pocos meses, los Premios Konex eran una realidad.
Creada la Fundación del mismo nombre, concebida como "un faro para la cultura argentina", la iniciativa se materializó en 1980, coincidiendo con los 400 años de la fundación de la ciudad de Buenos Aires por Juan de Garay. Ahora, los galardones cumplen su cuarenta aniversario, y mañana, a las 18, reconocerán a lo mejor de la Música Clásica de la década pasada.
Deportes, Espectáculos, Artes Visuales, Ciencia y Tecnología, Letras, Música Popular, Humanidades, Comunicación y Periodismo, Instituciones-Comunidad-Empresa y Música Clásica son las diez categorías sucesivas del premio. En la primera década, se reconoció a los mejores exponentes de la historia; a partir de entonces, a los de los últimos diez años.
Cada actividad abarca veinte disciplinas, determinadas cada año por un jurado de personalidades destacadas del rubro. De cada una, se elige a cinco exponentes, es decir, a cien personas en total, que recibirán los diplomas al mérito. De esos cinco, solo uno recibe el Konex de Platino, veinte en total, de entre los cuales destacará solo uno con el galardón de Brillante (aunque a veces hay empates). "Cada año llamo personalmente a cada uno de los cien premiados para comunicárselo", cuenta Ovsejevich.
Este año, el máximo galardón, el Konex de Brillante, es para el destacado coreógrafo Oscar Araiz.
Con el correr de las décadas, las sedes de la ceremonia fueron variando: desde el Centro Cultural San Martín a los teatros Colón, Coliseo y Cervantes, hasta la Facultad de Derecho y, a partir de 2005, la Ciudad Cultural Konex. Las galas, que duran entre 60 y 75 minutos, tienen breves intervenciones de los máximos ganadores. Fernando Bravo, Canela, Leopoldo Costa, Magdalena Ruiz Guiñazú, Julio Lagos y Juan Micheli, entre otros, tuvieron a cargo la conducción de la ceremonia.
Cuatro décadas, con sus miles de premiados, han dejado estampas y anécdotas para el recuerdo, discursos humorísticos –como el de Ricardo Darín, en 2011 –, agradecimientos por video como los de Maradona, Barenboim o Ginóbili, y máximas estatuillas que han recaído en baluartes nacionales como Atahualpa Yupanqui, Gregorio Weinberg, Mercedes Sosa, Félix Hipólito Laíno, María Rosa Gallo, Juan Carlos Distéfano, René Favaloro, Adolfo Bioy Casares o Carlos Fayt.
Fangio: "Que no me falle el de la zurda"
Juan Manuel Fangio fue el primer Konex de Brillante. Recibió el trofeo en el Luna Park en 1980, en una cena para 1800 personas conducida por Leopoldo Costa y transmitida en directo por canal 11. El nombre del ganador era sorpresa y competía con Monzón, Furlong, Vilas... El jurado votó con todos en el escenario y Fangio obtuvo 17 de los 20 votos. Tenía 69 años. En su discurso, le pidió al "de la zurda", refiriéndose a su corazón, que no le fallara, por la emoción. Dijo que era la primera vez que lo premiaban en la Argentina.
El primer empate: Vehil vs. Alcón
1981. Día de la entrega final en el Coliseo e igual cantidad de votos para Luisa Vehil y Alfredo Alcón. El fundador de la Fundación insta al presidente del jurado, Ulyses Petit de Murat, a definir el premio, pero no pudo elegir: "eran dos monstruos", señala Ovsejevich. La decisión: dar un empate, normativa que sirvió después para toda la historia de los Konex.
El último premio nacional para Borges
Al igual que ocurrió con Federico Leloir en 1983, cuando resultó indiscutido ganador en su categoría, ¿quién podía en 1984 superar a Borges en Letras?. Fue el último premio que el escritor recibió en el país y de los últimos que le dedicaron en vida. Ya muy mayor, no habló en la ceremonia, a la que acudió con María Kodama. A los dos años, falleció en Ginebra. La última foto que publicaban los medios en la época era la suya con el Konex de Brillante.
Spinetta, multipremiado y lo más visto
Luis Alberto Spinetta fue de los pocos, sino el único, que obtuvo el Konex de Platino en tres oportunidades: 1985, 1995 y 2005, pero solo fue a la primera entrega. No iba a recoger los premios. El último año, la Fundación le llevó la estatuilla a su estudio y grabó un video, el más visto de la entidad, en el que el Flaco agradece el galardón, pero no lo acepta: "No por hacerme la estrella sino porque hay que trabajar mucho para que esto signifique y me la crea", dijo, y se lo dedicó a sus padres y a Piazzolla. En 2015, ya fallecido, se lo recordó con el Konex de Honor.
Televisación prohibida en los 80
En el 81, los canales estaban en manos de la Junta militar. Cuarenta y ocho horas antes avisaron a la Fundación que la televisión no transmitiría los premios porque se estaban reconociendo "a gente de izquierda": Norma Aleandro, Alfredo Alcón, David Stivel. Ovsejevich realizó un duro discurso contra esta medida. "La gente me miraba y decía: a este tipo mañana lo secuestran… pero no me pasó nada", recuerda. Tras intermitentes teletransmisiones, desde 2005 se televisa anualmente.
La estatuilla, con las "Malvinas argentinas"
Marta Minujín y Rubén Fontana insistieron en varias ocasiones a la Fundación para que "modernice" el diseño del trofeo, lo cual no ocurrió. La estatuilla refleja "seriedad y solidez" y siempre fue la misma: un diseño de columnas escalonadas inspirado en el logo de la empresa Konex (creada por el fundador), lleva el nombre escrito y el mapa de la Argentina, con las Islas Malvinas incluidas.
Marco Denevi y una contradicción
En 1982, Marco Denevi cuestionó en una carta a LA NACION que se inventara un premio "a los mejores. Decía que no hay mejores". Ulyses Petit de Murat le contestó que era el menos indicado para decir eso ya que, recientemente, Time lo había premiado por su Rosaura a las diez, y Life, por Ceremonia Secreta, reconocimientos que aceptó. En el 84, Ovsejevich lo llamó para comunicarle que lo premiaban en novela, que lo rechazó siendo coherente con sus palabras. Diez años más tarde, lo vuelven a galardonar. "Lo llamo y me dijo, riéndose: ‘ya prescribió’. Lo aceptó y lo vino a buscar", cuenta el primero.
Cultura versus Videomatch
Corría el año 89 y se cumplía la primera década de los premios. La Fundación propuso a Pedro Simoncini, dueño de canal 11, ocupar el espacio muerto de la grilla a la medianoche con un programa cultural de entrevistas a los premiados Konex. "En este momento estamos con otro proyecto, no puede ser", dijo el empresario de medios. ¿Cuál era ese proyecto? Videomatch, que así nacía y terminó copando el rating de la televisión argentina.
Graciela Borges, primera y última
En 1981, los Konex vivían su primera edición dedicada a Espectáculos y Graciela Borges, una de las divas del momento, fue la primera en llegar a la entrega en la Casa del Teatro. Era una de las premiadas y, al llegar, preguntó: "¿Esto a qué hora termina? Porque tengo otra reunión, no tengo mucho tiempo". El acto terminó dos horas más tarde y allí estaba la actriz. "Imagino que, por si todo era un desastre, dijo lo que uno siempre dice cuando no sabe qué puede pasar: tengo otra reunión… pero se quedó", cuenta el creador de los premios.
Jorge Graciarena: la foto difícil
La Fundación Konex Fotos editó una importante publicación sobre la historia de los premios, con retratos de cada galardonado. Son centenares de fotos que componen un puzzle con las personalidades más destacadas de la Argentina. Al hacer el libro, solo faltaba una fotografía: la del sociólogo Jorge Graciarena, que se negaba a ser retratado. La gaceta de Tucumán cedió la foto en que lo habían retratado: una imagen de los 70 en la que sorprende su parecido con Juan Domingo Perón.