Falleció el periodista Diego J. Zamit
Fue un pionero de la prensa sureña
Pionero del periodismo patagónico, falleció en Comodoro Rivadavia el doctor Diego Joaquín Zamit, fundador y director del diario Crónica de esa ciudad y personalidad clave en la afirmación de Chubut como Estado provincial.
Nació en la Capital Federal en 1922. Allí cursó estudios primarios y secundarios e inició la carrera de Derecho.
En 1947 contrajo matrimonio con Herminia Presas -con quien tuvo cuatro hijos- y se trasladó luego a Río Gallegos. En esa ciudad trabajó como abogado y profesor de Historia e Instrucción Cívica en el Colegio Nacional.
Su actividad docente continuó en Comodoro Rivadavia, donde enseñó en el Colegio Nacional y en la Escuela Industrial. Más tarde fue miembro fundador y secretario del primer consejo superior de la Universidad Nacional de la Patagonia.
Formó parte de la convención constituyente que en 1958 redactó la Constitución de Chubut. Su lucha por el desarrollo de la provincia sería nuevamente premiada en 1994, cuando integró una nueva convención constituyente que introdujo reformas a la Carta Magna provincial. Además fue diputado provincial por la Democracia Cristiana durante la gestión del gobernador Roque González.
También abogó enérgicamente por la construcción del acueducto Lago Musters-Sarmiento-Comodoro Rivadavia, que costó 100 millones de pesos y fue inaugurado el año pasado, mejorando el abastecimiento de agua potable en la zona.
En 1960, un grupo de obreros gráficos recurrió a Zamit para que los ayudara a editar un diario, ya que no contaban con recursos. Dos años más tarde aparecía en Comodoro Rivadavia el número cero de Crónica, bajo la consigna "Sólo la verdad nos hará libres".
Este principio fue el cimiento de su fecunda carrera periodística, que lo llevó a ser miembro fundador de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), de la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (ADIRA) y de la agencia periodística Noticias Argentinas (NA).
Sus restos fueron inhumados en Comodoro Rivadavia. El sepelio, con una gran concurrencia, fue una elocuente muestra del dolor que su muerte produjo en el pueblo de Chubut.