Facebook volvió a censurar una obra de arte
Facebook censuró ayer la fotografía de un desnudo de una exposición del Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo Español, situado en Valladolid, en la que se ven los pechos de una mujer mientras se quita la ropa. La imagen, titulada Desnudo con punto a rayas (París, 1970), es de Willy Ronis (París, 1910-2009), considerado uno de los grandes fotógrafos humanistas de la historia, que se destacó por retratar la vida en la posguerra tanto en la capital francesa como en la Provenza, una región del sudeste de Francia.
El propio Patio Herreriano lo confirmó en su cuenta de Twitter: "Sí, efectivamente han eliminado esta foto de #WillyRonis de nuestro último post en FB y no podemos publicar nuevos contenidos hasta el próximo lunes en esa red. Los algoritmos de @facebook no saben distinguir contenido inapropiado de una obra de arte".
El caso de la censura de la imagen Desnudo con punto a rayas no es el primero que afecta a Facebook. El pasado diciembre, por ejemplo, una usuaria italiana, Laura Ghianda, denunció que los administradores de la red social habían censurado una publicación en su muro con la foto de la Venus de Willendorf, una escultura paleolítica datada entre el 25.000 y el 28.000 a.C. Hace solo un mes, en marzo, Facebook censuró La libertad guiando al pueblo, el cuadro más famoso de Eugène Delacroix, por mostrar un pecho.
Ronis se destacó por su mirada hacia lo cotidiano para elaborar microrrelatos a partir de personajes y de situaciones que tienen como marco la calle. Su obra testifica la actividad de un fotógrafo que se inscribe en la historia del siglo XX. Fue él, junto con otros fotógrafos -entre ellos, Robert Doisneau, Izis, André Kertész y Brassaï-, el responsable de esa imagen en blanco y negro, cándida y romántica del París de mediados del siglo XX.
Un maestro detrás de la lente
"Nací con un meticuloso gusto por la música. Durante mucho tiempo, hasta los 16 o 18 años, pensé que iba a ser compositor", recordaba el artista en una entrevista grabada en los últimos años de su vida. Su madre, profesora de piano, le inculcó la pasión por la música. Fue también quien le aconsejó visitar el Louvre. Admiraba a los pintores flamencos. De la descripción de lo cotidiano que observó en su pintura surgió la búsqueda del fotógrafo por los momentos triviales y fugaces de la vida diaria. Su padre era fotógrafo y dueño de un estudio de fotografía de retrato. A los 15 años le regaló su primera cámara y cuando enfermó de cáncer le pidió que se hiciera cargo de su negocio. El 14 julio de 1936 se lanzó a la calle para documentar el ascenso del frente popular en París.
Las clases más desfavorecidas y desestabilizadas encontraron siempre un lugar en la mirada del autor. Cubrió, como encargos para distintas publicaciones, los conflictos de Citroën o Renault, y documentó, entre otros, a los trabajadores textiles de la Alsacia y a los mineros de Saint Étienne. También trabajó para la agencia Rapho, y entre sus mejores amigos se encontraban David Seymour y Robert Capa, fundadores de Magnum. Con ellos compartía la necesidad de reivindicar los derechos de autor del fotógrafo.
La mayoría de sus imágenes están tomadas en la calle. Además, catalogaba cada uno de sus negativos, que iban acompañados de una pequeña narración donde explicaba los detalles de cada toma. Tocó múltiples géneros, entre ellos, el desnudo. Una de sus fotos más famosas, El desnudo provenzal, es la que tomó a su mujer, Mari Anne Lansiaux, cuando la sorprendió lavándose en su cabaña de Gordes, en Provenza.