Extravíos y pasiones
Ella ríe sin embargo. Obra Reunida (1962-2008)
Por Perla Rotzait
Una trayectoria silenciosa, signada por los desvelos y la minuciosidad en la elaboración del poema, explica la publicación de Ella ríe sin embargo, volumen que incluye los trece libros que Perla Rotzait editó entre 1962 y 2006, además de dos poemarios inéditos: y tendrá tus ojos y Siete veces cero/ Siete veces noche.
Versos de extensión breve, un léxico despojado, el uso pronominal del "tú" y el recurso de la anáfora son algunos de los rasgos predominantes de los poemas de Rotzait, aunque en verdad hay una variedad de formas y procedimientos. La experiencia vital, registrada frecuentemente bajo la forma del "vacío", el "ensueño" o la "intemperie", impregna el imaginario y el discurso de los poemas iniciales. Este aspecto se atenúa paulatinamente: el yo lírico ríe, y la dicha sobrevendrá, a pesar de todas las contrariedades: "(...) la vida con alegría/ llega sola./ Viniendo./ Viniendo." Palabras que evocan un sustrato metafísico, desterradas del léxico de la poesía argentina reciente, como "ser" y "hombre", son transcriptas en los primeros poemas de la autora.
El tiempo de la quietud es el contexto elegido para enunciar, como si la propia quietud afectara cualquier movimiento o gesto espontáneo, y petrificara también las decisiones del yo lírico sumido en un mundo onírico ("A veces sueño que sueño en otros siglos"). Sin embargo, el propio yo muta a través de los libros siguientes. En los inicios aparece como impasible e imposibilitado de registrar los vaivenes del exterior; el contraste con textos posteriores es evidente, ya que la figura del yo sufre una apertura progresiva. Aun así, el aire legendario, profético y, a menudo, sentencioso de los textos refiere avatares de un tiempo desalojado de la sucesión, como si los hechos que se cuentan acontecieran en una suerte de pequeña eternidad: "Supo que todos los tiempos/ y todos los sueños/ eran un día/ y un día la lenta y llorada muerta".
Los poemas de Rotzait experimentan una conflictiva y contradictoria relación con el tiempo, tema crucial de esta poesía, pues en ocasiones el propio tiempo se convierte en el soporte del que se extrae una imagen ejemplar o universal y, en otras, es el indicio de un presente cambiante en el que ocurren los dilemas y las pasiones. Esta doble perspectiva supone una lectura tensa de la Historia, pero también proyecta la certeza de que, más que los grandes procesos, son los hechos particulares y la experiencia personal lo que conduce a la verdadera pasión y al verdadero extravío.