Exhiben marfiles hallados por el esposo de Agatha Christie
El Museo Británico adquirió la colección en US$ 1,8 millones
LONDRES.- El Museo Británico exhibirá a partir de la semana próxima una colección de marfiles decorativos descubiertos hace medio siglo por el primer marido de la escritora de novelas de misterio inglesa Agatha Christie, el arqueólogo Max Mallowan, en Nimrud, en el actual Irak.
Según se informó en Londres, el museo compró la colección, que consiste en mil piezas catalogadas y 5000 fragmentos sin catalogar, al Instituto de Estudios Británicos de Irak, en 1,88 millones de dólares. Se trata de la segunda adquisición más cara que realiza el museo.
Max Edgar Lucien Mallowan (1904-1978), esposo de la creadora del detective Hércules Poirot, estuvo al frente de la Escuela Británica de Arqueología en Irak (predecesora del instituto) entre 1949 y 1963, y dirigió las excavaciones de Nimrud, iniciadas por Austen Henry Layard.
Christie, que solía acompañar a su marido en los viajes de estudio, escribió en aquella ciudad una de sus mejores novelas, Intriga en Bagdad . Nimrud fue la antigua capital de Asiria y es de allí de donde proceden las piezas de 3000 años de antigüedad que compró el museo.
Según varias biografías del matrimonio, Mallowan descubrió esos marfiles, junto con su esposa, y los catalogó. El arqueólogo describió aquellos trabajos en su obra Veintinueve a ños de descubrimientos mesopotámicos, y Christie se refirió también a ellos en su libro autobiográfico y de viajes Tell me how you live (1946).
"Nimrud es uno de los más importantes yacimientos arqueológicos de Medio Oriente y los marfiles allí encontrados figuran entre los productos más exquisitos jamás descubiertos en una excavación arqueológica", afirmó John Curtis, del departamento de Medio Oriente del museo.
La colección, que ha estado almacenada desde 1963, nunca se exhibió al público. Los marfiles, hechos en su mayoría en ciudades sirias y fenicias y llevados a Asiria como parte de algún botín o como tributos, datan de entre los siglos IX y VII a.C. En su mayoría constituían elementos decorativos de muebles, carruajes y arreos de caballos, y muchos estaban originalmente recubiertos de oro y piedras preciosas. Algunos de ellos representan animales y figuras humanas o motivos florales y geométricos.
La adquisición ha sido posible gracias a generosos donativos de los Amigos del Museo Británico, del Art Fund y del National Heritage Fund y al propio Instituto de Estudios Británicos de Irak, que donó un tercio de la colección. Otro tercio de las piezas se quedará en el instituto, con la esperanza de que un día puedan volver a Irak.