Estocolmo desiste de contactar a Bob Dylan
La Academia sólo espera ahora que el músico vaya a recibir el premio
Desde 1901, cuando se entregó el primer Nobel de Literatura, sólo un hombre rechazó a conciencia el premio. Fue el escritor y político francés Jean-Paul Sartre. Se lo quisieron dar en 1964, pero él se negó porque rehusaba los honores oficiales.
El poeta y novelista ruso Boris Pasternak tampoco lo quiso en 1958, pero no por decisión propia -de hecho, lo aceptó en primera instancia-, sino por las presiones del régimen soviético.
En estos días se abre el interrogante respecto de si el nuevo Nobel de Literatura, el músico estadounidense Bob Dylan, seguirá los pasos de Sartre y rechazará el premio. Porque desde que se conoció el fallo de la Academia sueca, el pasado jueves, el artista no dio señales y, aunque esto no sorprenda por tratarse de un personaje siempre enigmático, su silencio está alimentando las especulaciones. Desde esa fecha, el galardonado no hizo ninguna declaración pública ni comentarios al respecto en los conciertos que ofreció en los Estados Unidos.
La Academia intenta desde entonces contactarlo, sin éxito. Hablaron con el agente de Dylan y con personas de su entorno, pero no llegaron a él. Pero ayer en Estocolmo anunciaron oficialmente que desisten en su intención de comunicarle directamente su distinción. Así lo explicó la secretaria permanente de la institución encargada de la elección del premio en esta categoría, Sara Danius, quien se mostró confiada, sin embargo, en que el músico asistirá el próximo 10 de diciembre en Estocolmo a la ceremonia de entrega del premio.
Danius, sin embargo, no se mostró preocupada al respecto y añadió, en cambio: "Tengo el presentimiento de que Dylan va a venir. Puedo equivocarme y claro que sería una pena que no lo hiciera, pero en cualquier caso la distinción es suya y no podemos responsabilizarnos de lo que pase ahora. Si no quiere hacerlo, no vendrá, pero la ceremonia será una gran fiesta igual", aseguró.
La Academia sueca premió a Dylan por haber creado "nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense". Fue un Nobel atípico, ya que la sorpresiva elección supuso la primera vez que se concede esta distinción a un músico. Su silencio, aunque distintivo en él, también se sale de la norma, aunque no de las suyas.