Estampas del rock
Las imágenes del mundo de la música pop de los años sesenta y setenta se están convirtiendo en fetiches de coleccionistas, quienes han llegado a pagar miles de dólares por algunas de ellas; uno de los fundadores de Morrison Hotel, la galería clave de esta tendencia, explica las razones del fenómeno, no ajeno a la nostalgia por una era de rebeldía
NUEVA YORK.- Es la foto que vimos tantas veces en la tapa del disco The Freewheelin' Bob Dylan del cantautor Bob Dylan, pero esta vez está colgada en la pared de la galería Morrison Hotel, ubicada en el SoHo, un bohemio barrio de Nueva York. No es exactamente la misma foto del disco, sino una de las tomas eliminadas de la sesión de ese día. El fotógrafo Don Hunstein usó la baranda de la escalera de entrada del departamento de Bob Dylan de ese entonces, en Greenwich Village, para encuadrar la foto del cantante junto con su novia, Suze Rotolo, en uno de sus paseos durante un crepuscular día invernal del año 1963.
Lo que la vuelve una imagen excéntrica y deseada, dejando a un lado la conexión emotiva de todos los amantes de la música de Dylan y de aquellos nostálgicos de la música de las décadas del 50, del 60 y del 70, es que la foto fue sacada del negativo original de Hunstein, con una alta calidad de revelado e impresión. Además, está firmada por su autor y es de edición limitada. La foto cuesta entre 1500 y 2000 dólares.
Al entrar en esta pequeña galería sobre la calle Prince, uno encuentra muchísimas fotos de músicos (muchos abanderados y padres del rock and roll ), donde se los ve en conciertos o en el backstage , preparándose para alguna función; en retratos montados en estudios o incluso en algunas tomas capturadas en su vida personal e íntima. Encontramos a Ringo Starr cocinando, a Bruce Springsteen cargando una vieja grabadora de casetes y a los Rolling Stones saltando en el escenario.
Pero estas fotos de rock and roll ¿pueden ser consideradas obras artísticas? Sí, o por lo menos eso dice Peter Bachler, uno de los cofundadores de la galería Morrison Hotel (junto con el fotógrafo Henry Diltz y el compositor y músico Richard Horowitz) y ex ejecutivo y productor de grandes sellos discográficos, en una entrevista exclusiva para adncultura . Morrison Hotel (que además de su sede en el SoHo, cuenta con otra en el Sunset Marquis Hotel, en Los Ángeles) y la inglesa Rock Archives (con sedes en Ámsterdam, Dubái, Japón, Marbella, Sydney, Milán y por supuesto, Londres) son dos de las galerías más importantes del mundo que exponen y venden fotografía de música y rock and roll .
Bachler cuenta que cada año aumentan la demanda de fotos y que entre los aficionados figura una ávida clientela latinoamericana, especialmente brasileña y argentina. El precio de estas fotos va desde 700 hasta 40.000 dólares. Según datos de Rockarchives.com, hay quienes las compran como inversión. Algunas de ellas han incrementado hasta diez veces su valor desde la primera vez que fueron publicadas. Sin embargo, en el selecto mundillo de las bellas artes, algunos se ríen y miran con desconfianza el uso de la palabra "arte" para referirse a estas imágenes, cuenta Bachler. En Photography and Rock since Elvis. A Star is Born (La fotografía y el rock desde Elvis. Nace una estrella, Folkwang/Steidl), Ute Eskildsen escribe:
Los fotógrafos y los cineastas acompañaron el desarrollo de esta música apasionante y energética y contribuyeron en gran parte al éxito de las bandas y de los artistas. Las fotografías definieron (y definen hoy en día) la imagen que tenemos de las estrellas de rock. ¿Dónde vimos esas fotos antes? ¿Son acaso todos nuestros recuerdos el temprano brío de nuestra juventud? Y si es así, ¿qué van a significar para las próximas generaciones y las que vienen después de éstas? Las fotografías de la generación del
rock and roll
aparecieron en tapas de discos, en revistas, en cartas autografiadas, pósteres y remeras. Los medios de comunicación visual se convirtieron en un instrumento decisivo en el culto de los artistas. A través de la foto, la estrella se volvía tangible, sus fotos eran coleccionadas como postales y los pósteres ingresaron al dominio privado de los fans.
No hay dudas de que las fotografías son una parte importante de este remolino cultural llamado rock and roll . Sin embargo, no hay que olvidarse de que cada foto tiene valor en sí misma por el conocimiento técnico y la sensibilidad de todo buen fotógrafo profesional. En cada imagen se unen dos artistas: los músicos por un lado y los fotógrafos por el otro, que buscan desplegar en cada toma todo su potencial para lograr la máxima expresividad de esa estrella. En la entrevista, Bachler nos cuenta un poco más sobre este magnífico matrimonio entre el talento musical y el visual.
-¿Cuáles son las fotos más pedidas en este momento?
-Bueno, eso depende del circuito de la música. En este momento, las más solicitadas son las de los Rolling Stones. Los Rolling estuvieron hace poco de gira y eso explica el hecho de que sean tan pedidas. De hecho, estuvieron acá en Nueva York tocando hace poco.
-Pero me imagino que la gente debe querer comprar las fotos de los Rolling Stones donde se los ve jóvenes, ¿es así?
-La gente está comprando cualquiera de las imágenes de los Rolling Stones tomadas entre 1963 y 1975, porque hay una conexión emotiva entre ellos y esas fotos. Para la generación que creció en esos años, la música era todo. No teníamos videojuegos ni mensajes de texto ni Internet ni Facebook, pero teníamos la música, que era nuestra expresión cultural. Esa época fue tan importante para nosotros que queremos continuar conectados con ella a través de la música. También vendemos bastantes fotos de Kurt Cobain. Cobain tenía un grupo de fanáticos. Él, al igual que Jim Morrison, murió muy joven, a los 27 años. Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix... son varios los artistas que se fueron demasiado temprano pero dejaron una enorme conexión emotiva con sus fans. (Y probablemente vaya a pasar lo mismo con Amy Winehouse). Yo siempre les digo a las personas que vienen a la galería que se compren esa foto que tanto desean. Así, cuando se levanten cada mañana y la miren en la pared de sus casas, sonreirán y se sentirán bien. Para ellos, son una pieza de arte, de calidad, que se verá maravillosa quizás con un buen marco?
-¿Cuántas copias hacen de cada fotografía?
-Eso depende del fotógrafo. Algunos hacen sólo 25 copias de cada una. Otros van hasta 250. Lo que tiende a pasar es que la foto vale más cuanto más acotada sea la serie.
-¿Cuál es el rango de precios?
-Van desde 700 (en general, fotos chiquitas) hasta 38.000 dólares. Sí, hemos vendido fotos de hasta 40.000 dólares.
-¿Qué buscan sus clientes cuando compran una foto de 40.000 dólares? ¿Por qué están dispuestos a gastar tanto dinero?
-La razón es? [piensa]. Te voy a dar tres razones. Primero, por la conexión emotiva. Ellos aman esas fotos. Son algo querido para ellos, quieren mirarlas, tenerlas. La segunda razón, si es una de las últimas fotos de alguna edición, es que saben que una vez que se venda, ya no podrán comprarla y no habrá forma de conseguirla. La tercera es que la fotografía esté firmada por un fotógrafo que ya murió y que nunca más va a poder firmar nada. Entonces, esa foto es algo excéntrico, único y magnífico. Esta combinación es la que explica el precio. Si uno quiere vender esa foto en el mercado en algún futuro, va a poder hacerlo y a un muy buen precio, porque es algo raro. Es como el mercado del arte en general. El mercado del arte funciona a partir de las emociones y también a partir de quién es el autor de la obra. Si fue Matisse o un gran artista? Y si esa obra está firmada por el artista, tiene aún más valor.
-En este caso, ¿quién sería el artista protagónico? ¿El músico o el fotógrafo? ¿Qué busca el comprador: una buena foto o una imagen de su banda preferida?
-A los músicos, sin lugar a duda. Aunque en realidad buscan a su músico y una buena composición. ¿Es una foto que han visto en la tapa de algún álbum? ¿Es acaso una foto tan famosa que ya la vieron mil veces antes y que ahora está ahí, frente a ellos, firmada por el fotógrafo? Todo eso es lo que convierte a esa foto en algo especial y deseado. En vez de promover al músico (todos conocen a los Rolling Stones), tratamos de promover a los mejores fotógrafos que han trabajado con los Rolling Stones, por ejemplo, Michael Joseph, que sacó la foto de la tapa del disco Beggars Banquet . Es una foto asombrosa, más allá de si aparecen o no los Rolling Stones. ¡Es increíble esa toma! Es una de las mejores fotos que alguna vez alguien haya sacado. La gente se da cuenta de eso y se queda sin aliento cuando la ve. "¡Oh Dios mío, es maravilloso!", dicen. Pero por otro lado, es la tapa de Beggars Banquet , todo el mundo conoce ese álbum y allí están los Rolling Stones en una cierta posición, con esa excelente dirección de escenografía? Y la gente ve esa foto y no puede seguir caminando. Se quedan hipnotizados.
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