Cuéntalo. “Espero que mi libro eduque a lectores homosexuales y heterosexuales sobre lo que es ser trans”
“Cuéntalo” es el thriller legal de una abogada transgénero, la estadounidense Robyn Gigl, sobre una abogada transgénero, Erin McCabe, protagonista de esta saga que ahora se lanza en la Argentina, México y España
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Los personajes transgénero empiezan a cobrar un protagonismo positivo en la ficción. Este año, la abogada y activista por los derechos LGBTIQ+, la estadounidense Robyn Gigl (1952), debutó en el exitoso nicho del thriller legal con una historia que tiene puntos en común con la suya. En Cuéntalo, la abogada transgénero Erin McCabe debe defender a Sharise Barnes, una prostituta trans y negra acusada de asesinar al hijo de un poderoso senador y empresario (blanco) con ambiciones políticas. Sharise es detenida de inmediato y encarcelada en la sección masculina del penal, donde sufre ataques de los otros presos; el primero objetivo de Erin es sacarla viva de allí. Ambientada en 2006, en Nueva Jersey, la novela aborda el caso judicial, que tiene gran repercusión pública, y la intimidad de Erin, mientras intenta recomponer los lazos con su familia, amigos y exmujer.
En 2008, la propia Gigl hizo su transición. “A pesar de todas las apariencias externas, a pesar de haber vivido mi vida como hombre durante más de cincuenta años, me di cuenta de que finalmente tenía que lidiar con la incongruencia entre mi identidad de género y mi anatomía”, dice a LA NACION. En simultáneo con el lanzamiento de su primera novela en Estados Unidos, que lleva el título de una canción (By the Way of Sorrow), el flamante sello Motus acaba de presentar la versión en español, Cuéntalo, en una cuidada traducción de Carmen Bordeu.
Aprovechamos la ocasión para recomendar #Cuéntalo, de @robyngigl, un thriller legal de un nueva voz #trans🏳️⚧️
— MotusThriller (@MotusThriller_) June 25, 2021
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Además de atrapante, la primera novela de Gigl es en cierta medida pedagógica, en gran parte por el protagonismo de Erin, la abogada defensora trans que, a la vez que necesita desentrañar el misterio del asesinato de William Townsend Jr. para evitar que recaigan sobre la acusada los efectos nefastos de la opinión pública, debe armonizar su vida personal. La familia ha tomado distancia de ella luego de la transición, Erin tiene que ver a sus sobrinos en secreto y varios amigos se han alejado. Al aceptar la defensa de Sharise, es consciente de que su propia vida quedará expuesta. Sin embargo, como mujer trans, se siente calificada para ayudarla a evitar una sentencia de muerte. Mientras investiga el caso con su compañero, el exagente del FBI Duane Swisher, se va revelando una historia aún más siniestra, vinculada con crímenes de odio. Gigl respondió en exclusiva las preguntas de este diario sobre Cuéntalo.
-¿Cómo se le ocurrió la idea de publicar su primera novela protagonizada por una abogada transgénero, como usted misma?
-Hay un viejo lema en la comunidad de escritores: los autores debutantes deben escribir sobre lo que saben. Soy abogada desde hace más de cuarenta años y durante ese tiempo hice algunos trabajos como defensora. También soy una mujer transgénero. Hice la transición hace doce años. Saber lo que es ser una abogada defensora penal transgénero fue mi punto de partida. La otra pieza clave fue que poco antes de empezar a escribir mi libro había vuelto a leer Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, novela que leí por última vez en la universidad. No estoy haciendo ninguna comparación entre mi novela y Matar a un ruiseñor, pero había olvidado que gran parte de esa novela narra el juicio de Tom Robinson, un hombre negro acusado de agredir a una mujer blanca, y que es enjuiciado por un jurado completamente blanco, completamente masculino, en el sur rural en la década de 1930. Y al leelo, quería saber qué estaba pensando Tom; sin duda, debe haber sabido que estaba condenado. Pero el libro se cuenta desde el punto de vista de Scout, la narradora del libro, una niña. Así que decidí que quería escribir un libro en el que el lector supiera lo que pensaban la acusada y sus abogados. Así fue como se me ocurrió la idea, tomé lo que sabía, de ser una abogada defensora penal trans, y construí la historia en torno a eso.
-¿En qué medida contribuyó su trabajo como abogada y activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en su escritura?
-Quiero que Cuéntalo atraiga a todos los lectores: homosexuales, heterosexuales y trans. También espero que ayude a educar tanto a los lectores homosexuales como a los heterosexuales sobre lo que es ser trans. El deseo de educar a la comunidad cisgénero sobre los problemas que afectan a la comunidad trans es en lo que se centra la mayor parte de mi tarea como activista. Me gustaría pensar que mi novela es solo una extensión de mi activismo.
-¿Cuál es la situación actual en su país de la comunidad trans, y especialmente de la comunidad afrotrans? ¿Prevé que habrá cambios tras la salida de Donald Trump?
-No hay respuesta fácil para esa pregunta. Estados Unidos está compuesto por cincuenta estados, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes que impactan en la comunidad trans. A veces, existen leyes federales que pueden afectar a los cincuenta estados, como la ley que prohíbe que alguien sea despedido solo por ser homosexual o trans. Pero todavía hay varios estados que están aprobando leyes que dificultan las cosas para las personas trans, en particular, las personas trans más jóvenes, menores de 18 años, al restringir su acceso a la atención médica y prohibirles competir en deportes de acuerdo con su identidad de género. Ciertamente, la administración Trump tomó una serie de acciones legales que dificultaron las cosas para la comunidad trans. Afortunadamente, la elección del presidente Biden ha resultado en la eliminación de muchas de las barreras que la anterior administración había establecido. Creo que a nivel federal las cosas seguirán mejorando porque el presidente Biden ha demostrado ser un defensor de las personas trans. A nivel estatal, seguirá dependiendo de dónde vivas para saber si las cosas mejorarán o no. En cuanto a la comunidad afrotrans, o más ampliamente la comunidad trans negra y morena, como soy una mujer trans blanca y no soy miembro de esas comunidades, dudo en hablar por ellos, pero es bien sabido que el nivel de violencia contra personas trans de color en Estados Unidos es alarmantemente alto. Además, no hay duda de que existe racismo sistémico y estructural en mi país, que afecta a todas las comunidades de color, incluida la comunidad trans. Entonces, hasta que se aborden esos problemas sistémicos, seguirá habiendo más problemas que las personas trans de color deben abordar y superar.
-¿Es cierto que Erin reaparecerá en su próxima novela? ¿Le gustaría que Cuéntalo se adapte al formato audiovisual?
-Sí. Erin es el personaje principal de mi segundo libro, Survivor’s Guilt y, sí, me encantaría que Cuéntalo se adaptara a una película o una serie. ¡Quizás Pedro Almodóvar la lea y le interese!
-Ha sido activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ durante mucho tiempo. ¿Qué avances hubo y qué queda por lograr en materia de derechos?
-Permítanme comenzar con una corrección, mi activismo solo comenzó después de que hice la transición. Sin embargo, incluso hace doce años, las cosas eran muy diferentes para la comunidad LGBTQI y ciertamente hemos progresado. En Estados Unidos, durante los últimos doce años hemos derogado el “no preguntes, no digas”, que impedía a las personas LGBTIQ+ enrolarse en el ejército. El matrimonio entre personas del mismo sexo se ha legalizado en todo el país y hay más películas y programas que presentan con precisión la vida auténtica de personajes homosexuales, trans y no binarios, en los que esos personajes ficticios son interpretados por actores homosexuales, trans y no binarios. Así que hemos avanzado. Dicho esto, todavía tenemos un largo camino por recorrer, especialmente para lograr la aceptación de las personas trans, antes de que tengamos una verdadera igualdad. Las leyes pueden brindar protección legal a los miembros de la comunidad LGBTQI, pero necesitamos cambiar los corazones y las mentes de las personas antes de que podamos tener una verdadera aceptación e igualdad. Aún no hemos logrado eso.
-¿Es lectora del género en el que debuta como autora? ¿Cuáles son tus libros favoritos?
-Sí. Me gustan los thrillers legales y los policiales. En esos géneros, disfruto de Scott Turow, Walter Mosley, Michael Connelly y Sue Grafton, por nombrar solo a algunos. En cuanto a mis libros favoritos, aunque no son thrillers legales, algunos de mis favoritos son Trampa 22, de Joseph Heller; Matar a un ruiseñor, de Harper Lee; Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini y una novela de mi hijo, Colin Gigl, The Ferryman Institute.
-En este momento de su vida, ¿se preocupa más por la ley o por la escritura?
-Bueno, en este momento de mi vida, trabajar como abogada todavía paga mis facturas. Dicho esto, me encanta escribir y si alguna vez tuviera la suerte de estar en la posición en la que pudiera ganarme la vida como autora, felizmente me retiraría de la práctica de la abogacía.
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