Espadas, códigos secretos y pinturas invisibles en la previa de la Bienal de Arte Joven
"Somos la familia más autónoma trasladándonos de un lugar a otro. Me arrancaría el corazón con las manos propias de una mujer que ya mató, lastimó, perdonó y robó todo para encontrar un lugar". Hija de artesanos, la autora de este inquietante texto escrito con pintura azul sobre una sábana vieja tiene 29 años y empuña una espada forjada por ella, sobre la cual talló otras dos palabras: "ciclo bendito".
"Reparo sábanas rotas con cota de malla, como la de las armaduras de los guerreros. Me interesa el gesto de reparar lo que se dañó y me supo cuidar, y la sensación de encontrar protección a través de la lucha", dice con voz alegre Micaela Piñero, autora del libro de poemas Universidad de la violencia (Mansalva, 2018), parada dentro del túnel de telas intervenidas que montó en el Centro Cultural Recoleta.
Devenida taller de artistas de la Bienal de Arte Joven, que copará el Recoleta desde el 25 al 29 de septiembre, la sala aloja las obras en proceso que se están realizando bajo la tutoría de Alejandra Aguado, Pablo Siquier y Juliana Iriart.
También incluye un espacio de trabajo para Núria Inés, residente catalana que llegó desde Barcelona gracias a una experiencia de intercambio impulsada por la bienal, que buscará dejar en Buenos Aires una pintura callejera –como las que se realizan sobre el pavimento en las carreras de ciclismo– destinada a dar ánimo a las mujeres argentinas.
Con la invitada española conviven en estos días en el Recoleta dos artistas que viajaron desde el noroeste argentino para producir otro de los cuatro proyectos seleccionados, cada uno de los cuales recibió 130.000 pesos para su realización, y que se exhibirán desde el 25 de septiembre hasta diciembre en las salas contiguas a la Cronopios.
Roque Manzaras, de Catamarca, y Matías Zelarayán, de Tucumán, son dos de los integrantes del Bondi Colectivo, grupo que instalará un taller de cerámica en el centro cultural para poner en diálogo las tradiciones ancestrales con la producción contemporánea y "correr los límites de las nociones de copia, autoría y originalidad".
Con ese espacio de trabajo in situ contrastará la sala que alojará intervenciones con lápiz sobre pared realizadas por Erik Arazi. "La idea es entrar en un estado meditativo, en una especie de universo", adelanta el artista sobre su proyecto Nueve anillos, que revelará un código secreto inspirado en místicos nodos de energía.
Aún mas sutiles serán las intervenciones de Sasha Minovich que buscan diluir los límites entre la pintura de interiores y la de caballete. La percepción del espectador se pondrá a prueba frente a las formas creadas sobre la pared con enduido, apenas perceptibles a la vista, y los paisajes imaginarios que formarán las salpicaduras blancas sobre el plástico destinado a proteger el piso.
Cualquier semejanza entre esos unicornios imaginados por Minovich que cabalgan hacia la luna y estos jóvenes que sueñan con su futuro en este taller de Recoleta no parece mera coincidencia.
"Todos los proyectos comparten una energía: hay cierto pensamiento mágico y valor puesto en el poder transformador del hacer, de la expresión -dice Aguado, una de las tutoras de este grupo, que también cocuró este año con Carlos Herrera el espacio Utopia de arteBA-. Todos, a su manera, están intentando vincularse con una energía productiva y nutritiva, con una necesidad de creación de símbolos."
Para agendar:
Bienal de arte joven, del 25 al 29 de septiembre en el Centro Cultural Recoleta. bienal.buenosaires.gob.ar
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