Esfuerzos por recuperar y preservar las ruinas de Babilonia
Expertos del Fondo de Monumentos del Mundo trabajan para restaurar la mítica ciudad
JIMIJMA, Irak.- El daño infligido a las ruinas de la antigua Babilonia es visible desde una pequeña colina próxima a la torre de Babel, cuya importancia bíblica resulta difícil de imaginar, tomando como base lo que queda actualmente de ella.
El horizonte está puntuado por torres de vigilancia, alambre de púas y barreras llenas de polvo entre las palmeras, que invaden granjas y casas de cemento en esta aldea y en otras, y el enorme palacio que Saddam Hussein construyó en la década de 1980 sobre la ciudad en la que reinó Nabucodonosor II.
También es visible otra cosa: montículos de tierra que ocultan todo lo que está por descubrir en una ciudad que el profeta Jeremías llamó "una copa de oro en las manos del Señor, una copa que emborrachó a toda la Tierra".
En la ladera, durante una de sus numerosas visitas, Jeff Allen, un conservacionista que trabaja para el Fondo de Monumentos del Mundo, dijo: "Todo esto no está excavado. Hay un enorme potencial en este sitio. Se podría excavar todo el mapa callejero de la ciudad".
Y eso, por cierto, sólo ocurrirá dentro de varios años, teniendo en cuenta la realidad de Irak. Pero por primera vez desde la invasión estadounidense de 2003, después de años de descuido y de violencia, los arqueólogos y los preservacionistas han empezado a trabajar una vez más para proteger e incluso restaurar algunas partes de Babilonia y de otras antiguas ruinas de Mesopotamia. Hay algunos sitios que se están excavando por primera vez, casi siempre en secreto para no atraer la atención de los saqueadores, que siguen siendo una plaga aquí.
El Fondo de Monumentos del Mundo, junto con la Junta Estatal de Antigüedades y Patrimonio de Irak, ha bosquejado un plan de conservación para combatir cualquier futuro deterioro de las ruinas de ladrillos de barro de Babilonia, y para revertir algunos de los efectos del tiempo y de las recreaciones propagandísticas y arqueológicamente engañosas de Hussein.
En noviembre, el Departamento de Estado anunció un subsidio de 2 millones de dólares para empezar a trabajar en preservar las ruinas más importantes que han sobrevivido. Estas incluyen los cimientos de la Puerta de Ishtar, construida en el siglo VI a. C. por el padre de Nabucodonosor, Nabopolasar, y adornada con relieves de los dioses babilonios Marduk y Adad. (La famosa puerta de color azul que hizo hacer Nabucodonosor fue excavada a principios del siglo XX y reconstruida en el Pergamon Museum de Berlín).
El objetivo es preparar el sitio y otras ruinas -desde Ur, en el Sur, hasta Nimrud, en el Norte- para lo que los funcionarios esperan que algún día haya una oleada de científicos, académicos y turistas que podrían contribuir al renacimiento económico de Irak tanto como el petróleo.
"Este es uno de los grandes proyectos que tenemos, y es el primero", dijo en una entrevista, en Bagdad, Qais Hussein Rashid, director de la Junta Estatal de Antigüedades y Patrimonio. "Queremos que sea un modelo para todos los otros sitios arqueológicos."
Sin embargo, la tarea por delante resulta desalentadora, y las amenazas contra el sitio abundan. En el caso de algunas de las reconstrucciones de la época de Hussein, los daños son irreversibles.
El ejército norteamericano convirtió Babilonia en una de sus bases. Más tarde, fue ocupada por tropas polacas y, aunque fue devuelta al control de la Junta Estatal de Antigüedades y Patrimonio en 2004, los restos de la presencia militar aún marcan el sitio.
El Fondo de Monumentos del Mundo ha desarrollado un rescate arqueológico desde que inició su plan de conservación en 2009. Ha creado escaneados para proporcionar un registro preciso del daño causado a las ruinas y ha identificado las amenazas más perniciosas, empezando por la erosión por el agua salada del suelo. "Lo que debemos hacer es crear un medioambiente estable", dijo Allen en noviembre. "En este momento, todo va aceleradamente hacia el derrumbe."
El escurrido del agua del suelo en los ladrillos de barro, aumentado por una moderna senda de cemento y las excavaciones conducidas por el arqueólogo alemán Robert Koldewey hace más de un siglo, han carcomido algunos de los relieves de los ladrillos de 2500 años de antigüedad de la base de la Puerta de Ishtar.
"Se ocuparon sólo del interior de la Puerta de Ishtar, porque habría líderes y dignatarios que vendrían a verla", dijo Mahmoud Bendakir, un arquitecto que trabaja con el fondo, refiriéndose a los cuidadores de la época de Hussein. "El exterior es un desastre".
El subsidio de Estados Unidos servirá para pagar las reparaciones destinadas a canalizar el agua, alejándola de los cimientos de la puerta. Se planean reparaciones similares para dos de los templos de Babilonia, Ninmakh y Nabu-sha-Khare, las ruinas más completas, aunque también padecen erosión y han sufrido dañosas restauraciones.
El equipo de reconstrucción ha renovado un museo moderno en el sitio, así como un modelo de la Puerta de Ishtar que durante décadas funcionó como entrada p, se encuentra una de las reliquias más valiosas del sitio: un relieve de ladrillo vidriado de un león, uno de los 120 que antes bordeaban el camino real hasta el centro de la ciudad.
Se ha programado que el museo, con sus tres galerías, se inaugure este mes, para recibir a sus primeros visitantes desde 2003. Y con la instalación de un nuevo sistema de seguridad, se habla de trasladar allí los artefactos babilónicos que están en el Museo Nacional de Bagdad.
El destino de Babilonia está en disputa entre los líderes iraquíes. Los funcionarios de patrimonio están en conflicto con las autoridades locales sobre cuándo abrir el museo a los visitantes y cómo explotar el sitio para el turismo. Incluso discuten si el producto de la entrada debe destinarse a la junta de antigüedades o al gobierno provincial.
Otra de las amenazas contra el sitio arqueológico ha sido la construcción descontrolada dentro de los límites de las murallas de la vieja ciudad. El proyecto del fondo ha trazado las viejas murallas en un mapa, lo cual causa temor entre los iraquíes que ahora viven sobre ellas. Temen que la preservación de las ruinas de Babilonia los obligue a desalojar sus casas y granjas.