Rómulo Gallegos: califican de "chavista" al premio y critican a los escritores que participan
Desde su nacimiento en 1967, cuando lo obtuvo el peruano Mario Vargas Llosa por La casa verde, el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos es uno de los más importantes en lengua española. Sin embargo, en los últimos años ha recibido críticas por parte de los intelectuales y escritores que se oponen al gobierno de Nicolás Maduro. En la actualidad lo otorga el Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela a través del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y concede 80.000 euros al ganador. Entre otros, recibieron este premio Gabriel García Márquez por Cien años de soledad, en 1972; Carlos Fuentes por Terra Nostra, en 1977; Fernando del Paso, en 1982, por Palinuro de México, y Roberto Bolaño por Los detectives salvajes, en 1999. Abel Posse, Mempo Giardinelli y Ricardo Piglia lo ganaron en 1987, 1993 y 2011, respectivamente. El último ganador fue el colombiano Pablo Montoya, en 2015, por su novela Tríptico de la infamia.
En 2017, el premio fue suspendido por la crisis socioeconómica en Venezuela. Pese a ser un premio bianual, no se entrega desde hace cinco años. Este año, a mediados de julio, desde el Celarg se hicieron dos anuncios. Por un lado, se difundió la lista de novelas y autores que compiten en esta edición del premio, entre los que hay varios escritores argentinos, y, por otro, se anticipó que, a causa de la pandemia, el jurado sesionaría hasta octubre y no fallaría el domingo próximo. Habitualmente, la fecha de entrega es el 2 de agosto, día en que se celebra el aniversario del nacimiento del escritor y político venezolano Rómulo Gallegos, que fue elegido presidente de su país en 1947 (y depuesto por un golpe de Estado en noviembre de 1948).
Este 2020 concursan 197 novelas de diecisiete países, publicadas entre 2015 y 2019, y en la lista aparecen títulos de César Aira (que compite por Prins, publicada en España), María Moreno, María Teresa Andruetto, Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri, Ángela Pradelli, Julián López, Gabriela Cabezón Cámara, Kike Ferrari y muchos otros autores. El jurado está integrado por el colombiano Pablo Montoya, la venezolana Laura Antillano y el argentino Vicente Battista.
A mediados de julio, el caraqueño Rodrigo Blanco Calderón, ganador en 2019 del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por su novela The Night, compartió en un tuit la lista de candidatos. "Basta ver la lista de obras concursantes para ver que el Premio Rómulo Gallegos se ha convertido en un hotel para turistas de la dictadura chavista. Ningún narrador venezolano que se respete se está prestando para esta farsa", escribió. E incluso destinó un tuit a algunos de sus colegas argentinos: "Qué desagradable ver entre los participantes al Rómulo Gallegos a César Aira, @Patricio_Pron y Rodrigo Fresán. Su presencia allí legitima la dictadura genocida de Nicolás Maduro. Me cuesta creer que no entiendan lo que están haciendo".
De inmediato, Pron (que compite con dos libros: Mañana tendremos otros nombres y No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles) le respondió a Blanco Calderón, aclarando que si ganaba tendría la oportunidad de regresar a Caracas y reencontrarse con amigos y con familiares de su esposa, "a través de los cuales conozco la situación que atraviesa Venezuela". A su vez, el venezolano José Urriola le pidió al escritor rosarino que imaginara que el Rómulo Gallegos hubiera sido organizado por la dictadura militar argentina, en 1978. "Y uno le dijera a usted que el premio no le pertenece ni a un sector ni al otro. Y que ojalá lo ganara para poder visitar a los queridos amigos argentinos que viven en dictadura", agregó. Hasta ahora, ninguno de los escritores seleccionados anunció que su novela había sido retirada del concurso.
"El premio Rómulo Gallegos se ha convertido en el brazo cultural de la dictadura de Nicolás Maduro -dice Blanco Calderón, que reside en Málaga, a LA NACION-. Un narcoestado cuyos principales dirigentes están solicitados internacionalmente por narcotraficantes y violadores de derechos humanos. Participar en ese premio supone un apoyo directo al régimen y un reconocimiento por parte de los escritores". El escritor agregó que concursar en ese premio hoy constituye una bofetada y una burla hacia los venezolanos. "Es harto elocuente que ningún narrador venezolano con una obra consistente se ha prestado para esa farsa. Así, este se parece a esos hoteles de lujo que prosperaban en La Habana durante el periodo especial: una isla de abundancia rodeada de miseria y solo accesible para turistas". Respecto de sus colegas argentinos, agrega: "No es tan difícil de entender nuestra posición".
Luego de su declaración pública en Twitter, muchos escritores venezolanos se sumaron al reclamo de Blanco Calderón. Autores como Yolanda Pantin, Juan Carlos Chirinos, Jacqueline Goldberg, Leonardo Padrón, Juan Carlos Méndez Guédez y Antonio López-Ortega, entre otros, también impugnaron el premio.
Por su parte, el Celarg denunció mediante un comunicado que existe una campaña de presión contra los participantes. En un comunicado titulado "Trumpismo cultural", advirtieron que el gobierno estadounidense "pretende también destruir el valioso Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, como parte de la campaña de agresión mediática anunciada recientemente por el conocido genocida Elliott Abrams" y que desde el diario caraqueño El Universal se estaba "extorsionando" a los escritores con un cuestionario. "Puede que haya quienes acepten este nuevo zarpazo imperial contra la cultura, lo más valioso de la humanidad, entregándose a un notorio exponente de la barbarie como Donald Trump", concluye el comunicado, que se puede leer completo en este enlace.
Otras noticias de Arte y Cultura
Más leídas de Cultura
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
“Enigma perpetuo”. A 30 años de la muerte de Liliana Maresca, nuevas miradas sobre su legado “provocador y desconcertante”
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
De regreso al país. Sergio Vega, un coro de loros y el camino que va del paraíso al antiparaíso