“Es una ruptura con la vieja concepción del patrimonio”: República Cromañón fue declarado Monumento Histórico Nacional
A diecinueve años de la tragedia en la que murieron 194 personas, se protegió el edificio del viejo local, el exhotel lindante, la parcela al aire libre sobre la calle Jean Jaurès y el santuario con murales dedicados a las víctimas; por qué es una norma inédita en la Argentina
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A finales de 2023, se cumplirán diecinueve años de la tragedia de Cromañón. Ayer, el conjunto de edificios y bienes que conforman el Paseo de los Pibes de Cromañón, los murales artísticos y el santuario, ubicados en Bartolomé Mitre 3038-3078, a pocos metros de Plaza Miserere, fue declarado Monumento Histórico Nacional (MHN) en un decreto firmado por el presidente de la nación, Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el ministro de Cultura, Tristán Bauer. Por ley 27.695, sancionada hace un año, el conjunto de bienes privados fue declarado “de utilidad pública y sujeto a expropiación”.
El “conjunto monumental” abarca el edificio del antiguo local República Cromañón, el edificio del exhotel lindante, la parcela a cielo abierto sobre la calle Jean Jaurès, el paseo, los murales y el santuario construido por familiares, sobrevivientes y amigos en memoria de las 194 víctimas mortales. Además, se incluye la Colección Cromañón que se conserva en la sede del Archivo Nacional de la Memoria, en el Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex-ESMA) y que recopila testimonios, objetos, fotografías, material de prensa escrita y audiovisual, y que se enriquece a través de donaciones de documentos y de la realización y el registro de entrevistas audiovisuales.
El 30 de diciembre de 2004, producto del accionar negligente de empresarios, músicos, policías y funcionarios, murieron 194 personas, en su mayoría jóvenes, en República Cromañón. En el decreto se estima que al menos 4500 sobrevivientes tuvieron secuelas físicas y psicológicas, y que “desde el momento en que se produjo la tragedia, los y las sobrevivientes de Cromañón, junto a sus familiares, amigos y amigas, lucharon por cimentar la Memoria, exponer la verdad y obtener la justicia reparadora de este trauma histórico”.
Desde ayer, los bienes declarados MHN conforman un “Conjunto de Memoria Colectiva del Trauma Histórico” sobre uno de los episodios más dolorosos de la historia reciente. La norma es “inédita en la historia de la protección de bienes por parte del Estado argentino” y “los objetos muebles existentes al día de hoy dentro del conjunto son piezas clave por su valor testimonial”, y se menciona como antecedente (en características y objetivos) en América Latina las Resoluciones 161 y 162 de 2017 de la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay, mediante las que se declaró Sitio de Memoria al exsupermercado Ycuá Bolaños y su entorno inmediato y Bien Patrimonial de Valor Cultural al conjunto de bienes de ese establecimiento en el que, en agosto de 2004, murieron 364 personas a causa de un incendio.
La presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, Mónica Capano, había adelantado a LA NACION esta propuesta de declaración de un nuevo MHN en la ciudad de Buenos Aires mientras se desarrollaba la polémica por el show inmersivo Secret Garden en el Jardín Botánico.
“La masacre de Cromañón ha sido un parteaguas para las generaciones jóvenes a partir de sus consecuencias en el tiempo -dice Capano a LA NACION-. La declaratoria de los espacios de la masacre y de los objetos que la testimonian es una ruptura con la vieja concepción del patrimonio, al superar las miradas esteticistas y hegemónicas y al dar cuenta del conflicto que entrañan las memorias del trauma. Estos lugares que hoy pasan a ser patrimonio de la patria han sido escenario de una masacre cuyas heridas, de alguna manera con este decreto, el Estado argentino contribuye a saldar”. Un trauma histórico no solo repercute en las personas afectadas, sino también en las familias, la comunidad y, como revela este caso, el entorno.
Capano remarca que la declaratoria es fruto de “un arduo trabajo participativo” con las organizaciones de familiares, sobrevivientes y amigas y amigos, y con la Secretaría de Derechos Humanos. “Lo que, una vez más, nos lleva a afirmar que los patrimonios son políticos en el sentido más virtuoso de la palabra”.
Tras la declaratoria, se espera que el Poder Ejecutivo reglamente la ley de expropiación del conjunto de bienes para que el Tribunal de Tasaciones de la Nación pueda establecer el valor y fijar la compensación correspondiente. “Recién entonces se podrán determinar los usos porque hoy sigue siendo propiedad privada -dice Capano-. Se piensa en un espacio de memoria en el que se exhiban los objetos testimoniales, en el que haya un museo de sitio y donde, quizás, se guarde el archivo que hoy preserva la Secretaría de Derechos Humanos, pero lo fundamental es que estos destinos van a surgir de un trabajo mancomunado de las organizaciones y el Estado”.
La escritora y actriz Camila Fabbri, que había asistido al recital de Callejeros la noche anterior a la tragedia de 2004, cuando era una adolescente, publicó en 2019 El día que apagaron la luz, relato basado en su experiencia y los testimonios de amigos y sobrevivientes. “No sé si mi opinión es trascendente al respecto -dice la autora a LA NACION-. Festejo que se haya reconocido el santuario como Monumento Histórico Nacional, aunque nosotros ya lo considerábamos así. Espero que el Estado, si es que sigue habiendo Estado tal como lo conocemos después del 19 noviembre, pueda constituir un espacio de Memoria establecido en ese lugar”.
La abogada Analía Fangano, que intervino en los juicios como defensora de los músicos de Callejeros, se comunicó con LA NACION. En su opinión, la decisión del Gobierno es “oportunista y politizada”. “Cuando entra la política sale la verdad. Cromañón nunca va a cicatrizar -dijo-. El tema es quién maneja los recursos. Cromañón está en la ciudad de Buenos Aires y Nación quiere ganar ese espacio”. También destacó el rol de la Iglesia católica, en especial del entonces arzobispo Jorge Bergoglio, el papa Francisco. “Acercó más a la fe y a muchos sobrevivientes; la Iglesia jamás se desentendió”. En la última homilía, el 30 de diciembre de 2009, Bergoglio había dicho: “Esta ciudad casquivana, vanidosa y coimera, no ha llorado Cromañón”. Respecto de los efectos personales de los fallecidos en la tragedia, Fangano remarcó que muchas pertenencias y objetos no están en la Colección Cromañón y que los exfuncionarios porteños de la gestión de Aníbal Ibarra no habían tomado los recaudos necesarios para preservarlos.
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