Se vendió por 2,9 millones de euros la Mona Lisa de Hekking, réplica que quiso ser la original
Christie´s subastó una versión de La Gioconda que protagonizó una campaña global hace seis décadas; su dueño buscó demostrar que es la realizada por Leonardo Da Vinci
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Tras una febril puja online entre catorce ofertantes que obligó a extender varias veces la “bajada de martillo” en el sitio online de Christie´s, hoy se vendió a un coleccionista europeo por 2,9 millones de euros -valor que superó con creces el estimado, previsto entre 200.000 y 300.000- la copia de la Mona Lisa comprada por tres libras por Raymond Hekking (1866-1977). El marchand de arte de Niza había impulsado en la década de 1960 una campaña global para demostrar que se trataba de la versión original del cuadro más famoso del mundo.
Se comprobó así una vez más la fascinación que siempre tuvieron el célebre retrato de Lisa Gherardini -esposa de Francesco del Giocondo, por lo que también se la suele llamar “La Gioconda”- realizado en 1503, y Leonardo Da Vinci, autor a su vez de la obra más cara del mundo: Salvator Mundi –cuya autenticidad también fue puesta en duda en varias oportunidades-, fue rematada también en Christie´s por 450 millones de dólares en 2017.
Conocida como “La Mona Lisa de Hekking”, esta pintura “es una versión antigua de La Gioconda y fue pintada a principios del siglo XVII (circa 1600-1620). Desafortunadamente, es imposible decir por quién”, dijo a LA NACION Pierre Etienne, director internacional de Old Master Paintings de Christie’s. Según él, Hekking “era un marchand de arte que vivía en la región de Niza. Compró esta pintura en 1954 en Magagnosc, un pequeño pueblo cercano a Grasse. Empezó a convencerse de que el cuadro era original, y que el del Louvre no lo era. Defendió casi en forma permanente la pintura en los medios de comunicación del mundo durante las décadas de 1950 y 1960”.
“Los expertos están yendo a la Riviera a investigar su afirmación. Si es cierta, la obra del Louvre ahora en préstamo a América, es falsa”, dice el locutor de un micro documental sobre Hekking realizado por Pathé Films en 1963. Por pedido de Jacqueline Kennedy a André Malraux, entonces ministro de Cultura del general De Gaulle, Francia acababa de enviar a Estados Unidos la célebre pieza para que fuera exhibida en la National Gallery, en Washington, y en el Museo Metropolitano de Nueva York. Según Christie´s, Hekking “utilizó la intensidad mediática del viaje de la Mona Lisa” para llegar con su historia a los periodistas estadounidenses.
La película, de un minuto de duración, muestra a Hekking limpiando cuadros en su taller y exhibiendo su Mona Lisa ante expertos que inspeccionan el lienzo con una lupa. También se puede ver cómo les ofrece fotografías ampliadas de partes del retrato, como los ojos y la boca.
Medio siglo antes, el 21 de agosto de 1911, el carpintero italiano Vincenzo Peruggia había robado la Mona Lisa del Louvre. La obra fue recuperada dos años y medio después, luego de que Peruggia se la entregara a un anticuario de Florencia. La teoría de Hekking, explica Christie´s, era “cuestionar la restitución de la obra auténtica a favor de una copia” tras dicho robo.
“Dedicó energía a defender su versión, convirtiéndose en un comunicador inigualable, invitando a la prensa, la televisión y todos los medios de comunicación del mundo a su pueblo de Niza. No dudó en desafiar al Louvre para probar la autenticidad de su versión”, decía el comunicado difundido por la casa de subastas, que exhibió la pintura entre el 12 y el 15 de este mes en su sede parisina y la ofreció a la venta en su sitio web.
“Copiar la Mona Lisa ha sido un ejercicio de los artistas durante siglos”, señala el film de Pathé. Y Christie´s lo confirma: “Sin duda, es una de las imágenes más reconocibles del mundo. La versión original de la Mona Lisa entró en las colecciones reales de François I, en Francia, poco después de 1517. Se hicieron varias copias a partir del siglo XVII, incluida la nuestra, que es una nueva versión de la Mona Lisa de Leonardo de principios del siglo XVII. Las columnas de cada lado no están incluidas en esta versión. Sin embargo, la imagen sigue siendo tan impactante como siempre y fascina, al igual que la obstinación de Raymond Hekking, marcada por la convicción personal y la poesía”.
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