¿Engañó a todos? Un artista hizo creer que subastaría en partes su piel tatuada
Wolfgang Flatz había promocionado en Munich el remate de los tatuajes de su cuerpo, que los compradores recibirían después de su muerte; cuando llegó el momento, dijo hoy que un coleccionista había comprado “todo junto”
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“¡El artista desnudo Flatz engañó a todos!”, anunció hoy el diario alemán Bild, después de haber publicado una noticia reproducida por varias agencias y sitios web: Wolfgang Flatz había prometido que subastaría los tatuajes de su cuerpo en la inauguración de su exposición en la Pinacoteca Moderna de Múnich, el museo de arte más grande de Alemania. Según declaró, dejó escrito en su testamento que cualquiera que pujara en el remate supuestamente organizado por Christie’s recibiría partes de su piel después de su muerte.
Como parte del legado, también declaró que había previsto dejarle uno de sus tatuajes a su hijo Norton, de veinte años. “Le haré hacer una pantalla de lámpara”, dijo, además de contemplar otras situaciones: “Si me mutilan en un accidente de moto o de avión, tengo mis tatuajes asegurados”. Lo recaudado se iba a destinar a la Colección Estatal de Pintura de la Pinacoteca Moderna y a la Fundación Flatz.
“La producción fue perfecta. En el escenario del museo, un escritorio de la casa de subastas londinense Christie’s. Televisión, expertos en arte, 1000 curiosos. Un gran espectáculo”, escribió Hannes Kohlmaier en la nota publicada hoy en Bild. Agregó que Flatz subió a un escenario, se quitó una bata de raso negro y permaneció varios minutos desnudo, mostrando su cuerpo de 71 años.
Ante esa gran expectativa Bernhard Maaz, director general de las colecciones estatales de pintura de Baviera, preguntó: “¿Puede haber arte en el que la provocación no tenga cabida?” Y agregó: “La subasta anunciada no se llevará a cabo”. El público quedó perplejo. “Uno de mis mayores coleccionistas suizos compró todo junto hace unas horas”, explicó luego el artista al periódico alemán, y aseguró que eso no estaba planeado.
¿Fue una compra real, o sólo una estrategia de marketing? Lo cierto es que esta acción que evoca la película The Square, disponible en Netflix, sirvió para promocionar a nivel global su muestra Flatz. Algo anda mal con la escultura física en la Pinacoteca Moderna de Múnich, ciudad donde vive el artista nacido en Austria. Allí se exhibirán hasta el 5 de mayo performances, esculturas, instalaciones multimedia y una reproducción de tamaño natural de su cuerpo, cubierto por sus tatuajes.
Hace tres días, Bild había anunciado la noticia de la subasta, que supuestamente iba a estar dirigida por Dirk Boll, director de arte de los siglos XX y XXI en Christie’s. “Por supuesto, nos preguntamos si algo así estaba permitido. Por eso subastamos únicamente fotografías de tamaño natural del artista, cada una de las cuales muestra además 13 tatuajes diferentes en el cuerpo de Wolfgang Flatz. Él mismo se comprometió en su testamento a que cada comprador recibiría después de su muerte el trozo de piel reproducido en la foto”, dijo Boll, según el diario.
En su sitio web, Flatz anunciaba este proyecto titulado “Arriesgar la propia piel”. “Siguiendo una tradición japonesa –se anunciaba allí- cada uno de estos tatuajes será recortado, preparado y presentado detrás de un cristal. Hasta la entrega póstuma de los trozos de piel preparados, las fotografías de cuerpo entero con las respectivas zonas de piel marcadas sirven como representaciones simbólicas”. Junto a esa descripción se anunciaba que se recibirían ofertas telefónicas hasta las 15 de ayer y se ofrecían dos mails de contacto de Christie’s. Lo llamativo era que la página de Christie’s no mencionaba dicha subasta, pero medios, sitios web y agencias de varios países –incluida la Argentina- se hicieron eco de todos modos.
“La piel me pertenece, puedo hacer con ella lo que quiera. En Japón, los museos de piel con tatuajes humanos tienen una larga tradición”, había declarado a Bild Flatz, que tiene tatuados dichos antiguos en letras griegas y japonesas, al estilo de los samuráis. “Su dedo meñique izquierdo también tiene un tatuaje, como es habitual en la Yakuza (asociación criminal japonesa)”, señaló el periódico.
“Cuando los Yakuza tienen que disculparse con sus jefes, les cortan el dedo meñique y lo entregan en señal de lealtad –declaró Flatz-. Después de mi muerte, mi dedo meñique izquierdo también irá como muestra a quien lo haya comprado en la subasta”.
Los proyectos de Wolfgang Flatz suelen ser extremos y provocadores. En 1992 participó de la Documenta IX de Kassel con Bodycheck/Escultura Física No. 5: en el segundo piso del Fridericianum colgó una gran cantidad de cuerpos cilíndricos que ocupaban toda la sala, similares a los sacos de arena que utilizan los boxeadores para entrenar, que pesaban lo mismo que su propio cuerpo. Para abrirse paso entre ese bosque de esculturas, separadas por apenas 40 centímetros, los visitantes se veían obligados a separarlas. “Sólo les permite moverse como un acto consciente –declaró entonces-, como un compromiso físico y mental directo con la escultura”.
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