Enfocada en el futuro, la feria ARCO crece como referente del arte latinoamericano en Europa
“Para no ser un recuerdo hay que ser un re-loco.” Con esa frase, escrita con marcador sobre una tela, Federico Manuel Peralta Ramos sintetizó su visión sobre el legado que lo convertiría en uno de los pioneros del arte conceptual argentino. “¿Te parece que aún tengo vigencia?”, solía preguntarle en un café de la calle Uruguay a su amigo Rafael Squirru, entonces director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, mientras convertía en obra reflexiones como ésta: “Arte que me hiciste mal y sin embargo te quiero. Arte que te llevaste amigos. Arte que hacés sufrir. Arte que maltratás a la gente. Arte perro. ¿Por qué no te dejás de joder?”
El poder de la insistente provocación del arte volverá a revelarse a partir de pasado mañana cuando inaugure la feria madrileña ARCO, donde la galería argentina Del Infinito demostrará con un Solo Project la vigencia de Peralta Ramos un cuarto de siglo después de su muerte. Nada más oportuno para acompañar el concepto central de esta 37a edición, “el futuro”, que además de contar con sección propia dentro de la feria inspirará un foro interdisciplinario y muestras en cuatro instituciones de la capital española.
“El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer”, es la frase de Jorge Luis Borges elegida por Chus Martínez para titular una selección de 22 artistas de 19 galerías, entre las 208 de 29 países que participan este año. “No es una referencia a lo que está por llegar, sino a nuestra capacidad de tomar cartas en el asunto –aclara la curadora española–. Ganar un espacio que nos sirva para imaginar, producir y proponer una visión de la complejidad que nos acecha.”
Una serie de dibujos comestibles que aludirán al canibalismo cultural e invitarán a cuestionar “las relaciones que hemos establecido históricamente con nuestras ideas y sentimientos” es lo que presentará Eduardo Navarro en dicha sección, que no estará dividida por stands. Adriana Minoliti, la otra artista argentina elegida por Martínez y su equipo curatorial, apela a la geometría para “representar e imaginar una utopía transhumana en la que las teorías de género se pueden aplicar al lenguaje pictórico”.
La audacia parece ser un rasgo de Martínez. Actual directora del Instituto de Arte de la Academia de Arte y Diseño de Basilea, tuvo a su cargo en 2013 la programación del programa Prime Time del auditorio de arteBA. Al año siguiente fue mencionada por Enrique Vila-Matas en el libro Kassel no invita a la lógica por su rol como cocuradora de la Documenta 13, cuando invitó al autor español a escribir y relacionarse con el público durante días en un restaurante chino de la ciudad alemana.
En la siguiente edición de la muestra de arte contemporáneo más importante del mundo participaron el año pasado Marta Minujín y el dúo integrado por Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg. Obras de los tres se exhibirán también ahora en ARCO, junto con las de otros destacados artistas argentinos representados por las galerías Ruth Benzacar, Del Infinito, Henrique Faria, Jorge Mara-La Ruche, Barro, María Calcaterra, Zmud, la peruana Revolver y la colombiana Instituto de Visión.
Entre ellos figuran varios que se adelantaron a su tiempo, como suelen hacerlo los artistas: la coloración de los canales de Venecia, con la cual Nicolás García Uriburu buscó alertar hace cinco décadas sobre los peligros de descuidar el medioambiente, las ciudades hidroespaciales de Gyula Kosice o el arte cinético e interactivo de Julio Le Parc son algunos ejemplos de lo que significa crear el futuro.
“Si un espectador se da cuenta de que es tomado en consideración por las obras expuestas, que le dan algo, quizá pueda decir después: ‘¿Por qué en otros lugares no recibo esto?’”, reflexiona Le Parc, artista mendocino radicado desde hace sesenta años en París, para quien el público es tan importante como su propia creación, el crítico, el galerista, el curador, el coleccionista o el director del museo.
“El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo”, escribió Roberto Arlt en el prólogo a Los lanzallamas, su tercera novela, publicada en 1931. Algo de esa actitud se percibe hoy en la labor de varios argentinos que están buscando una realidad mejor para los artistas latinoamericanos. Días atrás, el Museo de Arte Moderno de Nueva York anunció que Inés Katzenstein ocupará uno de los puestos más influyentes para el arte de la región en el mundo: será la curadora de arte latinoamericano del museo y dirigirá además el flamante Instituto de Investigación Patricia Phelps de Cisneros para el Estudio del Arte de América Latina. Curadora de la muestra oficial de la Argentina que alojó ARCO el año pasado, Katzenstein ya adelantó que impulsará proyectos con Ana Longoni, que acaba de asumir la dirección del área de Actividades Públicas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Otra novedad es que ARCO estrena en esta edición un comité internacional, integrado por los premiados en ediciones anteriores de los Premios “A” al coleccionismo. Entre ellos se cuentan los argentinos Jorge Pérez, principal mecenas del Pérez Art Museum Miami, y Eduardo Costantini, que el año pasado presentó en Madrid parte de su colección. “Es un consejo que va a poner en valor la participación del mecenazgo privado en el arte contemporáneo”, dijo a LA NACION dos meses atrás Carlos Urroz, director de ARCO, mientras se reunía con ellos en el marco de Art Basel Miami, cita obligada para tejer redes entre sus colegas.
Instalada en Estados Unidos desde 2002, la feria suiza nacida en Basilea hace casi cinco décadas desplazó a su par española de su rol como "puente" entre continentes, y dejó a ARCO relegada a "referente de América Latina en Europa". En esa dirección viene trabajando en los últimos años, en los que rindió homenaje al arte de Colombia y de nuestro país.
“Después de la Argentina, ¿qué?”, respondió Urroz al ser consultado sobre la ausencia de país invitado en esta edición, aunque adelantó que el año próximo será el turno de Perú. “Lo digo en parte en broma y en parte en serio –agregó–. Porque la energía que ponéis los países latinoamericanos cuando lo hacéis bien no la puede batir un pequeño país europeo o una escena que no tenga ese nivel y esas ganas de estar presente en Madrid, de vincularse con doce o catorce instituciones” para “bienalizar” la ciudad.
El éxito de esas experiencias realizadas por Colombia y la Argentina llevó a impulsar este año muestras paralelas a la feria en el Museo Thyssen, el Matadero, el CA2M y CentroCentro, que abordarán entre otros temas la falta de conciencia ecológica. Puertas adentro de la feria, la reflexión sobre el futuro también será el eje de un foro interdisciplinario que reunirá a artistas y pensadores. “No se tratará sobre naves espaciales ni cyborgs –aclaró Urroz–, sino sobre lo que estamos dejando atrás y la necesidad de analizar si debemos recuperarlo.”
CLAVES
- La cita: Del 21 al 21 de febrero, la 37a edición de ARCO alojará en Madrid a 208 galerías de 29 países. Un tercio de la participación internacional corresponde al continente americano, con 35 galerías de 10 países de la región; 15 de ellas son de Brasil.
- El tema: Este año no habrá país invitado. "El futuro" será el concepto que abarcará una sección dentro de la feria, debates interdisciplinarios y exposiciones en cuatro instituciones de Madrid.
- Argentinos: Decenas de artistas argentinos estarán representados por las galerías Ruth Benzacar, Del Infinito, Henrique Faria, Jorge Mara-La Ruche, Barro, María Calcaterra, Zmud, Revolver e Instituto de Visión.
- Cupo femenino: Este año, todas las secciones curadas están a cargo de mujeres: Chus Martínez, Rosa Lleó y Elise Lammer (El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer) María de Corral, Lorena Martínez de Corral y Catalina Lozano (Diálogos) y Stefanie Hessler e Ilaria Gianni (Opening).