En su nuevo libro, el exsecretario de Cultura Darío Lopérfido pronostica el final del kirchnerismo
“La decadencia del relato K” reúne textos escritos durante la pandemia y entrevistas a intelectuales críticos del Gobierno nacional, como Sandra Pitta y Juan José Sebreli
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“El kirchnerismo entiende que las cosas se resuelven con la fuerza, en vez de con el diálogo”, escribe Darío Lopérfido (Buenos Aires, 1964) en su nuevo libro, La decadencia del relato K (Galerna), que llegará esta semana a las librerías. El exministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires y exsecretario de Cultura y Medios de la Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa reaparece en la escena pública con un libro que confronta con datos las mitologías del discurso kirchnerista sobre economía, derechos humanos y educación, desde los años de Néstor Kirchner hasta el gobierno de Alberto Fernández, pasando por las dos presidencias de Cristina Fernández de Kirchner. El estilo de Lopérfido no es eufemístico: “El kirchnerismo se autodenomina un movimiento igualitario, pero no son más que revolucionarios de cotillón que defienden lo que su politburó de mafiosos ricachones instalan como discurso oficial”.
Con su familia, vivió la primera etapa de la pandemia en Alemania y luego se instalaron en Madrid. “Creo que es el lugar donde más inteligentemente se trató la pandemia -dice Lopérfido a LA NACION desde la capital española-. Aquí se abrió todo cuando en el resto de Europa y en el mundo había muchas restricciones, se apeló a la responsabilidad individual y salió muy bien, y la estructura de servicios (bares, restaurantes, gimnasios, hoteles) sobrevivió bastante bien gracias a la decisión de Isabel Díaz Ayuso. En Madrid no hubo conflicto sanitario ni mucho menos. Hubo controles, se vacunó y se testeó”. Respecto de la gestión del Gobierno nacional, Lopérfido opina que ha sido una calamidad. “Los resultados son malos en toda la línea -remarca-. No hubo lugar casi en el mundo que estuviera cerrado por un año, en el que los chicos no tuvieron clases. Eso ha sido criminal. Los chicos de bajos recursos perdieron escolaridad y hubo muertos por violencia policial, sobreprecios en las compras del Gobierno nacional y de gobiernos provinciales, más el escándalo internacional del vacunatorio vip, con personajes siniestros como Horacio Verbitsky, jóvenes militantes de La Cámpora y otros ‘revolucionarios’ kirchneristas que no tuvieron escrúpulos en vacunarse antes que la población de riesgo. Me preocupa mucho lo que está pasando en la Argentina”. La única chance que encuentra es que la oposición “se ponga a la altura del desastre en el que está el país y que no crea que se puede negociar ni arreglar nada con el kirchnerismo, que solo propone un camino de disolución, profundo aislamiento internacional y decadencia”. Y concluye: “La defensa de la república y de la libertad es clave en este momento y la oposición debe entender eso”.
Libros políticos
Con esta novedad editorial, se amplía una biblioteca de títulos firmados por políticos oficialistas y opositores publicados en 2021 -un año electoral-, como los de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Javier Milei, Patricia Bullrich y Matías Tombolini, entre otros. A la vez, integra una “colección” de libros críticos de las políticas del oficialismo, como los de Osvaldo Bazán, Fernando Iglesias y Jorge Fernández Díaz, entre otros autores.
La decadencia del relato K agrupa escritos urgentes sobre diversas materias -fanatismo y convivencia, economía, relaciones internacionales, educación, justicia y libertad de expresión- con entrevistas a intelectuales y científicos críticos del kirchnerismo, como el ensayista y filósofo Juan José Sebreli, la investigadora del Conicet Sandra Pitta -con la que analiza la gestión de la pandemia por parte del Gobierno nacional- y el historiador italiano Loris Zanatta (esta última, hecha junto con Alejandro Bongiovanni). El autor agradece a estos intelectuales y a Diego Dillenberger, María Victoria Baratta, Marcelo Gioffré, Daniel Hadad, Román Lejtman, Fundación Apolo, Fundación Libertad, Gonzalo Garcés y Vinnie Blache, su pareja y madre de Theo, hijo del Lopérfido, entre otros.
“El relato kirchnerista está cayendo -se lee en las primeras páginas-. La realidad es dura y los hechos son irrefutables. Lo penoso es que millones de ciudadanos depositaron su confianza en la actual dirigencia, algunos por convicción, otros por revancha o como ‘voto castigo’. Y hoy todos somos un poco más pobres. El kirchnerismo ha logrado que cada vez más jóvenes no vean un futuro en la Argentina y decidan emigrar en busca de oportunidades, como ya lo hacen tantos venezolanos que escapan del infierno chavista”.
En las casi doscientas páginas de La decadencia del relato K, Cristina Kirchner aparece mencionada más de setenta veces y tanto el actual presidente de la nación como el expresidente Macri, una treintena (igual que Jorge Bergoglio). El nombre del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no figura ni una sola vez.
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— Dario Loperfido (@LoperfidoDario) May 28, 2021
Una señal de la decadencia del relato kirchnerista que destaca Lopérfido es la reacción social contra las restricciones que se hizo sentir en las calles y en las redes sociales durante 2020 y los primeros meses de 2021. Además, anticipa que las elecciones de este año pueden marcar el “comienzo del fin” del gobierno de Alberto Fernández. “La clase media trabajadora argentina está diciendo basta”. Por otra parte, se vuelve a referir de manera crítica a la alianza entre el kirchnerismo y los organismos de derechos humanos. “Resulta lamentable la prostitución de los organismos de derechos humanos -sostiene-. Fueron cooptados por una épica de romantización de los 70 y luego se vendieron por plata. Instituciones que han sido ejemplo en el mundo hoy han perdido toda credibilidad, han perdido todo el prestigio alguna vez ganado”. También deplora que estos organismos no se hayan pronunciado en contra de los abusos de poder y las violaciones a los derechos humanos durante la extensa cuarentena de 2020.
Un fragmento de la conversación entre Lopérfido y Sebreli
D.L.: Me gustaría hacerte una pregunta porque te involucra. Yo soy muy crítico de “los intelectuales”, de esa tradición francesa, pero tengo que hacer la excepción y considero que, si hay un intelectual de verdad, ese sos vos, no solo por tus escritos, sino también porque seguís conservando una osadía intelectual, en términos de la libertad de pensar y expresarte. Dijiste, por ejemplo, que ante este gobierno la desobediencia civil es una forma democrática de expresarse, basándote en la historia de las libertades, algo que nadie más dijo. Me preocupa mucho en Argentina la cantidad de personas que pertenecen al mundo llamado “intelectual”, incluso de la izquierda, que han uniformado el discurso. Me hace acordar a los intelectuales franceses respecto de la Unión Soviética. ¿Coincidís conmigo? ¿Qué opinión te merece esto?
J.J.S.: Es el fascismo de izquierda. Acá no hay izquierdas ni derechas. Hay populismos de izquierda y populismos de derecha, y en algunos países de América Latina predomina más el de izquierda. Ese es el fenómeno que hay que tratar de desmitificar.
D.L.: Coincido totalmente. Y en el medio de esos populismos estamos los que defendemos los valores republicanos, democráticos, y la libertad.
J.J.S.: Y nos llaman de derecha, conservadores o fascistas. Es una paradoja increíble. Yo postulo la idea del liberalismo de izquierda, que se entronca en la tradición de John Stuart Mill y que en el siglo XX tuvo un desarrollo muy rico con Bobbio en Italia, Anthony Giddens y Bertrand Russell en Inglaterra y John Rawls en Estados Unidos. Es una fórmula en la que mercado, Estado y sociedad encuentran cierto equilibrio.
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