En el Golfo Pérsico, como en casa: los artistas argentinos aportan su energía creativa
Gracias a los puentes culturales que está construyendo el arte latinoamericano, el escenario árabe puede resultar no tan exótico; la feria de Dubai, que comienza mañana, confirma este acercamiento
DUBAI.– Dubai Frame se llama el edificio de 150 metros de alto por 105 de ancho inaugurado hace un año en esta ciudad del Golfo Pérsico. Con forma de marco y un enorme cuadrado vacío en el centro, permite ver la capital de uno de los siete Emiratos Árabes como si se tratara de una gigantesca fotografía. En este exótico escenario es posible, sin embargo, sentirse como en casa, gracias a los puentes culturales que está construyendo el arte latinoamericano.
"He visitado Buenos Aires en innumerables ocasiones, tengo grandes amigos allí", dice el madrileño Pablo del Val, director de la feria Art Dubai, que llegó a los Emiratos Árabes en 2015 tras haber dirigido durante cuatro años la feria mexicana Zona Maco. "Desde la década de 1990 mi relación con América Latina ha sido continua –agrega–. La Argentina ha sido fundamental para mi desarrollo profesional".
Su visita más reciente fue en septiembre pasado, para la semana de Art Basel Cities : Buenos Aires. Quedó impresionado con la instalación realizada por Luciana Lamothe en la Plaza República Oriental del Uruguay, como parte del circuito Rayuela, y con las obras de Nicanor Aráoz que vio en la trastienda de la galería Barro, en La Boca. Tanto que los jóvenes artistas argentinos fueron invitados a participar de una residencia de varias semanas en esta ciudad.
La producción que realizaron in situ se revelará mañana en la sección "Residents" de Art Dubai, a cargo de la curadora brasileña Fernanda Brenner y de la curadora local Munira Al Sayegh, dedicada este año por completo a América Latina. Junto con Lamothe y Aráoz, participan otros diez artistas de Brasil, Uruguay, Cuba y Colombia.
Según adelantaron los artistas argentinos a LA NACION, allí se podrán ver varios dibujos y una escultura de Aráoz, protagonista de una muestra antológica en la Universidad Torcuato Di Tella en 2016, y tres esculturas de Lamothe similares a las que exhibió ese mismo año en la prestigiosa galería Steve Turner, en Los Ángeles.
"Todo es nuevo. Hasta lo que parece viejo es nuevo", observa Aráoz sobre una ciudad que le recuerda a "la Detroit de Robocop". De Dubai le impactaron el led que lo ilumina todo por la noche y su "energía Sci-Fi", relacionada con su propia obra.
Un poco distinta fue la experiencia de Lamothe como mujer en un país musulmán. Habituada a trabajar con materiales industriales, se vio obligada a ir varias veces a comprarlos en "una zona 100% masculina". "Un día el negocio estaba cerrado, porque era mediodía, y para hacer tiempo me fui a comer a un restaurante cercano –recuerda–. Fue una situación extraña porque sabía que las mujeres no van por esos lugares. La comida muy rica y la gente, más que amable".
La carrera de esta artista nacida en Mercedes en 1975 despegó gracias al célebre Premio Currículum Cero, impulsado por la galería Ruth Benzacar, que también reveló al mundo el talento de Adrián Villar Rojas. "Nunca olvidaré la primera vez que conocí a Ruth Benzacar; en mis inicios profesionales fue una fuente de inspiración", recuerda Del Val, convencido de que "Latinoamérica ya no es una moda como hace unos años, sino una realidad dentro del mercado global. No hay colección interesante que no cuente con artistas latinoamericanos –agrega–. Me parece muy interesante ver cómo las galerías del continente están conectadas con Medio Oriente y con otras latitudes, como el sudeste asiático y África, que son parte del ADN de Art Dubai. Sus programas están funcionando muy bien aquí. Hay discursos y reflexiones en común, como la migración, y estéticas a veces más cercanas de lo que pensamos. No hay que olvidar que las migraciones siria y libanesa, por ejemplo, han sido muy relevantes en América Latina".
La participación de argentinos esta semana en Art Dubai coincide con la de Adriana Bustos en la Bienal de Sharjah, cuya instalación de acuarelas ocupa una sala entera. Fue inaugurada a principios de mes mientras la galería porteña Quimera exhibía obras de jóvenes artistas en la feria ArtBAB, en el cercano Reino de Bahrein.
Arte en tierra de petróleo
Las actividades relacionadas con el arte parecen multiplicarse en esta región árabe, que en los últimos años fue noticia repetidas veces por las fuertes inversiones que apuntan a posicionar a los países petroleros como destinos culturales. Las contundentes ganancias que por ahora trae el llamado oro negro, un recurso limitado, sirvieron por ejemplo para financiar el famoso Louvre de Abu Dhabi, inaugurado a fines de 2017. Allí se alojaría el cuadro más caro de la historia, el Salvator Mundi, atribuido a Leonardo Da Vinci, comprado en una subasta por un príncipe saudira por 450,3 millones de dólares.
Mientras continúa siendo una incógnita si esa pieza viajará este año al Louvre parisino para la muestra homenaje por los 500 años de la muerte del genio italiano, los anuncios no dan respiro: también sobre el Golfo Pérsico, en Doha, se inaugurará la semana próxima la nueva sede del Museo Nacional de Qatar, de 40.000m2, diseñada por el célebre arquitecto Jean Nouvel.
En este contexto, el arte latinoamericano sigue conquistando espacios en la escena global. En los últimos años, además del debut en Buenos Aires del programa Art Basel Cities y del programa Pacific Standard Time LA/LA, impulsado en 2017 desde Los Ángeles por la Fundación Getty, América Latina fue una gran protagonista en la feria madrileña ARCO, que recibió como países invitados a Colombia, la Argentina y Perú. Y todo indica que esa tendencia se fortalecerá, ya que la paulista SP-Arte dedicará del 3 al 7 de abril un sector especial a una docena de artistas latinoamericanos. Entre ellos, el paraguayo Feliciano Centurión, uno de los referentes de la "generación del Rojas", a quien la galería argentina Walden le dedicó el stand completo en la última edición de Art Basel Miami.
Esa misma semana, Art París presentará "Estrellas sureñas: una exploración del arte latinoamericano", sección que abarcará obras realizadas desde la década de 1960 por sesenta artistas de la región. La Argentina estará representada con obras de Leonor Fini, Marcelo Brodsky Ana Gallardo, Matilde Marín, Juan Stoppani y Nicola Costantino, entre otros.
A todo esto se suman la reciente donación de la Colección Patricia Phelps de Cisneros a la Fundación Museo Reina Sofía de 45 obras de 33 artistas contemporáneos latinoamericanos –entre ellos, los argentinos Eduardo Costa, Fabián Marcaccio y Miguel Ángel Ríos– y la gestión de Inés Katzenstein como curadora de arte latinoamericano del MoMA de Nueva York, donde dirige además el Instituto Cisneros para la Investigación del Arte de América Latina.
Entusiasmados con tantos logros, los latinoamericanos expatriados demuestran tener energía suficiente para competir con la del petróleo. Días antes de arribar a esta ciudad con un grupo del "círculo latino" del Museo Guggenheim, la coleccionista argentina Benedicta Badía armó un activo grupo de WhatsApp con miembros de distintas partes del mundo para "potenciar el poder latino en Dubai y ayudarnos entre todos".
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