En el Museo Picasso de París, una jubilada se robó una prenda creada por un artista y, como le quedaba grande, la achicó para poder usarla
El insólito hecho ocurrió a comienzos de marzo y, semanas después, la mujer fue detenida
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El Museo Picasso de la ciudad de París fue sede de un nuevo incidente protagonizado por una anciana y una obra de arte. Una jubilada francesa de 72 años se robó una chaqueta azul, obra del artista catalán Oriol Vilanova (Manresa, 1980), y la llevó al sastre para ajustarla a su medida. Semanas después del hurto, que ocurrió a comienzos de marzo, volvió al museo y pudo ser detenida. La mujer alegó que pensaba que alguien se había olvidado la prenda, que colgaba de una de las paredes de la institución junto a una foto del artista español Pablo Picasso. La obra de Vilanova integra la exposición Picasso à l’image, que se inauguró en noviembre de 2021 y se extenderá hasta el 12 de febrero de 2023.
La muestra propone un recorrido por las colecciones del museo y se centra en las apariciones del artista español Pablo Picasso en películas amateurs, documentales y entrevistas televisivas. En el tercer piso del museo, una instalación reproduce su atelier en Ville La Californie, en Cannes, donde el artista residió y trabajó de 1955 a 1961. Allí estaba exhibida la chaqueta creada por Vilanova, del color del periodo azul picassiano, junto a una foto del artista español, usando el saco de trabajo original.
La prenda de Vilanova, titulada Old Masters, tenía en los bolsillos postales con reproducciones de obras pictóricas seleccionadas por el artista para que los visitantes de la muestra, al observarlas, reflexionaran sobre la distancia que existe entre la obra de arte y su imagen. La actual directora general del Museo Picasso de París, Sabine Longin, contó que los visitantes incluso podían probarse la prenda. La jubilada francesa dio un paso más en la propuesta interactiva y se llevó la chaqueta para achicarla y poder usarla.
Al advertir la desaparición de la obra, el museo realizó la denuncia y los agentes de la policía solo tuvieron que ver las imágenes de la cámaras de seguridad del museo para reconstruir los hechos. Las imágenes mostraron que la mujer había tomado la prenda, la guardó en su bolso y salió a la calle.
Semanas después del hecho, la mujer volvió al museo. Los guardias de seguridad alertaron a los agentes policiales y la jubilada -asidua visitante de museos según sus declaraciones- fue detenida por el robo de la obra de arte. Al cabo de unas horas, la fiscalía de París ordenó su liberación. Cuando la jubilada devolvió Old Masters, las autoridades del Museo Picasso notaron que tenía treinta centímetros menos de tela: la mujer la había llevado al sastre para ajustarla a su talle.
La colección del Museo Picasso está formada por más de trescientas pinturas, cien esculturas y cerámicas y más de tres mil dibujos y grabados que cubren todas las épocas de Picasso: los periodos azul, rosa y cubista, los ballets rusos, su época neoclásica y obras de la colección personal del pintor. En junio de 2009, en el mismo museo tuvo lugar el robo de un cuaderno de bocetos de Picasso, con 33 dibujos realizados con lápiz, valuado en nueve millones de euros.
Por un lado, este episodio revela que los robos en museos públicos y privados no son tan excepcionales como podría creerse. Por otro, recuerda el caso protagonizado por Cecilia Giménez, la octogenaria española que, en su intento por restaurar un fresco del siglo XIX del Santuario de Misericordia en la localidad de Borja, conocido como Ecce Homo, arruinó la obra del pintor español Elías García Martínez. Al ver la obra deteriorada por años de exposición a la humedad, la mujer no pudo resistir el impulso de “arreglarla”. En su momento, los funcionarios expresaron que Giménez tenía las mejores intenciones y manifestaron que la obra podía restaurarse de manera apropiada. Si el caso de Ecce Homo inspiró una ópera cómica, ¿qué ocurrirá con la historia de la jubilada parisina y la chaqueta exhibida en el Museo Picasso?