En Córdoba, el arte es una fiesta federal
CÓRDOBA.- Mercado de Arte de Córdoba es una burbuja: una feria de arte federal, donde un contingente de visitantes se pasea alegre y compra obras de arte (en pesos), no se habla de política y se comparte un entusiasmo común: hacer para el arte argentino una escena descentralizada. Mientras, colman los pasillos chicos con globos, gente con perros, trabajadores que salen de sus trabajos y gente sin techo, porque la feria sucede en el corazón de la ciudad, en el Cabildo y la Plaza San Martín, y es abierta al público. Tanto, que tiene doble circulación y es la mejor manera de cruzar la plaza.
Esta es su séptima edición y es un éxito de convocatoria y de calidad expositiva. Es el fruto de muchos entusiasmos. El primero, el de la Directora General de Desarrollo y Cooperación Cultural, Natalia Albanese, su creadora e impulsora de todos estos años junto con el secretario del Cultura, Pancho Marchiaro. Supieron tejer alianzas para que este encuentro fuera sostenible, organizado desde el municipio y con sponsors, lo que permite ofrecer stands accesibles, pero con propuestas de calidad y buena curaduría. Por eso hay 65 galerías, y casi la mitad son de esta provincia.
Ayer, durante el primer día abierta al público ya tuvo ventas. Cecilia Caballero vendió un conjunto de monstruos vegetales de Fernando Brizuela, Criadero, por 120.000 pesos. Aunque acá los tiempos son otros y las ventas importantes se cierran el último día, este domingo, los puntos rojos se vieron en pequeñas piezas, como las que ofrece el espacio Luogo, de Rafaela, Santa Fe, que vendió cuatro pinturas de Daiana Martinello, a 12.500 pesos cada una. El precio era en realidad de 200 dólares, pero acá todo se pesifica, y nadie está muy seguro de en qué valor está la divisa. Hay un "dólar arte" que ronda los 60 pesos. La galería UV Estudios puso boquitas pintadas en lugar de puntos para indicar las ventas de cinco piezas de Guzmán Paz, de entre 15.000 y 55.000 pesos. El artista se paseaba con una túnica roja (diseño de Pablo Bernard) que llevaba una inscripción: Cotización del dólar. No tenía números esa pizarra ambulante.
"Acá no hay grieta. Ni un comentario político. Creo en el poder de unión del arte", dice Caballero, aunque frente a su stand hay una obra de Juan Pablo Liboá con cartel luminoso de casa de cambio que reza Game Over, Insert Coin, y un muro con alambres de púas guarda un frizo de dólares. "Estamos todos entusiasmados, intentando no mirar la realidad política y sí al arte, estar con amigos, apoyarnos entre todos", dice María Casado, otra galerista de Buenos Aires. En la galería LYV los precios están a la vista, en carteles al lado de las obras. Una pintura de gran formato de Luis Wells se ofrece por 600.000 pesos. Se han vendido varias pequeñas de este maestro por 10.000 y un grabado de 1988 de León Ferrari por 65.000 pesos. Marchiaro puso un punto rojo en un dibujo de Remo Bianchedi, por 28.000 pesos.
Es récord la cantidad de visitantes de la comunidad artística nacional (está la cúpula de arteBA, los grandes coleccionistas, curadores, funcionarios de cultura de diferentes administraciones, muchos artistas) e internacional (abundan los coleccionistas chilenos, pero también figuras como la curadora Mari Carmen Ramírez, que será una de las disertantes en el nutrido programa del auditorio). "La feria se va profesionalizando cada vez más", señala la galerista rosarina Gabriela Galasso. "Los admiro a los cordobeses. Los correntinos venimos a aprender", cuenta Valeria Rolón, coleccionista que participó en la primera feria de su provincia este año.
En los stands están, claro, los artistas, con variedad de disciplinas y estilos. Desde grandes maestros como Carlos Alonso y Luis Felipe Noé, hasta los más jóvenes, como Marisol San Jorge y Catalina Oz. Mite exhibe dibujos de la reciente ganadora del Premio Fortabat en su categoría artistas jóvenes, Valeria Maggi. Recién llegado de Austria y Francia, está la mitad cordobesa del dúo Chiachio&Giannone, Daniel Giannone, con obra en Ruth Benzacar. "Vine directo para acá porque es importante apoyar la feria", señala. Otra artista interesante es Sara Goldman, anfitriona de un convite en los cerros, que es parte del programa de visitas a galerías y talleres por diferentes zonas de la ciudad. La feria se expande además con muestras paralelas en museos y centros culturales, por lo que es común reencontrar artistas en diferentes situaciones. Por ejemplo, Celeste Martínez no participa en la feria pero sí en las exposiciones del Museo Genaro Pérez, Casa Naranja y Espacio Colón.
El lema curatorial es Mirada Situada, de la museóloga e historiadora Celina Hafford. "Todos vivimos en esta época y a todos nos cuesta descifrarla. La mirada situada es reconocer que todos tenemos una forma de mirar y en la suma de esas formas de mirar se completa el arte contemporáneo", explica.
La presencia de espacios emergentes de todo el país es fruto de un trabajo de campo de la organización de la feria, que fue a buscar artistas y espacios a Mendoza, Rosario, San Luis, Tucumán, La Plata, Santiago del Estero y Catamarca para su Zona Bonino. "Ha sido una decisión trabajar en términos regionales, mapear las escenas e invitar a participar. ¡Es la descentralización de la descentralización! También dimos capacitación para exportación para galerías establecidas y otra para la formación de galerías emergentes. Nuestra escena sólo puede crecer en relación con otros", cuenta Albanese. Y hay más amplitudes: Lucas Despósito participa en Bonino con Arde, un proyecto de artistas que aún no tiene espacio físico, ya que la convocatoria de la feria está abierta para colectivos artísticos, galerías virtuales y proyectos culturales que no necesariamente estén orientados a la venta.
Fue otro entusiasmo el que trajo a Chile como país invitado. "El año pasado fui la única galería chilena en la feria y volví encantada con el nivel curatorial, el programa de visitas, la escala humana... Al regreso, empezamos a promoverla", dice Carola Musalén, de Factoría Santa Rosa, una de las seis galeristas trasandinas presentes.
"Todos van a la feria de Córdoba, ¿por qué yo no?", le preguntó al coleccionista Joaquín Rodríguez un par. "¡Vení!", le dijo. Así reunió un contingente de 80 potenciales compradores que colmaron la ciudad, visitaron museos y galerías, brindaron en cócteles y fueron en busca de tesoros a la feria. También, junto con Abel Guaglianone, juntaron fondos para el Premio en Obra, que ayer repartió 140.000 pesos entre dos espacios emergentes, Galería Fuga y galería Mantera, y dos artistas, Las Hijas de Israel y Rodolfo Sousa. Otro galardón, el Premio Argentino de Arte Público, fue este año para la artista Inés Pereira. Por el Programa Adquisición, el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén se quedó con una obra de Fabián Nonino, de la Galería Selvanegra, y el Museo Municipal de Bellas Artes Genaro Pérez incorporó a Rosalba Mirabella, de Taller Galería.
Los pasillos se vuelven intransitables por momentos en este fin de semana de sol. Hay un trabajo realizado en la formación de público, en alianza con la universidad, que ofrece orientación y visitas mediadas, y un programa especial para niños. "Es muy importante esta feria porque consolida el mercado interno, devolviendo la categoría de consumo cultural a las artes visuales ", dice Herminda Lahitte, de la galería Hache.
"Estoy muy feliz con la visita de tanta gente. Estas cosas potencian a la feria. Hay que empezar a descentralizar el arte y que haya nuevos escenarios", dice José Luis Lorenzo, anfitrión en una multitudinaria inauguración de Espacio Colón y luego en una cena en su casa. "Si bien la coyuntura está rara, la gente está apostando al arte", dice la galerista Catalina Urtubey.
Mercado de Arte cuenta con apoyo del Ministerio de Cultura de La Nación, Fondo Nacional de las Artes y el Gobierno de la Provincia, entre más de treinta auspiciantes institucionales y privados. "Alianzas estratégicas para construir puentes. Somos varios en este plato", cuenta Albanese. El gobierno de esta ciudad ha cambiado de signo y por eso, tras ocho años de gestión, Albanese prepara su sucesión. "Esta feria es hija mía pero ahora hay que soltarla", dice. Para eso, ya hay una ordenanza para asegurar su continuidad y fundaron un consejo asesor para contener el proyecto, con coleccionistas, galeristas y gestores culturales. Todos esperan que lo bueno de esta feria, que es mucho, continúe.
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