El silencio, un “sonido” con ritmo propio presente en la literatura, la música y el teatro
El Filba, que se desarrollará entre el jueves y domingo, propone a escritores y artistas reflexionar sobre cómo se narra sin palabras; “Si el libro llama la atención sobre esto, tal vez sea porque nuestro mundo está ahora saturado de ruido”, dice el neoyorkino Jesse Ball, uno de los invitados internacionales del festival
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Describir una casa en cualquier disciplina del arte puede tener sus desafíos, pero es parte de una materialidad concreta. Se puede ver, tocar, oler; contar a través de los sentidos. Pero, ¿cómo se narra el silencio? Si hasta en la música tiene un signo: está, pero no se toca, y sin embargo hace su parte en el todo. El silencio como tema es el eje de la nueva edición del FILBA (Festival Internacional de Literatura Buenos Aires), que comienza este jueves y cierra el domingo 29. Con mesas y expositores que desarrollarán el tópico en diferentes disciplinas e invitados internacionales como Jesse Ball, Alejandra Costamagna, Cynthia Rimsky. Dentro de las voces nacionales, las ponencias y los encuentros tendrán a escritores y poetas como Mariana Enríquez, Alicia Genovese, Carlos Gamerro. Para pensar sobre el silencio, también se suman artistas de otras disciplinas: Analía Couceyro, Kevin Johansen, Lucrecia Martel. Un listado que reúne a los hacedores de las distintas artes para pensar sobre el lugar del silencio en el proceso de creación, en el cuerpo de la obra, en cómo espeja en lectores y espectadores; eso, una relación con el silencio.
Antes de esta participación en el FILBA, aquí se lo conoció por un primer libro, Toque de queda, pero su llegada lo recibe con cinco más editados por Sigilo, entre el que está Cuando comenzó el silencio. Así, a Jesse Ball se lo podrá escuchar en dos actividades: una charla magistral que dará en inglés (sin traducción) el viernes, a las 11, y un diálogo con la escritora vietnamita canadiense Kim Thúy sobre “La paradoja de escribir el silencio” (el sábado, a las 18.30). Ambas son gratuitas, como el resto de las actividades, pero con cupo limitado.
Antes de aterrizar en el país, y en diálogo con LA NACION, Ball habló sobre cómo trabajó el tema del silencio: “No sé si es una elección. El silencio es simplemente una propiedad natural del habla. Si el libro llama la atención sobre esto, tal vez sea porque nuestro mundo está ahora saturado de ruido”. Respecto de ese ruido, y su opuesto, y de lo que puede contarse hoy, consideró que pensar en literatura contemporánea es “un tema que merece una atención seria”. Y detalló su visión: “Más bien la literatura soñada que se alza como una ciudad en el cielo. Allí el silencio es pilar y fundamento. Es la pequeña linterna que señala el camino del centinela”.
También como invitado, el esloveno Aleš Šteger, autor de Cuentos de la guerra (Gog & Magog), tendrá actividades como la “Lectura +música: vivir entre lenguas. Traducciones homofónicas”, con Andi Nachón, Ezequiel Alemian y Makenzy Orcel, el viernes, a las 21. “No hay un silencio -dice Šteger-, hay muchos silencios. Existe un silencio cósmico, en relación con el cual todo texto, incluso el poema o la novela más perfectos, es completamente vacío. Y, al mismo tiempo, todo forma parte de él”. Y agrega el sentido del silencio, desde una musicalidad. “Está inscrito en el fundamento mismo del lenguaje y lo hace posible. Todo lo que escribo solo puede existir como continuación de este silencio del lenguaje”.
Otra actividad tiene por título “Lecturas. Shhh.. Secreto. ¿Es posible la literatura sin secreto?”, de la que participan el poeta Martín Gambarotta, Kim Thúy (quien comparte actividad el sábado con Ball), el músico y gestor cultural Martín Bauer y la escritora Luciana De Luca. Sobre lo que sucede en la música, Bauer dice: “El silencio en la música a partir de un momento pasó a ser un material constitutivo, en algunos casos tan importante como el sonido. El punto tangencial de todo esto fue la famosa obra de John Cage, 4′ 33″, que en realidad fue compuesta para demostrar que el silencio no existe. Una obra en la que el intérprete no hace absolutamente nada, en el sentido que no toca ningún sonido, sin embargo uno escucha el sonido. El sentarse en un auditorio también, porque todos los ambientes, suenan”. Y de la música, a la literatura, nuevamente. “Además de Cage, uno de mis más cercanos es Samuel Beckett, un maestro del silencio. Tiene algo que, muchas veces en sus textos que no son teatro, poesía ni novela, reflexiones, digamos, como Textos para nada, hay una característica que se acerca mucho al silencio: él no opina, atestigua”.
También en esta mesa sobre la supresión, Luciana De Luca subraya lo siguiente: “Creo que el secreto, lo no dicho es, muchas veces, el magma que sostiene lo vital, lo feroz que tienen los textos. Me resulta, como lectora, luego como autora, un estímulo absoluto descubrir, intuir o, mejor aún, imaginar lo no dicho, todo lo que quien escribe debió saber, ver, atravesar, conocer, para luego escribir no sobre eso, sino con eso. Me gusta que para decir, para escribir, haga falta callar”.
¿Qué sucede con la escena? En el panel “Tres narrativas sobre el silencio”, del que participan Luis Sagasti, Alejandra Costamagna y Laura Paredes, moderados por Sebastián Hacher (jueves 26, a las 17.30, en la biblioteca del Malba) nacen las preguntas sobre la omisión. Para la actriz y guionista Laura Paredes, “en el teatro el silencio es un gran aliado”. Pero no termina ahí, entonces dice: “Sobre todo en las obras de texto, es allí en el silencio donde las palabras pueden provocar emociones de todo orden en el espectador. Es necesario el silencio para que una imagen quede pegada en la retina o para que una palabra quede suspendida en el aire. Como actriz es bastante parecido: es imposible afectarse con las palabras sin parar la pelota, sin escucharse. Incluso un silencio después de un texto puede hacer que el sentido o la intención cambie drásticamente”. También como parte de esa mesa, el escritor y crítico de arte Luis Sagasti reflexiona sobre el lugar del silencio en la escritura. “Cuando se sugiere un campo de sentido, al colocar casi frente a frente detalles, datos, citas, donde lo que creemos que explícito puede presentar pliegues insospechados, pero nunca dichos”.
En cada cultura, el silencio tiene diferentes espesuras. En la oriental, un mundo en sí. La escritora argentina Alejandra Kamiya lo ve así: “La literatura de cada época cumple la función, entre otras, de reflejarla, y nuestro tiempo teme al silencio, lo detesta, huye de él y no sabe qué hacer frente a él. Lo tapa, lo castiga. Lo “llena”, ¡como si el silencio estuviera vacío!”. Sobre ese cruce de su literatura con su raíz oriental, destaca: “Cuando atribuyen el silencio en mi obra a mi origen japonés no puedo más que asentir aunque es difícil saber de dónde viene cada parte de lo que uno es. Reconozco que lo uso en la escritura, quiero decir, no solo escribo en silencio, muchas veces sobre el silencio, sino también usando el silencio en el texto como un recurso literario”.
Los imperdibles
Palabras inaugurales
Jueves, a las 19.30: El acto de apertura del festival presentará una experiencia de lectura e intercambio de textos, con dos escritores que trabajan con lenguajes propios y definidos, que abordan en escena la dimensión poética de lo que se expresa en silencio. Participan Diana Bellessi, Pablo Katchadjian y Agustina Muñoz. En el auditorio del Malba. Gratis. Las entradas se entregan a partir de las 16.30.
Todos tus muertos
Viernes, a las 17.30: Panel con Daniel Lipara, Federico Jeanmaire y Magalí Etchebarne. En la biblioteca del Malba. Las entradas gratuitas se entregan a partir de las 16.30.
Labatut + Martel
Viernes, a las 20: Diálogo entre el escritor chileno Benjamin Labatut y la cineasta Lucrecia Martel. En el auditorio de Malba. Las entradas se entregan a partir de las 16.30.
Charla magistral y palabras finales
Sábado, a las 11: Mariana Enriquez y sus “nuevas obsesiones (y cómo hacer con ellas un universo literario)”. La autora de Nuestra parte de noche revelará su mundo de influencias y referencias musicales, literarias y visuales. Actividad arancelada ($11.000). Cupos limitados. Inscripciones en este enlace. El domingo, a las 20, en el CC 25 de Mayo, Enriquez cerrará el festival con una lectura en primera persona.
El programa completo del Filba se puede consultar en este enlace.
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