“El sátiro” ingresa en el Museo del Prado: una obra que hace un siglo se había considerado “inaceptable”
El cuadro del pintor Antonio Fillol sobre el tráfico y abuso de menores se adquirió por 110mil euros para la colección nacional; se expondrá, tras su restauración, en una muestra sobre arte social
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PARA LA NACIONLaura Ventura
MADRID.– Cuando Antonio Fillol (1870-1930) presentó El sátiro en 1906 ante el jurado de la Exposición Nacional, los expertos consideraron que el lienzo era inaceptable por su temática –el tráfico y abuso de menores– y el pintor español fue expulsado del evento, envuelto en una gran controversia. Hoy este cuadro integra la colección del Museo Nacional de Prado tras haber sido adquirido por 110 mil euros. El año próximo El sátiro se expondrá en la célebre pinacoteca en una muestra cuyo hilo conductor es el arte social.
El comunicado de prensa la institución argumenta la importancia de esta compra justamente por el tema que aborda: “No son frecuentes en la pintura española de principios del siglo XX manifestaciones tan descarnadas de un problema sobre el que el arte había decidido cerrar mayoritariamente los ojos”, expresó Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación de El Prado. El cuadro que fue adquirido a los descendientes de Fillol permanecía en el Museo de Bellas Artes de Valencia. La familia del artista declaró que el interés del Prado por incorporar a su tesoro esta obra previamente cancelada se trata de un hecho de “reparación histórica”.
Impacta y conmueve en el lienzo la escena de un pedófilo que ofrece a una niña a un grupo de hombres ante la mirada cómplice de otros, quienes parecen supervisar la transacción sin un ápice de vergüenza, incluso aburridos, a la espera de que se concrete la venta al mejor postor. “Se trata de una pintura creada para ser expuesta, valorada y, en su caso, premiada, en la Exposición Nacional de 1906, en la que su autor señaló claramente víctimas, verdugos y funcionarios aburridos, a los que ni siquiera el tratamiento desgarrado de Fillol consigue conmover. El resultado de su denuncia fue la expulsión del certamen madrileño y la exposición de la pintura en un escenario alternativo, como era el Centro Valenciano de Madrid”, agregó Úbeda.
El Prado trabaja ahora en la restauración del lienzo y se prevé que desde mayo del año próximo El sátiro se exponga en salas de la pinacoteca que comparten esta “misma sensibilidad crítica de carácter social o político”. En mayo de 2024 se inaugurará una muestra sobre Arte Social en El Prado y en este momento el público podrá apreciar el lienzo junto con otras cinco obras de Fillol.
El abuso y el tráfico de niños ha aparecido en varias ocasiones en la literatura española. En una de las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, La gitanilla, una niña es raptada por una gitana. Esta mujer la cría como si fuese su nieta y la llama Preciosa: “Crióse Preciosa en diversas partes de Castilla, y, a los quince años de su edad, su abuela putativa la volvió a la Corte y a su antiguo rancho, que es adonde ordinariamente le tienen los gitanos, en los campos de Santa Bárbara, pensando en la Corte vender su mercadería, donde todo se compra y todo se vende”.
El propio Benito Pérez Galdós abordó en su literatura un amplio abanico de escenas donde emergen acciones y convenciones en las que pobres muchachas eran ofrecidas a cambio de saldar deudas familiares, paliar el hambre o de guarecerlas de su orfandad. La desventura de Isadora, en La desheredada, quien caerá luego en la prostitución, o el perverso Don Lope en Tristana, son algunos ejemplos de estas denuncias del autor realista.
Además, La Bestia, la novela ganadora del Premio Planeta, firmada por Carmen Mola, el pseudónimo de Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero, narra una plaga de desapariciones ocurridas en la década de 1830. Las víctimas son niñas. Precisamente La bestia humana (1897) se llama uno de los lienzos de Fillol que posee el Museo del Prado donde aborda una cruel escena de explotación sexual femenina donde el rostro de la víctima se protege, pero no el de los abusadores. Esta pintura mereció la segunda medalla en la Exposición Nacional, pero el jurado decidió no compensar económicamente al artista.
Por Laura Ventura
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