El presidente del Museo Barrio de Flores, un personaje de novela de César Aira
El escritor y vecino donó varios ejemplares de sus libros al centro cultural e incluyó al presidente de la institución como personaje de su reciente novela “El pelícano”
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Luego del anuncio de que dos chicas habían creado una biblioteca circulante de libros infantiles, el Museo Barrio de Flores volvió a ser noticia. Inaugurado en noviembre de 2018, alberga colecciones de arte, objetos y, como corresponde a un “barrio de las letras”, libros. La biblioteca de libros para chicos -bautizada “Alfonsina Storni”- fue iniciativa de un par de primas: Alma y Lucía, hija del presidente del museo, el periodista y escritor Roberto D’Anna (Buenos Aires, 1970), que es coleccionista de ejemplares de César Aira, flamante premio Formentor y personalidad ilustre del barrio junto con Storni, Roberto Arlt y Alejandro Dolina. D’Anna, “cuarta generación de una familia de Flores”, dirige desde hace más de veinte años la revista mensual Flores de Papel. Y además, ahora, aparece como personaje de una de las novelas más recientes de César Aira, El pelícano (Mansalva, 2020).
“¿Sabías que uno de los últimos personajes creados por César Aira es nada más ni nada menos que nuestro director?”, se lee en la página de Facebook del Museo. “Para mí fue como tocar el cielo -confiesa D’Anna, en diálogo con LA NACION-. César ahora escribe de una manera diferente, como si fuera un videoclip, hay que acostumbrarse a leerlo. Me llena de orgullo que sus libros tengan un estante propio en las librerías. Lo que hizo César, que publicó hasta hoy 107 libros, es algo increíble”. En la dedicatoria, Aira escribió: “Para mi personaje y amigo del barrio, Roby D’Anna”. Hoy, ese ejemplar está en una vitrina junto a otros títulos del autor nacido en Coronel Pringles (donde tal vez algún día se inaugure un Museo César Aira). Con más de trescientos ejemplares, el Museo Barrio de Flores posee una de las colecciones más grandes de su obra e incluye diversas ediciones de una misma novela y traducciones al inglés, japonés y alemán, entre otros idiomas. El mismo Aira donó libros suyos al museo. “Vino una mañana en ojotas y bermudas con dos bolsas con sus libros”, cuenta D’Anna, y agrega: “A los escritores hay que hacerles homenajes en vida”. Aira concurrió a la inauguración del Museo en 2018 y descubrió que había una salita dedicada a él; esa tarde, se sentó al escritorio y tecleó en una vieja máquina de escribir, debajo de un cartel que decía “Oficina de César Aira”.
El escritor fue consultado por este diario. “A Roberto lo encuentro con mucha frecuencia, los dos somos muy caminadores por la zona -dice Aira-. Le he donado muchos libros, lo que no es ningún sacrificio de mi parte porque son los ejemplares que me mandan los editores y con los que no sé qué hacer. D’Anna es un buen amigo, entusiasta historiador de Flores, el Museo lo hizo con su colección particular de memorabilia del barrio. Y hace años que edita la revista Flores de Papel, que creo que es la mejor de las revistas barriales que hay en Buenos Aires. El Museo es algo así como un pequeño centro cultural, con muchas actividades, ahora reducidas por las circunstancias”. Aira y su pareja, la poeta Liliana Ponce, viven a pocas cuadras de esa esquina de Bonorino y Falcón.
Entre otras actividades, el museo brinda talleres de arte, literatura e historia, que se pueden cursar en forma online, y otros presenciales de dibujo y pintura, idiomas y yoga. Las visitas, con entrada libre y gratuita, se hacen los sábados de 10 a 19. Allí se pueden ver las pinturas donadas por artistas como Gustavo López Armentía, Carlos La Rocca, Gustavo Rovira y Miguel Ruiz Haurat, entre otros, y objetos y pertenencias donadas por un héroe de la guerra de Malvinas, Fabián Volonté, que tiene sala propia en el Museo de Flores. También se exhibe la carta que envió a las autoridades del Museo otro vecino célebre de Flores, el papa Francisco, en la que los felicita por la iniciativa. Próximamente, gracias a las donaciones de vecinos, se abrirá una biblioteca gratuita de libros para jóvenes y adultos. “Después de las notas en medios de comunicación por la biblioteca de libros infantiles creada por Alma y Lucía, recibimos centenares de libros y muchos son para ese público”, destaca D’Anna.
Por ahora, el museo no cuenta con apoyos ni del Estado nacional ni de la ciudad de Buenos Aires. “Obtuvimos mecenazgo hace un tiempo, pero todavía no encontramos un mecenas”, señala D’Anna, que recibió consultas de vecinos de otros barrios porteños interesados en crear museos barriales. El de Flores es, por ahora, único en su especie y siempre será el primer museo barrial de la ciudad de Buenos Aires.
Más información sobre el Museo Barrio de Flores en este enlace.
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