El período preimpresionista de Pissarro
El Centro Cultural Borges expone una selección de dibujos y acuarelas de la colección del Banco Central de Venezuela, que representa la etapa juvenil del gran pintor, y los premios Trabucco de pintura y dibujo.
EL Banco Central de Venezuela tiene una notable colección de dibujos y acuarelas de Camille Pissarro (1830-1903), realizados mientras éste residió en aquel país, entre agosto de 1852 y diciembre de 1854. Parte de esa colección se expone en el Centro Cultural Borges, sobre todo la que representa la última parte de su estada. Son treinta y ocho piezas que muestran la etapa juvenil de quien posteriormente sería uno de los grandes maestros impresionistas. Preside esos trabajos una visión documentalista del paisaje y de las costumbres, pero también el deseo de ejercitar la mano en los menesteres propios de una actividad para la que, además de estar especialmente dotado, tenía ya un adiestramiento excepcional. Las pequeñas obras que comentamos prueban que, a los veintidós años, su dominio del oficio estaba altamente desarrollado. La soltura del trazo y la claridad de los enfoques ponen de relieve el señorío formal de su espíritu realista.
Pissarro nació en Saint Thomas, en las Pequeñas Antillas, entonces dinamarquesas, pero se formó en Francia (donde había pasado el quinquenio de su formación media y donde retornó para afincarse a los veinticinco años). Allí tuvo por maestro a Corot, que lo estimuló para que profundizase el estudio de la naturaleza y lo autorizó a que se presentase como "su discípulo"; pero hacia 1865, cuando Pissarro se aproximó a los pintores que se congregaban en torno de Manet, como Monet y Renoir, lo desautorizó.
Cézanne señaló a Pissarro como el pintor que más se acercó a la naturaleza y, como se ve en la muestra, esa propensión se manifestó tempranamente. Las piezas que la integran tienen las características realistas que después se desarrollarían en su acercamiento a la escuela de Barbizón y a Courbet. Con los años, su estilo pasó por diferentes fases, hasta que la luz inundó totalmente sus trabajos que, como se sabe, tuvieron su apogeo impresionista en la década de 1870 antes de pasar también por el neoimpresionismo. Pero las diferencias entre tales períodos no modificaron su apego inicial a una pintura inspirada esencialmente por la visión de lo circundante, que incluyó la figura humana y su aspecto social. Y ahí está, precisamente, el interés mayor de la exposición que comentamos. Los dibujos y acuarelas que la componen permiten conocer los acentos preimpresionistas de Pissarro, que si bien entonces no se negaba a los escenarios interiores, al uso del negro ni a contornear las figuras para definir sus perfiles, mostraba ya su inclinación por el paisajismo y por las escenas al aire libre. La diferencia entre esos trabajos y los que se consideran prototipos de su período impresionista propiamente dicho reside en que en éstos el tema es provisto por las circunstancias algo pintoresquistas de los lugares y por ciertos rasgos costumbristas y en aquéllos el tema verdadero era la luz y la incidencia de las condiciones atmosféricas sobre el paisaje. ( Hasta el 27 de agosto, en el Centro Cultural Borges, Viamonte esq. San Martín. )
El premio Trabucco
Veinte artistas de reconocido prestigio, diez por cada especialidad, integran con una tríada de sus obras cada uno la séptima versión del premio Alberto Trabucco, en este caso dedicada a pintura y dibujo (hubo dos dedicadas a escultura). Se amplía así la labor de la fundación creada por la Academia Nacional de Bellas Artes por disposición testamentaria del artista.
El santafecino Artemio Alisio (Soledad, 1942), en pintura, y el porteño Carlos Carmona (Buenos Aires, 1945), en dibujo, fueron los artistas que premió la Academia. El primero, por un acrílico reciente sobre el Popol Vuh , el libro nacional quiché sobre el cual viene trabajando desde 1993, y el segundo por Caminantes , una tinta de 1999 que refleja con maestría su fantasía expresionista.
En pintura, fueron invitados a participar, además de Alisio, Manuel Alvarez, Blas Castaña, Alberto Delmonte, Juan Doffo, Ana Eckell, Juan Lecuona, Eduardo Medici, Héctor Medici y Miguel Angel Vidal y, en dibujo, además de Carmona, Jorge Alvaro, Néstor Cruz, Catalina Chervin, Marcelo Mayorga, Jorge Hipólito Meijide, Armando Sapia, Eduardo Stupía, Ana Tarsia, Julián Usandizaga.
La nómina de los invitados prueba que se trata de un conjunto de trayectoria destacada y las obras que los representa que conforman un selecto y heterogéneo panorama del arte argentino actual. Como en toda exposición colectiva sin tema fijo, el salón ofrece un repertorio diversificado por la variedad de corrientes, géneros, estilos y procedimientos. ( Hasta el 5 de julio, en el Centro Cultural Borges, Viamonte esq. San Martín. )