El periodista Cristian Alarcón ganó el Premio Alfaguara por una novela “de esperanza”
El reconocido cronista obtuvo el prestigioso galardón, dotado de 175 mil dólares, por “El tercer paraíso”, una historia ambientada en Chile y en la Argentina, donde desarrolló su carrera de autor y creó el medio Anfibia
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MADRID.– La novela El tercer paraíso, del chileno Cristian Alarcón, maestro de la crónica y de la no ficción, recibió este mediodía el premio Alfaguara, el prestigioso galardón por el que competían 899 obras hispanoamericanas. “Es una novela de esperanza, donde se postula la belleza, el placer de los sentidos, la posibilidad de encontrar un refugio personal”, expresó el fallo que leyó Fernando Aramburu en Madrid. “La novela surgió de la desesperación y de la soledad”, agradeció Alarcón desde su casa en Buenos Aires el premio a esta novela que escribió durante la pandemia y durante el confinamiento. El tercer paraíso llega a las librerías el 24 de marzo.
Aramburu leyó el acta ante los presentes: “El jurado destaca el rigor narrativo de una hermosa novela con una estructura dual ambientada en diversos parajes de Chile y la Argentina. El protagonista reconstruye la historia de sus antepasados al tiempo que ahonda en su pasión por el cultivo de un jardín en busca de un paraíso personal. La novela abre una puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio a las tragedias colectivas. Como dice el autor: «La belleza comienza en la maravilla de las flores, tan hermosas como finalistas en las que siempre veremos el destino que no puede ser resuelto»”. El jurado, integrado por los españoles Aramburu (Patria y Los vencejos), Olga Merino y Ray Loriga (ganador de este mismo premio en 2017 por Rendición), la argentina Paula Vázquez, la mexicana Marisol Schulz Manaut, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y la editora colombiana Pilar Reyes (con voz, pero sin voto), directora de la División Literaria de Penguin Random House Grupo Editorial, eligió esta novela como ganadora de esta XXV edición que cada año suma más postulantes. Por unanimidad, el premio fue entregado a Alarcón.
Ambientada en Chile y en la Argentina, El tercer paraíso recrea la historia de los antepasados de Alarcón. En ella es posible “hallar en lo pequeño un refugio a las tragedias colectivas”, precisó Aramburu. Escritor y periodista, el autor chileno que reside en la Argentina publicó Cuando me muera quiero que me toquen cumbia (Aguilar), Si me querés, quereme transa (Aguilar) y Un mar de castillos peronistas (Marea). “La no ficción exige demasiado poner el cuerpo”, explicó Alarcón desde su casa en el porteño barrio de San Cristóbal y destacó a uno de sus maestros de la literatura y del periodismo: Ryszard Kapuscinski. Alarcón admitió “el duelo” que implicó “abandonar un tono que me llevó tantos años cosechar” en la no ficción. “Empecé a jugar con la ficción y la realidad. La estructura de esta novela es como la del átomo: va y viene en el tiempo”. En la novela hay, además de ficción, elementos propios del ensayo y también poesía.
“De algún modo, mi novela es una novela queer, feminista y de botánica”, sintetizó el ganador del premio. Alarcón confesó en la rueda de prensa que estuvo enamorado de una sola mujer en su vida; luego, se enamoró de hombres. El autor se refirió a ella: “La extraño muchísimo porque no hablamos hace mucho tiempo (…). No me perdona. Seguramente me he equivocado. Ella está presente en la novela y las mujeres que me acompañan hoy, las mujeres que son decisivas en mi vidas, también”. Alarcón se refirió a sus musas, en particular, su madre y su abuela, y también dedicó esta novela a sus abuelos varones. La complejidad de esta novela, admitió, fue “contar la historia desde una perspectiva feminista con los efectos y daños que ha producido el patriarcado en nuestra conciencia actual”. Además, la botánica, es decir, el proceso de transformación que implica esta disciplina de cuidado, atraviesa a los personajes.
El jurado del premio Alfaguara además destacó varias virtudes de El tercer paraíso: “una prosa concisa, depurada, que además se adecua muy bien a la historia que se cuenta”. El texto está anclada en hechos históricos reconocibles: el terremoto de Chile de 1960, el golpe de Estado a Salvador Allende, etc. “La novela me permite repensar mi futuro”, dijo Alarcón.
Alarcón fundó la revista Anfibia y el sitio Cosecha Roja. Desde entonces ha liderado un proceso de mutación permanente de la crónica latinoamericana. Fue profesor visitante en el Lozano Long Institute of Latin American Studies de la Universidad de Austin, Texas, y en la Universidad de Lille, Francia. Recibió el Samuel Chavkin Prize. En 2014 recibió el Premio Konex en la categoría Crónicas y Testimonios. En 2019 recibió el Premio Perfil a la libertad de expresión. Es profesor titular de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata y dirige la Maestría en Periodismo Narrativo de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín. Sus libros fueron traducidos al inglés, francés, alemán y al polaco. “A mí me gusta lo que no está bien. Uno de los grandes temores que tenía es que la novela fuese «buena» [dijo mientras dibujaba una comillas en el aire]. Cuando me dicen «esperanzadora» ya me da un poco de comezón. Me aburre mucho la corrección política. La combato aún siendo director de medios progresistas. Peleo con mis amigos y trato de provocar todo lo que pueda dentro de los límites del amor y el afecto porque me parece que el mundo está hecho de diferencias y divergencias”.
En la edición anterior la autora colombiana Pilar Quintana se alzó con el premio con su novela Los abismos. Varios otros argentinos ganaron antes: Patricio Pron (Mañana tendremos otros nombres), Eduardo Sacheri (La noche de la usina, ficción que fue adaptada al cine con el nombre La odisea de los giles), Leopoldo Brizuela (Una misma noche), Andrés Neuman (El viajero del siglo), Graciela Montes y Ema Wolf (El turno del escriba) y Tomás Eloy Martínez (El vuelo de la reina). Del total de 899 propuestas presentadas, 131 provenían de la Argentina.
El premio Alfaguara tuvo su primera edición en 1965 y se entregó anualmente hasta 1972. En 1998 fue relanzado por Juan Cruz Ruiz, con Carlos Fuentes como presidente del jurado y casi 600 novelas presentadas. Dada la crisis sanitaria, la ceremonia de esta edición fue virtual. El jurado y las autoridades se encontraban en el Casino de Madrid.
Este galardón, uno de los más importantes otorgado a una obra inédita en español, está dotado de 175.000 dólares, la publicación simultánea en todo el territorio de habla hispana y una escultura de Martín Chirino.
Aramburu invocó unos versos de Violeta Parra para culminar con la lectura de su fallo, unos versos que el flamante autor recoge en su novela ganadora: “Cuando me aumentan las penas, las flores de mi jardín, han de ser mis enfermeras”.
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