El pensamiento vigente del padre Quiles
El recordado sacerdote jesuita construyó un puente de sabiduría entre Oriente y Occidente; un libro destaca sus reflexiones sobre religión y escepticismoPor Mariano De Vedia
Con el terremoto y el tsunami que arrasaron ciudades enteras de Japón, el mundo se sintió más cerca del milenario país asiático. Mensajes de condolencias llegaron desde todos los rincones de la Tierra, sacudida por el temblor que hasta desplazó 10 cm su eje de rotación, según los expertos.
Como ocurrió hace un año con el sismo de Haití, que dejó más de 200.000 muertos, la mirada internacional de los analistas políticos y sociales y la de las amas de casa que consumían las noticias por TV se posó sobre ese lejano país oriental. Quizá quien más ha dedicado su vida al estudio y la comprensión del mundo oriental ha sido el padre Ismael Quiles, sacerdote jesuita y filósofo de proyección internacional, fallecido en 1993 a los 86 años, tras 57 años de vida sacerdotal, en los que construyó un puente de sabiduría entre Oriente y Occidente. Creador de la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, en 1979 constituyó la Fundación Ser y Saber, que acaba de publicar el libro Persona y acción del RP Ismael Quiles SJ .
"Frente al drama contemporáneo de una cultura pragmática y relativista, Quiles nos presenta una reflexión plena de sabiduría", explica en el prólogo el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y jesuita, que siendo provincial de la Compañía de Jesús autorizó la creación de la fundación. Su actual presidenta, María Mercedes Terrén, reunió a estudiosos e investigadores para reflexionar sobre el legado de Quiles, los aportes de la filosofía insistencial, las raíces existencialistas en su pensamiento, la promoción de los estudios orientales y su visión sobre la universidad. Transcribe un diálogo con el recordado periodista Raúl H. Burzaco. Allí, reafirma la experiencia del espíritu como una realidad trascendente y define el escepticismo como "una actitud precaria, porque está siempre golpeada por la realidad". Reflexiones como éstas sobrevuelan hoy, especialmente ante situaciones límites, ante las cuales la fe pareciera quedarse sin respuestas. Pero Quiles, frente a ello, dejó una reflexión: "El ateo podrá decir: «No creo; no creo», pero no por eso dejará de escuchar en su interior la voz de Dios".