El patrimonio cultural del país: un recorrido por sus 200 años
Se edita en cuatro tomos con fotos y planos inéditos y un amplio trabajo de investigación
Compilado de manera espectacular y con una investigación profunda y minuciosa, la Presidencia de la Nación, a través de la Secretaría de Cultura, lanzó ayer el primero de los cuatro tomos del libro Patrimonio arquitectónico argentino, memoria del Bicentenario (1819-2010) .
La obra cuenta con la dirección académica de los arquitectos Ramón Gutiérrez y Alberto Petrina, y la coordinación de Sergio López Martínez, todos asistentes a la presentación del libro, a la que ayer también concurrió el secretario del área, Jorge Coscia.
Se trata de 350 páginas en las que los autores relatan los comienzos del país como nación independiente desde la arquitectura y, claro, la política. Para hacer una mejor lectura de la investigación, el libro se divide en tres partes: "Culto", donde aparecen los templos más importantes del país; "Administración", dividido entre Gobierno, Urbanismo, Educación, Banca y Finanzas, Comercio, Transporte y Servicios, Industria, Cultura y Recreación y Paisajismo; y "Vivienda".
Y tanto fue el trabajo de compilación, que los autores se tomaron el trabajo de buscar en el Archivo General de la Nación fotografías y planos del principio de los tiempos virreinales, para explicar muchas cosas que luego sucedieron.
Así, aparecen joyitas arquitectónicas de todo el país, desde la Patagonia hasta el Norte. En esta última zona, los cabildos, iglesias y viviendas son espectaculares testimonios de la dominación española y de un arte autóctono que suele repetirse en otras ciudades de América latina.
"En los cuatro volúmenes -dijo Petrina- la producción urbanoarquitectónica incluida está referida al contexto histórico, político, económico y cultural de la época y, dada la diversidad de posturas historiográficas provista por los diferentes autores, la confrontación ideológica es parte visible y buscada de la oferta."
Coscia fue más lejos y aclaró que, en caso de controversia sobre alguno de los temas, los autores pusieron las dos posturas como "parte del democrático intercambio de ideas".
Antes de que los compiladores hablaran, se dio un video en el que se veían imágenes de lo que aparece en los libros. En un castellano extraño, el locutor describió las maravillas arquitectónicas del país y no faltó la palabra de la presidenta Cristina Fernández y la referencia a Néstor Kirchner. Es más: hacia el final del film, se escucha una voz en off que dice: "Compañeros trabajadores", tan descolgado del contexto que sorprendió a varios periodistas.
Con todo, el libro es apasionante. Hay fotos de mansiones que ya se han demolido, pero que figuran para que se recuerde lo que se perdió, según dijo Coscia.
Hay explicaciones sobre los diferentes movimientos arquitectónicos y fotos increíbles de estaciones de trenes, muchas de las cuales hoy son galerías de arte o restaurantes.
Hay fotos y planos de cementerios de todo el país; de bodegas; de edificios donde funcionaron logias masónicas, con el detalle de los símbolos distintivos. Recomendamos las páginas 232 y 233, donde se aprecia el Palacio Cangallo de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, en la calle Perón 1242, ciudad de Buenos Aires, que se inauguró en 1872, y el edificio de la Logia Unión y Amistad, en la calle De la Nación 78/80 de San Nicolás, provincia de Buenos Aires.
Lo que hoy es el hotel La Giralda es el antiguo palacio de Luis Obligado, en Tacuarí 17, ciudad de Buenos Aires. El coordinador Sergio López Martínez cuenta sobre esa residencia: "Italianizante y de tipología palaciega de patios y fachada a columna en tres niveles, que se remonta a la Italia del Renacimiento y será luego retomada por diferentes corrientes clasicistas".
Agrega que es un ejemplo de esquina sin ochava, donde se acentúan las aristas vivas, incluso las de la cornisa y los petriles de la azotea.
Al principio del libro, hay una historia sobre el patrimonio arquitectónico prehispánico, con fotografías de vasijas, de los pucarás y de los primeros centros ceremoniales.
El primer tomo ya puede adquirirse en el Museo de Arte Decorativo, en Avenida del Libertador 1902.
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