El paso del tiempo
No faltan alusiones al zar Pedro el Grande en la ciudad que él mismo fundó en mayo de 1703, y a la que impuso el nombre de su santo patrono. San Petersburgo, ciudad de San Pedro. No faltan alusiones; por caso, la estatua ecuestre culminada en 1782 por el escultor Étienne-Maurice Falconet, erigida sobre una roca descomunal, cuyo traslado desde el Golfo de Finlandia demandó nueve meses y el sudor de 400 hombres. La ciudad y su mentor son sinónimos de transformaciones que marcarían el siglo XVIII y después: la occidentalización de Rusia, la extensión sus territorios. Océanos de agua corrieron bajo el puente y aquí lo tenemos a Pedro el Grande en versión pop, siglo XXI, incluso kawai. Gesto lúdico y muralismo afín al gusto digital. Resta saber qué opina el hombre que, sostenido por arneses, arranca el hielo fijado por un invierno que nunca dejó de ser duro.
Otras noticias de La historia detrás de la foto
Más leídas de Cultura
De miércoles a domingo. Libros antiguos, raros y preciosos en una feria para el deleite de los bibliófilos
Con y sin mascotas. La mirada perruna que interpela, también desde el cuadro
Homenaje a María Rosa Lojo. El reconocimiento en el Instituto de Literatura Argentina y su ingreso en la Academia Nacional de Ciencias
Reluciente hace 3 mil años. Hallan en Egipto la espada de Ramsés II con la marca del faraón