El Papa Francisco aparece en los muros de Milán como un mendigo y alerta sobre la emergencia social
ROMA.- Los estragos de la pandemia son fuente de inspiración. Así, el artista pop y activista italiano, aleXsandro Palombo, volvió a sorprender hoy con una nueva serie de obras que aparecieron sobre los muros de Milán, epicentro de la epidemia, para llamar la atención sobre los nuevos pobres causados por el virus no solo en Italia, sino en el resto del mundo y la urgencia de la solidaridad.
Palombo, que el año pasado hizo una serie de afiches muy fuertes, en los que retocó imágenes de Angela Merkel, Hillary Clinton y otras mujeres famosas, mostrándolas con el rostro magullado, para denunciar otra pandemia, la de los femicidios y la violencia de género, esta vez se concentró sobre la tremenda emergencia social provocada por el coronavirus. Sobre diversos muros de Milán, epicentro de la epidemia en Italia y su ciudad de adopción, desveló Papa Francesco Clochard, un mural realizado justo en la pared externa de la salida del metro, en la que Jorge Bergoglio aparece como un sin techo, tirado en el suelo con una bolsa de dormir, pidiendo limosna nada menos que un vaso con un logo similar al de Coca Cola, símbolo por antonomasia del consumismo masivo, donde en realidad se lee Caritas, título de la obra. Se trata de imágenes que pintó en diversos barrios de la ciudad considerada la capital financiera de Italia y especialmente castigada por el coronavirus, donde también realizó, en la zona de Porta Venezia, La Madonna con bambino, imagen de la Virgen María junto a su bebe, que también pide limosna. Allí también salta a la vista otro vaso de Coca Cola transformado en un mensaje de caridad.
"Esta crisis es la oportunidad más grande que tenemos para rediseñar y humanizar la sociedad. Hoy más que nunca tenemos que darnos cuenta del otro, de quien encontramos en nuestro camino y que está viviendo un momento de necesidad extrema", explicó el artista. "Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia al ayudar a los más frágiles y a todas esas familias que en este momento cayeron en la pobreza. Este es el momento de comprender que el futuro es generosidad y solidaridad", indicó Palombo, que con esta nueva serie quiso llamar a la reflexión sobre el dramático aumento de la pobreza generado por la pandemia.
"La crisis sanitaria puso en marcha un cambio de nuestras costumbres en una escala global y es una oportunidad inmensa para que podamos seguir esta transformación para cambiar, para mejor, nuestra sociedad. Está en nuestras manos hacer un mundo mejor donde ya nadie sea invisible y donde todos puedan tener derecho a la dignidad humana", agregó el artista.
En diálogo con LA NACION, aleXsandro, nacido en Puglia hace 46 años, pero que vive en Milán desde hace treinta, no ocultó su admiración por el papa argentino, a quien retrató con su maletín negro que sorprendió a todo el mundo en uno de sus primeros viajes al exterior, porque lo llevaba él mismo y no un ayudante, como debería ocurrir con un monarca absoluto.
"El papa Francisco encarna a la perfección el hombre y su humanidad, no esconde sus propias fragilidades y su mensaje directo es en la iglesia de hoy algo revolucionario y visionario", comentó. "Él enfrenta una misión muy difícil porque vivimos en un mundo cada vez más alejado de la fe, en la que la gente se encuentra perdida en su propio ego. A él le toca una gran responsabilidad: la ardua tarea de modernizar el mensaje cristiano y si llega a lograrlo podrá detener la hemorragia de fe que abruma a todo el mundo", añadió.
Palombo –conocido por su capacidad de subvertir los estereotipos de nuestro tiempo-, contó a LA NACION que aunque no conoció personalmente al Papa, al retratarlo en esta nueva serie lo sintió muy cerca. "Es como si lo hubiera vivido y tenido conmigo en todo el período creativo", confesó. "Con mi obra quise transformar en un ícono contemporáneo la imagen del papa Francisco, porque él es el hombre de la caridad y quise llevarlo a la calle con los últimos. También lo hice con la Virgen María que aparece en toda su humanidad, más cerca de una dimensión terrenal que divina", precisó. "Me encantaría que el papa Francisco pudiera recibir la obra Papa Francesco Clochard, sería un gesto de inmensa humanidad", dijo, sin ocultar su entusiasmo.
Preguntado si es católico, Palombo contó que tuvo una tía monja que influenció mucho su infancia y que hace diez años sufrió un cáncer muy raro, que para él resultó una experiencia muy dolorosa, que lo transformó profundamente. "Por eso ahora soy un cristiano en el sentido más profundo de la palabra, es decir, una persona que intenta ayudar al prójimo y lo hago a través del arte. Soy un artista y pienso que los artistas son pinceles en las manos de Dios, reflejan todo lo mejor y lo peor de la humanidad e intentan hacer de la sociedad algo mejor".
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