El otro Borges: escritor del misterio religioso y de la Palabra Suprema

En la relación entre literatura y religión está la piedra de toque del problema de Borges y la trascendencia. Este problema, o mejor cuestión, resulta inagotable. Como hizo notar Ignacio Navarro, autor del fundamental Últimas inquisiciones. Borges y Von Balthasar, recíprocos (Agape), "existe, en la obra de Borges, una pregunta por lo que pudiera ser una palabra divina humanizada". No es solamente una cuestión de "temas" (las numerosas, innumerables, menciones de la Biblia), sino también del modo en que, por ejemplo, la Trinidad gravitó en su invención.

Algunos de esos problemas son los que Julio César Crivelli abordará hoy, a las 18.30, en la conferencia "Borges y la Biblia", que dará en la Fundación Internacional Jorge Luis Borges (Anchorena 1660). Borges, justamente, que decía que no creía, a diferencia de los creyentes, que creían pero no sentían interés. "La mayoría de los creyentes no inquiere por Dios. Lo asume como un dato -observa Crivelli-. Es más, cree en un Dios Persona totalmente animista. Borges 'cree porque sería desesperante no creer'. Pero cree en el Misterio, en lo Innombrable, en una Ley Oculta e indescifrable, como la que expresa la zarza ardiente".

En una de las conferencias que Borges dictó en Harvard entre 1967 y 1968 y que se publicaron como Arte poética, dice Borges que "la historia de Cristo no puede ser contada mejor". A partir de aquí, como hizo hace unos años el cardenal Gianfranco Ravasi, podría establecerse un deslinde entre el "Cristo trágico" y el "Cristo teológico". Para Crivelli, "Borges se dirige a dos enfoques de Cristo, al trágico y al misterioso. El Cristo teológico no le interesa a Borges, porque es un Cristo de los intelectuales, y Borges es un escritor de lo inasible. Cristo trágico está en el Evangelio según San Marcos, es el que fatalmente va a morir en la Cruz. El Cristo del Misterio es el de otro poema, 'Juan 1,14'; el insondable misterio de la encarnación, 'el Verbo que se hizo carne'".

El interés de Borges por la Cábala no es ajeno al Verbo y la Palabra. "La Cábala es quizá la máxima expresión de esta creencia judía en una Palabra Suprema que es puro Misterio y que dicta un Libro. Borges no cree en una "literatura de escritores", sino en una Tradición que dicta a los intérpretes, como la Cábala".

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