El Nobel a José Saramago cumple 20 años, con el premio en crisis
COIMBRA.– A orillas del río Mondego, en la refaccionada estructura de un convento del siglo XVII, una auténtica joya arquitectónica, se dan cita durante tres días eruditos, profesores, políticos y los lectores –de todas partes del mundo– de quien escribió, precisamente Memorial del convento. Es solo una broma del azar. Lo que no es casualidad es el motivo de esta reunión.
Hace veinte años José Saramago obtenía el premio Nobel de Literatura, una noticia que fue recibida con algarabía tanto en Portugal como en España. Los presidentes actuales de cada país no quisieron quedar fuera de estos homenajes. Así, Marcelo Rebelo de Sousa inauguró el congreso en Coimbra donde se exploró durante tres días la obra saramaguiana, mientras que Pedro Sánchez se hizo presente hace unos días en la isla española de Lanzarote, en la casa donde vivió el escritor, para destacar el ejemplo "poderoso y más necesario que nunca" de este dramaturgo, novelista, poeta y cronista. En este contexto de emoción y de actos de diversa naturaleza (representaciones teatrales, discursos, conferencias, clases magistrales, etc.), ayer se entregó el New Academy, a la autora Maryse Condé, o el "Nobel alternativo", un galardón que busca ocupar aquel espacio que este año quedará vacante dado la crisis que atraviesa la Academia sueca de Letras, quien decidió no expedirse en esta edición.
"La obra de José está presente en los lectores y es transversal. En Portugal se celebra tanto a José porque la gente siente el orgullo de tener un contemporáneo tan consistente e interesante, alguien que merece la pena y que le da nombre al tiempo", opina Pilar del Río, traductora, periodista y responsable de mantener vivo el legado y la obra de Saramago a través de la fundación que lleva el nombre del Nobel. Fue esta mujer tan diminuta como brillante quien clausuró el congreso con un discurso sincero, donde antes que apelar a la erudición, hizo hincapié en aquel hombre que tanto conoció, dado que fueron compañeros durante más de dos décadas. Arrancó risas y lágrimas con sus palabras en un auditorio –el convento de San Francisco– donde no cabía un alfiler. La prestigiosa y antigua universidad de Coimbra, creada en el siglo XIII, fue la anfitriona de estos homenajes académicos donde, por momentos, en simultáneo, en cuatro salas diferentes, todas ellas bautizadas en honor a alguna de las novelas del autor, se celebraban ponencias integradas por profesores de distintas nacionalidades. En este contexto, el actual mandatario portugués consideró "una falta de sentido y de gusto" el veto a Saramago realizado por el gobierno de su país en 1992, tras la publicación del controvertido El Evangelio según Jesucristo, para representar al país en el Premio Europeo Literario, motivo que impulsó al escritor a mudarse a España.
Del Río, periodista de notable trayectoria, no tiene pudor al hablar de la crisis que atraviesa el máximo galardón de las Letras. "El Nobel solamente reconoce lo que ya existe, si no hubiera obra, no habría premio. ¿Es importante el Nobel? Creo que solo quienes no lo han recibido le quitan importancia. El premio Nobel, insisto, reconoce obras hechas, es muy importante y ojalá siga existiendo con nuevos bríos en la nueva vida que tendrá. Es verdad que ha pasado una etapa crítica, pero los miembros de la Academia, con un alto grado de honestidad, tomaron una decisión drástica para poder cambiar los estatutos y de alguna manera refundar el premio a partir del año próximo".
Los festejos internacionales de Saramago además coinciden con el lanzamiento de El cuaderno del año del Nobel (Alfaguara) que completa la serie Cuadernos de Lanzarote, un diario inédito que ayer se presentó en la Biblioteca Nacional de Portugal, antes de darse a conocer también en España y Brasil. Hay que destacar que el congreso estaba anunciado antes de que se hallase en diskettes este material que no había visto la luz.
Nuevos horizontes
El año próximo la Academia Sueca entregará dos galardones para suplir la ausencia que signará este año ante el escándalo acaecido por el caso del "Weinstein sueco", los abusos sexuales y filtraciones a la prensa cometidas por Jean-Claude Arnault, marido de Katarina Frostenson, una de las académicas responsables de votar el premio. Un colectivo de intelectuales, periodistas, bibliotecarios y editores crearon la New Academy, una organización sin fines de lucro, no política ni religiosa, financieramente independiente del estado. "¿Por qué los autores tenían que pagar ese precio? ¿Por qué tenían ellos que perjudicarse? Vamos a hacer algo nuevo, más diverso, más inclusivo, porque somos unos privilegiados: vivimos en el país más igualitario del mundo, y por lo tanto, queremos incluir al mundo. En un mundo polarizado, necesitamos de la literatura. La literatura es el antídoto al silencio", dijo ayer la periodista Alexandra Pascalidou, miembro fundadora de la New Academy en el sobrio acto de anuncio, lejos de todo protocolo, en el edificio de la Biblioteca Pública de Estocolmo.
"En su trabajo describe las atrocidades de la vida colonial y el poscolonialismo con un lenguaje maravilloso. Utiliza al género, la raza y la clase para crear nuevas constelaciones", sostiene sobre Condé el fallo del jurado de la New Academy. Además de esta autora, entre los tres finalistas estaban Kim Thúy, Neil Gaiman y Haruki Murakami (quien anunció que se bajaba de la lista para concentrarse en su escritura y alejarse de toda distracción). "Estoy muy feliz con este premio y permítanme compartirlo con mi familia, mis amigos y toda la gente de Guadalupe, un país tan pequeño, solo mencionado por sus huracanes y terremotos", expresó una referente del feminismo.
El año próximo la Academia Sueca entregará dos galardones para suplir la ausencia que signará este año ante el escándalo. "Ojalá todos los grandes escritores del mundo pudieran tener el Nobel. Desde luego nuestro Borges. O García Lorca, para el que lo he solicitado, porque lo mataron. Defiendo el valor del Premio Nobel porque, con los errores que sea, han distinguido obras y autores que son patrimonio de todos", agregó del Río.
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