El museo de arte que soñaron hace una década los vecinos de Unquillo
A 25 kilómetros de Córdoba se levanta este espacio contemporáneo, sin colección propia ni misión conservadora, con obras de artistas locales y condiciones para insertarse en el circuito internacional
UNQUILLO (Córdoba).- El Museo de Arte Contemporáneo de Unquillo (MACU) es un proyecto colectivo que une a vecinos de esta ciudad, 25 kilómetros de la capital provincial, y a artistas que trabajaron durante diez años para inaugurar este espacio. Por ahora son tres salas y 1200 metros cuadrados los que abrieron hace un mes, con 60 obras de quienes colaboraron para cumplir el sueño, pero van más.
La inversión alcanzó los $ 15 millones y serán en total unos $ 20 millones cuando se complete la segunda etapa, que incluye una sala más. La Municipalidad de Unquillo cedió el predio; la Cámara de Diputados, $ 15.000, y el gobierno de Córdoba aportó $ 300.000. El resto se consiguió a través de las actividades que organiza la Fundación MACU, sin fines de lucro, con donaciones y colaboraciones de artistas.
En 2007, la fundación firmó un acuerdo con el municipio con la intención de hacer en los terrenos de la vieja estación de tren de Unquillo el Paseo de la Cultura: una muestra de esculturas a cielo abierto. Pero al poco tiempo decidieron apostar más fuerte y avanzar en la concepción de un museo.
Oscar Valtier, presidente de la fundación, explicó a LA NACION que desde el inicio contaron con el apoyo de los artistas: "Donaron obras y se entusiasmaron con la posibilidad; se fueron sumando más, a medida que comprobaron que trabajamos seriamente; rendimos cuentas, cuidamos los trabajos, respetamos sus decisiones. En definitiva, potenciamos el mercado del arte".
En el museo -cuya entrada es gratuita- hay obras de Carlos Alonso, Antonio Seguí, Marcia Schvartz, Raúl Díaz, Pablo Canedo, Remo Bianchedi, Luli Chalub, Eduardo Hoffmann, Gaspar Luna, Charly Medina, Roger Mantegani, Rubén Menas, Nina Molina, Ernesto Berra, Tomás Espina, Mateo Argüello Pitt, José Utrera, Germán Wendel, Jorge Cabrera, Raúl Díaz, Sara Galliaso, Susana Lescano y Lucía Von Sprecher. También exponen Gustavo Piñero, José Benito, Luciana Bertoloni, Hernán Dompé, Susana Lescano, Juan Longhini y Boyo Quintana.
La arquitecta Adriana Peretti -responsable del diseño e integrante de la comisión directiva- señaló que a la comunidad la movilizó que Unquillo contara con un espacio para el desarrollo de las artes que cumpliera con las exigencias internacionales para poder traer muestras de afuera. Ese proceso comenzará el próximo año, cuando proyectan realizar unas cuatro exposiciones en coproducción con otras instituciones.
De visita en la provincia desde su París de residencia, hace unos días Seguí -que apoyó la iniciativa desde el inicio- fue a recorrerlo. "Hay que acompañar, son proyectos interesantes y muy positivos", enfatizó el artista, sorprendido con las dimensiones y la calidad de la construcción.
Artistas generosos
Desde la fundación subrayan la generosidad de los que -antes de ver el edificio terminado- apostaron al proyecto; lo que creyeron. Artistas cuyas obras se exhiben (si aparece un comprador se reparte el precio con el museo) o que autorizan reproducciones para la venta. Guillermo Roux, Marta Minujín, Juan Carlos Distéfano, Milo Lockett, además de Schvartz y Alonso, entre otros.
El puntapié inicial para recaudar los fondos fue una docena de ladrillos de arcilla en los que artistas destacados dejaron su impronta y autorizaron a realizar otras 50 iguales en bronce. "La elección del ladrillo fue simbólica", apuntó Valtier. Con la compra de una entrada, coleccionistas y empresarios accedían a un bronce.
El éxito de la acción los impulsó a otras similares, siguiendo algunas experiencias internacionales en recaudación para museos privados. Así se sucedieron los "grabados aguafuerte" y las cerámicas; en todos los casos, los artistas que colaboran con la misión aprueban un número determinado de reproducciones que son las que se venden. Alonso, en cambio, prefirió intervenir cada plato de cerámica de manera individual. "Cada uno elige qué hacer y, por supuesto, lo aceptamos", indicó Peretti.
Canedo destacó que el MACU ofrece un espacio expositivo "digno", con know how gestionado por expertos, que elige las obras en base a una discusión "crítica". Todos esos factores, entiende, son un "desafío para el artista y abren un proceso de retroalimentación".
Como en una galería, las obras expuestas están a la venta -los precios van de los $ 4000 a los US$ 15.000- y sus autores ceden parte del precio a la fundación para el mantenimiento del museo y la finalización de las obras de infraestructura. Porque en la definición de su concepto, el MACU definió que no va a gestionar una colección propia ni a hacerse cargo de un patrimonio artístico para su conservación. "Optamos por la contemporaneidad como concepto y tendencia", definen el modelo de museo. Hace unos días firmaron un convenio con la Universidad Provincial de Córdoba para contar con becarios y pasantes, y están trabajando en la formación de una biblioteca y un centro informatizado abierto al público.ß
Para agendar
En la avenida San Martín 805, en el acceso sur a la ciudad de Unquillo, el MACU está abierto al público los sábados y domingos, de 11 a 18, con entrada gratuita.Pueden concertarse visitas guiadas los viernes, de 10 a 13. www.fundacionmacu.com.ar
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