El mundo según Neto
Con una instalación colgante que desafía los límites de la percepción, se inauguró el Faena Art Center, pieza clave del circuito artístico de Puerto Madero
Era un viejo sueño de Alan Faena convertir el emblemático edificio de Molinos en un centro de arte contemporáneo que proveyera a Puerto Madero del ancla cultural propia de un art district. En la carpeta de los proyectos concretados estaba el Faena Hotel Universe, con su memoria ladrillera y el estilo barroco intenso del francés Philippe Starck, y el acuerdo firmado en Londres frente al Támesis con sir Norman Foster para un desarrollo water front, en las tierras que el empresario argentino vio como gran oportunidad cuando la peor de las crisis azotaba la economía en el umbral del nuevo milenio.
El último eslabón, al menos por ahora, fue inaugurado días atrás, una noche inolvidable con espectadores azorados, escuchando la voz cascada de la mítica Marianne Faithfull (1946), perdida por el abuso de drogas en los años 70, recuperada en los 80 con el lanzamiento de su álbum Broken English. Faithfull, que supo ser novia del "Rolling" Mick Jagger, puso la música de fondo a ese encuentro inesperado con una obra descomunal, destinada a espectadores convertidos en circunstanciales exploradores del universo suspendido a cinco metros del piso. La gigantesca estructura de crochet se llama Híper cultura locura en el vértigo del mundo, casi un chiste el nombre elegido por este artista de corazón lúdico que se enamoró de Buenos Aires cuando llegó invitado por Faena para "inspirar" su nuevo proyecto; que se mudó del entorno privilegiado del hotel de Puerto Madero a un hostel de dos estrellas en la Avenida de Mayo para sentir el pulso de la ciudad.
Ernesto Neto (1964) tiene alma carioca, y esto quiere decir cálida, cercana, amigable, como la galería que regentea con sus socios en la cidade maravilhosa. Desde A Gentil Carioca propone una nueva manera de exhibir, comercializar y producir obras de arte. Neto y su galería abrieron el horizonte de la "nueva Río", camino de ser la capital cultural gracias a las descomunales inversiones que anticipan las Olimpíadas y el Mundial de Fútbol, pero también por la llegada de ilustres colecciones como la Daros de Zúrich, que ocupará una inmensa casa de 12.000 metros cuadrados, bien siglo XIX, en el corazón del barrio de Botafogo.
El patrimonio se hereda pero también se hace. Esa es la primera impresión que tiene el visitante cuando sube la empinada escalera de mármol de Carrara y cruza el lobby inundado por la luz de una bella instalación de Julio Le Parc, un móvil de acrílico que multiplica la luz en infinitas partículas elementales. Polyedre Mobile Transparent, de acrílico, nylon y madera, se llama la obra exhibida por primera vez en arteBA 2011 por Estela Totah, en la galería Del Infinito. La obra de Le Parc resulta una pausa cool antes de ingresar en la nave de 9 metros de altura y 50 de largo, que fue alguna vez escenario de la molienda diaria de mil toneladas de trigo y será, de ahora en más, una incubadora de obras únicas.
Site specifics, de eso se trata. Ernesto Neto ha creado su Híper cultura locura a la medida del gigantesco espacio que, como la Turbine Hall de la Tate Modern de Londres, supo albergar la sala de máquinas de la planta industrial. Las señales de la arquitectura decimonónica, visibles en las ventanas de vidrio repartido y arco de medio punto han sido respetadas en la refuncionalización encarada por el arquitecto Miguel Ángel McCormack con una millonaria inversión que incluye herrajes diseñados ad hoc y la artillería lumínica de ERCO, considerada non plus ultra en estándares museísticos internacionales.
No sólo la arquitectura propone cruces cronológicos, también dialogan lo ancestral del tejido de crochet con la última tecnología de los LED que tiñen la piel de la escultura. Como sucede con las obras de Neto, este mundo textil explora la sensación táctil e invita a la participación. Se puede trepar, caminar por ella, recostarse suspendido en la inestabilidad de un mundo que propone acortar la distancia entre el universo y su entorno. Ser parte de ese cuerpo ondulante. Tenía que ser un carioca.
Adn Neto
Río de Janeiro, 1964
Uno de los más destacados artistas contemporáneos de Brasil, representó a su país en las Bienales de Venecia, San Pablo y Sidney. Con la intención de acercar el arte a la vida, propone al espectador recorrer, tocar y oler sus instalaciones de formas orgánicas
LA CULTURA NOS SEPARA
"¡Yo quiero la aventura, quiero un mundo de libertad, quiero la vida de verdad!", dice Ernesto Neto casi gritando, con los brazos abiertos y los puños cerrados con fuerza. Parece que va a llorar de felicidad, mientras presenta la obra que ha creado especialmente para la muestra inaugural del Faena Art Center. Sólo este grado extremo de pasión carioca explica cómo logró construir semejante "escultura aventura", como la llama el artista, que cuelga del techo y que ahora recorren los más valientes sobre su cabeza. Da vértigo caminar sobre pelotitas de plástico, dentro de una estructura de sogas tejidas a crochet, a metros del brillante piso de mármol blanco. Para Neto, asumir la inestabilidad en que vivimos es sinónimo de inteligencia y trabajar con nudos "es poesía". Los nudos simbolizan la unión, compensan la idea de separación que según él está implícita en el multiculturalismo. "La cultura nos separa, lo animal nos une. De ahí el título de la muestra: híper cultura es la cultura general, que junta todo. Todos son iguales cuando están aquí arriba. Como en la playa."
Ficha. Híper cultura locura en el vértigo del mundo, instalación de Ernesto Neto, hasta el 20 de noviembre en el Faena Art Center (Bvd. Azucena Villaflor 460). Entrada: $ 20