“El mar que nos une”: tras la partida del buque más lindo del mundo, Buenos Aires vive en la italianidad
El Amerigo Vespucci zarpó al sur, pero dejó una estela cultural en la ciudad con fotografías, una muestra inmersiva, un ciclo de cine, arquitectura, conciertos y la lectura de la Divina Comedia
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La italianidad tiene sus días fuertes en la cultura, con el desembarco del navío más hermoso del mundo y su partida, ayer, para surcar otras aguas, que deja como estela muestras inmersivas, de fotografía y arquitectura, lecturas y conciertos. El Instituto Italiano de Cultura (IIC) y el Consulado General de Italia en Buenos Aires inauguraron El mar que nos une, una exhibición integrada por dos propuestas que indagan en los profundos vínculos entre la Argentina e Italia, con toda una serie de actividades.
En las salas 606 y 607 del Centro Cultural Kirchner, anoche se inauguró Amerigo Vespucci. La nave più bella del mondo, una exposición que pone en primer plano toda la belleza del buque escuela, que zarpó el primero de julio pasado del puerto de Génova y terminará de dar una vuelta al mundo en el 2025: cruzará tres océanos, unirá cinco continentes y atracará en 31 puertos. A su paso por Buenos Aires, dejó su impronta, registrada por dos fotógrafos italianos.
Massimo Sestini, ganador del World Press Photo 2015 y habitual colaborador de la revista Time y el diario Le Monde, lleva meses abordo para retratar a la nave desde drones y cámaras sumergibles: logra postales fabulosas, porque en efecto es tan perfecta como un juguete antiguo. Con 101 metros de extensión y 26 velas de lona gruesa cosidas a mano, es considerada una obra maestra de la excelencia náutica. Maki Galimberti, en cambio, posa su lente en la tripulación, compuesta por 264 soldados, entre ellos 15 oficiales, 30 suboficiales, 34 sargentos y 185 cabos y marineros. “Empecé a hacer retratos porque me gusta ganar fácil: son tan lindos que hasta mi abuela podría sacar fotos buenas de la tripulación”, dice en chiste el artista, que es un reconocido fotógrafo de celebridades del deporte, el cine y la literatura. Lo cierto es que sus imágenes son impresionantes por la hondura de las miradas que logra. “He percibido que no hay diferencia entre los géneros. Hay hombres de bajo rango y mujeres que comandan, y hay una situación de respeto y solidaridad entre todos”, cuenta.
En la vernisagge estaban de punta blanco varios marineros, que hicieron una demostración de nudos náuticos. También, el capitán, Giuseppe Lai: “Es una gran emoción y un motivo de orgullo –explica su labor–. Se siente mucha responsabilidad de esta empresa que es histórica para Italia, en la segunda vuelta que Vespucci da alrededor del mundo en 90 años y en su segunda vez en Argentina, un país que tiene una fuerte relación con Italia. Es una tarea que uno debe sentir dentro, una misión. Lo importante es afrontarla con espíritu constructivo junto con la tripulación y de este modo uno siempre puede resolverlo todo”. Timonear esta nave es un sueño: “Era mi sueño ser oficial de Marina. Claramente, ser un marinero para dar la vuelta al mundo. ¡Qué más se puede pedir!”. Ya está con la proa al sur, dispuesto a cruzar el Estrecho de Magallanes para seguir su camino del otro lado del continente.
En la sala contigua, Mis raíces están aquí propone una experiencia inmersiva centrada en uno de los aspectos más conocidos y significativos de la migración italiana en Argentina: el deporte. A través de una selección de material de archivo del Museo de la Emigración de Génova-MEI, un videomapping proyecta historias de deportistas y clubes, desde finales del siglo XIX hasta hoy. Claro, está Maradona. También historias de clubes como el Sportivo Italiano, campeones ítalo-argentinos de otros deportes, y además, hay un documental –recientemente recuperado y restaurado– sobre la gira del equipo de fútbol del Genoa por América del Sur, que tuvo lugar hace poco más de un siglo tras la victoria del Scudetto en Italia. “Son muestras de la cercanía de nuestras comunidades. El mar que nos une quiere anular la distancia geográfica”, señaló el cónsul general, Carmelo Barbera.
Puccini, el Dante y la arquitectura también
El Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires lanzó una nutrida programación. “Tendremos un ciclo de cine, una exposición de arquitectura italiana en la ciudad, la lectura de Dante, conciertos con repertorio de Puccini en el centenario de su muerte. Tenemos muchas iniciativas más a lo largo del año”, cuenta la directora del espacio, Livia Raponi. Todo tiene buena recepción: “Siempre encontramos brazos abiertos en las instituciones a las que nos aproximamos. Hay una gran voluntad de colaboración y hay una fuerte demanda del pueblo argentino. Se percibe amor, proximidad, interés... son raíces”.
Para agendar
·El mar que nos une. Exhibición integrada por dos muestras, Amerigo Vespucci. La nave più bella del mondo y Mis raíces están aquí. De miércoles a domingos de 14 a 20, en las salas 606 y 607 del Centro Cultural Kirchner, Sarmiento 151. Entrada gratuita.
Lectura del Dante. Comienza hoy y seguirá todos los jueves del año, de 14 a 16. Algunas clases estarán dedicadas a las vinculaciones literarias entre la Divina Comedia y la obra de Jorge Luis Borges. Entrada libre, con inscripción previa, en el IIC, M.T. de Alvear 1119.
·L’influenza italiana nel patrimonio architettonico di Buenos Aires. Los máximos exponentes de la arquitectura italiana en los edificios que habitan la ciudad de Buenos Aires. Curador, Enrico Fantoni. Desde el lunes, en el IIC, M.T. de Alvear 1119.