El Malba crece
Mediante el programa de donaciones, comodatos y adquisiciones enriquecerán el fondo patrimonial del museo con obras de Guttero, De Caro, Siquier, Seeber, Greco, Macchi y Pombo, entre otros
Marcelo Pacheco, curador jefe del Malba Colección Costantini, presentó en avant première, durante una recorrida con LA NACION, las 30 obras que de ahora en más enriquecerán el fondo patrimonial del museo de la avenida Figueroa Alcorta mediante el programa de adquisiciones, donaciones y comodato.
Se trata de un paso ambicioso que confirma la voluntad expresada por el empresario Eduardo Costantini desde el inicio de su gestión: abrir las puertas del Malba a la comunidad y hacer del museo una institución dinámica con una fuerte participación del público, tal como sucedió en las primeras décadas del siglo XX con el MoMA neoyorquino fundado por los Rockefeller.
La base está. El museo se prepara para celebrar un nuevo aniversario, el próximo 21 de septiembre, con más de un millón de visitantes y una asociación de amigos, presidida por Alex Oxenford, que cuenta con 1400 miembros, en su mayoría gente joven decidida a asumir el compromiso de convertir al Malba en el mejor museo de arte latinoamericano del continente.
Parece remoto y absurdo el tiempo en que una batalla campal desatada por un grupo de vecinos frenaba la construcción del edificio proyectado por los arquitectos cordobeses Fourcade, Atelman y Tapia, que no solamente ha modificado por las buenas la vida del barrio residencial: ha modificado, también, los hábítos del muchos porteños que aman en el arte, y sumado nuevos clientes para esta tribu.
Al presentar las piezas que se incorporan a la colección, seleccionadas con la curadora adjunta Inés Katzenstein, Marcelo Pacheco no disimula su entusiasmo. Y es lógico. Hace tiempo que un museo argentino, ni público ni privado, amplía su patrimonio con adquisiciones, sin contar el efecto dinamizador que esto representa para el mercado local.
Para tener un antecedente cercano habrá que remontarse a los años ochenta, cuando la Fundación Antorchas concretó un programa de compras por una suma superior a los 200.000 dólares, destinados a ampliar la colección de arte contemporáneo argentino del MNBA. Impulsada por el coleccionista Jorge Helft la Donación Antorchas permitió extender el guión cronológico de nuestro museo mayor hasta las últimas décadas del siglo XX.
Lamentablemente, la Fundación Antorchas no existe más. Triste realidad que vuelve aquel gesto todavía más elocuente.
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Mediante el programa de Matching Funds, patrocinado por la empresa Zurich, en la última edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, arteBA, se incorporaron al Malba 0303, obra de Pablo Siquier (con el aporte generoso de Teresa A.L. de Bulgheroni, Marta Fernández e Inés y Edmundo Tonconogy) y Uno por siete, de Marina de Caro (con el aporte de Juan y Tiny Cambiaso).
Por su parte, la Asociación de Amigos del Malba adquirió obras de Elba Bairon y Dino Bruzzone (aporte de Sofía y Máximo Speroni), de Horacio Cóppola (aporte de Javier Iturrioz y Leopoldo Montes); de Flavia Da Rin (aporte de Gabriel Wiegers); de Horacio Cóppola (adquisición de la Fundación Eduardo F. Costantini); de Guillermo Faicovich (Amigos del Malba con aporte de Ferdinand Porak y Gabriel Werthein); de Ignacio Iasparra (Amigos del Malba con el aporte de Javier Iturrioz y Leopolodo Montes) ; de Alejandra Seeber (Amigos del Malba con aporte anónimo).
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Un estupendo yeso de Alfredo Guttero fue donado por un particular. Se trata de Desnudo femenino, circa 1928, que completa la serie de obras de Guttero de inspiración religiosa propiedad del Malba.
A las donaciones de los artistas Di Mario, Kosice, Alejandra de la Puente (México DF) Alejandro Kuropatwa, se agregan las obras cedidas en comodato. Dos obras fundamentales de Alberto Greco, del año 63, que integran una pinacoteca privada, estarán colgadas en el Malba durante un año en calidad de préstamo. Otro tanto sucederá con Isla encantada, de Marcelo Pombo, de la colección personal de Eduardo Costantini, cedido en préstamo por seis meses y con A vous de faire l´histoire, un Seguí histórico que estará en el Malba por un año.
Se suman a esta selección las obras adquiridas en 2004: Oblicua, de Sergio Avello (Fundación Costantini); Sin título, de Feliciano Centurión (Donación Alberto Sendrós); Sin título, 2004, Beto de Volder (Amigos del Malba, con aporte de Horacio Areco y Sofía Aldao), Obrera, Daniel Joglar (Fundación Costantini); Telgopor, Ruy Krigier (Amigos del Malba, con el aporte de Horacio Areco y Sofía Aldao); La canción del final, 2001, video de Jorge Macchi (Fundación Costantini); De la serie Corazón de rubí, de Adriana Miranda (Amigos del Malba, aporte de Miguel Menegazzo Cané) y una fotografía de la serie Tránsito, de Esteban Pastorino.
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Salvo las dos fotografías vintages de Horacio Cóppola, el programa de adquisiciones está orientado francamente al arte contemporáneo argentino, atento a los distintos soportes expresivos (fotografía, video, instalación, textiles) que caracterizan la producción actual. El incremento del fondo patrimonial del Malba, que ha incorporado a su board a los coleccionistas Claudia Caraballo de Quentin, Juan Cambiaso y Ricardo Grüneisen, vuelve a colocar sobre el tapete un viejo anhelo del fundador del museo: la ampliación del edificio con una sala subterránea sobre la plaza vecina, sin sacrificar el espacio verde.
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