El legado de la imagen de Senderowicz
Las mañanas de domingo, después de trabajar en el taller del altillo de su casa de Martínez, Bolek bajaba al living a fumar su pipa y escuchar sinfonías de Mozart. Mientras le mostraba a su nieta los cuadros colgados detrás del sillón Chesterfield de cuero negro –algunos realizados por él, otros por su amigo Guillermo Roux–, preparaba aperitivos.
"Unas gotas de licor de menta alcanzaban para teñir la soda de color verde viridián traslúcido; el denso carmín de la granadina atravesaba el verde en un desplazamiento lento y se depositaba en el fondo del vaso. Es posible que esta atmósfera de cuadros, colores y música haya sido el comienzo de mi amor por la pintura", dice Paula Senderowicz, artista y editora del flamante libro dedicado a su abuelo.
"Bolek" era el apodo familiar de Boleslaw Senderowicz –"Sender" para sus compañeros de trabajo–, aquel hombre nacido en Polonia en 1922 que emigró a la Argentina tres años después, y que llegaría a convertirse en uno de los fotógrafos más destacados de la escena local.
Amigo de Annemarie Heinrich y de Anatole Saderman, a quien consideraba su maestro, trabajó durante casi cincuenta años como referente de la fotografía de moda y la publicidad gracias a una innovadora combinación de sofisticación estética, sentido del humor y escenarios poco convencionales. Fue él quien realizó la gráfica de la recordada campaña de jabones Cadum, punto de inflexión en la carrera de Susana Giménez.
"Boleslaw impulsaba el trabajo comunitario, convencido de que las personas eran mejores al unirse. Aun así, precisaba sus momentos de soledad", señala su nieta en el libro. "Yo lo observaba todo", agrega al recordar el olor ácido del laboratorio en penumbras, donde veía la proyección sobre el papel y "presenciaba la mágica aparición de la imagen flotando en la cubeta".
Figura fundamental para la jerarquización de la fotografía como actividad artística y profesional en el país, Senderowicz exploró sus posibilidades estéticas desde el Foto Club Buenos Aires y la célebre Carpeta de los Diez. Una retrospectiva de su obra se exhibió en 1990 en la Fotogalería del Teatro San Martín, cuando la dirigía Sara Facio.
En la última edición de BAphoto, la muestra curada por Valeria González y Mercedes Claus incluyó una pequeña imagen suya de una tela de araña, que se adelantó medio siglo a las obras más contemporáneas de Tomás Saraceno.
"Humo y vapor fueron temas en algunas de sus fotos –dice Paula–, así como luego lo serían en mis cuadros."
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