El juego como arte: Proa invita a celebrar su 25° aniversario en familia
La muestra participativa que inaugura mañana reúne trabajos de casi un centenar de artistas argentinos que demuestran el poder de lo lúdico para desarrollar la imaginación
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Trabajar en equipo, cuidar al otro, saber perder, prestar atención, respetar las reglas, resistir, aprender a comunicarnos o imaginar estrategias en silencio y soledad. No son conceptos que nos enseñó la pandemia. Los aprendimos de chicos mientras jugábamos al fútbol o a las muñecas, al Ludo Matic, al Scrabble, al Monopoly. Eso nos recuerda la muestra Arte en juego. Una aproximación lúdica al arte argentino, concebida para celebrar en familia durante las vacaciones de verano el cuarto de siglo de Fundación Proa.
“El juego te ayuda a desarrollar la creatividad y la imaginación. Es el ingrediente principal de cualquier artista; el arte es como un juego”, dice Rodrigo Alonso, curador de esta exposición que reúne trabajos de casi un centenar de autores inspirados en los juguetes, los deportes y las propuestas participativas. Desde el Tablero I Ching diseñado por Xul Solar en 1954 y la representación de Juanito Laguna jugando a las bolitas en una pintura de Antonio Berni de 1973, hasta las rayuelas de Marta Minujín o los diseños para redes sociales de la joven instagrammer @bbywacha, todo vale para cuestionar los estereotipos y olvidarnos por un rato de estos dos años sombríos que nos desafían como nunca.
Justo lo que no podía hacer Ireneo Funes, protagonista de “Funes el memorioso”. En ese cuento de Jorge Luis Borges se inspiró Leo Núñez para realizar la instalación Lo recuerdo: el público está invitado a escribir palabras o frases en una antigua máquina de escribir Olivetti, que se harán visibles en cientos de lamparitas led montadas sobre la pared y serán “recordadas” allí mismo al día siguiente. “Tiene que ver con construir una memoria colectiva en fragmentos”, explica el artista.
En esa misma sala, Lolo y Lauti proponen que nos pongamos en la piel de una protagonista indiscutida de la memoria colectiva nacional: Mirtha Legrand. Sentados a su mesa podemos hacer preguntas atrevidas a los invitados y disfrutar –como anticipó Andy Warhol- de nuestros quince minutos de fama.
La muestra permitirá jugar con tecnología aún más avanzada desde mediados de enero, cuando desembarquen en La Boca las obras con realidad aumentada de artistas de prestigio internacional como Olafur Eliasson y Tomás Saraceno. Las arañas virtuales creadas por este último, nacido en Tucumán y residente en Berlín, llegarán finalmente al puerto de Buenos Aires tras haber pasado por las Serpentine Galleries de Londres y el centro cultural The Shed, en Nueva York. Lo hará posible la aplicación Acute Art, impulsada por Daniel Birnbaum, quien trabajó con la argentina Solana Chehtman en la curaduría de este proyecto.
En el otro extremo de esta historia se ubican los tableros de ajedrez, uno de los juegos más ancestrales, creados por grandes artistas como León Ferrari, Edgardo Antonio Vigo y Horacio Zabala. Ideas para Infiernos (2008) se titula el de Ferrari, ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia, que enfrentó figuritas de Cristos y santos a una estatuilla mayor que representa un diablo. En el Ajedrez proletario (1983-87), de Vigo, participan sólo peones, mientras que la base de A sangre fría (2002-10), de Zabala, carece de casillas que aseguren un enfrentamiento regulado.
Los roles de “ganador” y “perdedor” son cuestionados en la videoinstalación El partido de tenis (1997), de Margarita Paksa, mientras que Jorge Macchi propone con su sube y baja desconstruido –Platz, obra ganadora del Premio Braque de escultura 1993- una forma de evitar que llegar arriba implique que otro quede abajo.
“Los juguetes y los cuentos no son inocentes: son la primera presión cultural”, se lee en la placa de un video realizado en 1978 por María Luisa Bemberg. La banda de sonido incluye canciones como la que expresa el deseo de una “viudita” de encontrar una candidata para casarse “que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar”. A continuación, una voz masculina demanda otros talentos como cocinar, adorar, ahorrar, procrear, escuchar, educar, conquistar, inspirar, renunciar, agasajar, perdonar, fantasear y alentar, además de “abrir los brazos y hacerme gozar”. Reglas de un juego que, por suerte, ya cambiaron.
Para agendar:
Arte en juego. Una aproximación lúdica al arte argentino, desde el 18 de diciembre a las 15 hasta marzo de 2022 en Fundación Proa (Av. Don Pedro de Mendoza 1929). Entrada libre y gratuita.
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