El informe científico sobre la muerte de Pablo Neruda está en manos de la jueza, pero el misterio continúa
No se hicieron públicas las conclusiones del panel de expertos que investiga si el poeta chileno fue envenenado o falleció a causa del cáncer de próstata, pero su aporte es fundamental para la causa que lleva casi doce años; en septiembre se conmemorará medio siglo de la muerte del Nobel
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Santiago de Chile.- Se hizo esperar, pero el panel internacional de expertos que investiga cómo murió Pablo Neruda hace 50 años entregó hoy sus informes a la jueza de la causa, Paola Plaza. Luego de dos postergaciones, la médica Gloria Ramírez, coordinadora del grupo multidisciplinario, presentó esta tarde los documentos en los que trabajaron científicos, expertos en laboratorio, genetistas forenses, bioquímicos, matemáticos forenses e infectólogos de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, El Salvador y Chile, reunidos bajo juramento de sigilo desde el 24 de enero pasado. Sin embargo, lejos de lo que se esperaba, no se trató de un informe con conclusiones unificadas.
“Ahora viene una fase de revisión, estudio, ponderación y valoración, no sólo de estos informes sino también de las conclusiones del primer y segundo panel, y de los demás informes periciales que hay en la causa, de todo el cúmulo de antecedentes investigativos y de las múltiples versiones de testigos que están acumuladas en estos años de investigación”, sostuvo Plaza, en conferencia de prensa en su despacho. Si bien no anticipó cuánto tiempo tomará esta etapa, dijo en relación a lo ingresado hoy que se trata de “una prueba importante” y aclaró que “será el análisis en conjunto de las pruebas recogidas las que conducirán al tribunal a una conclusión”.
Aunque el contenido de los estudios, que arrojarán luz sobre el origen de la bacteria Clostridium botulinum, encontrada en 2017 en los restos de poeta chileno Pablo Neruda, se encuentra bajo secreto de sumario, el hecho marca un nuevo hito en la investigación judicial que ya lleva más de once años y que busca esclarecer si el poeta chileno falleció a causa de su cáncer prostático, como lo indica su partida de defunción y lo cuenta la historia oficial, o si fue envenenado en la clínica Santa María de Santiago donde se internó doce días después del golpe militar de Pinochet.
Durante los días de las reuniones del panel de especialistas se presentaron las investigaciones de los dos laboratorios que participaron en el panel, el canadiense Ancient DNA, de la MacMaster University y el Danés, Genética Forense, de la Universidad de Copenhague, entre otros hallazgos y pericias.
Ayer, en comunicación telefónica con LA NACION, Rodolfo Reyes, abogado querellante en representación de la familia de Neruda y sobrino del premio Nobel, aseguró haber tenido acceso a algún informe de la investigación y en base a esa información sostuvo fehacientemente: “Sabemos que a Pablo Neruda lo mataron. No cabe la menor duda que esto fue un arma biológica, una bacteria que se le introdujo con las consecuencias que tú sabes”.
Por el lado de la defensa, Erwin Sapiain, abogado del difunto médico que atendió a Pablo Neruda cuando fue hospitalizado en 1973, opinó en conversación con LA NACION: “El resultado va a ser tan difuso como ha sido la causa. El panel no va a decir si a Pablo Neruda lo mataron o no, va a dar conclusiones científicas. Hay que esperar a cómo interprete la jueza todo esto. Además, pienso que no va a haber imputabilidad”.
Todo indica que la historia se acerca al final: “Estamos ad portas de una resolución respecto del caso Neruda. Si hay alguna diligencia adicional pienso que será de menor rango, porque el juez ya investigó prácticamente todo”, agregó Sapiain.
Es importante aclarar que las conclusiones de los especialistas presentadas hoy no son una herramienta vinculante. La jueza deberá, en primer lugar, ingresar este documento al expediente por medio de una resolución judicial. Y si lo considerara necesario, solicitar diligencias adicionales. Finalmente, evaluará el caso completo, con todos sus antecedentes, antes de dictar una sentencia.
La investigación avanza entre leyes antiguas
La causa penal comenzó en mayo de 2011 cuando el chofer de Pablo Neruda al momento de su muerte el 23 de septiembre de 1973, Manuel Araya, declaró al diario El Proceso de México que el Nobel habría sido envenenado. En base a ello, el Partido Comunista presentó la querella que dio comienzo a la investigación, anteriormente a cargo del juez Mario Carroza. Desde ese entonces, los restos de Neruda se han exhumado en reiteradas ocasiones y muestras de ellos recorrieron el mundo para ser analizados. Tres paneles de expertos discutieron ya en distintas ocasiones los hallazgos científicos y sumaron sus conclusiones a la expediente, que aún no logra su punto final.
El caso transcurre dentro de un juzgado de primera instancia en el marco legal del viejo Código de Procedimiento Penal, el cual erguía un sistema penal inquisitivo. Si bien este ya no está vigente, sigue aplicándose en las causas cuyos hechos hayan sido perpetrados en tiempos en que el mismo regía. Ello, en virtud del principio de irretroactividad de la ley.
En el sistema inquisitivo se unían en la figura del juez, las funciones de investigar y procesar; acusar y dictar sentencia, y los juicios eran sumarios. Eso implicaba que, por ejemplo, tanto cuando las partes o el juez querían presentar pruebas o solicitar alguna diligencia, debían hacerlo por escrito y en el expediente. El avance del proceso dependía de la velocidad del juez para recabar antecedentes.
En cambio, en el nuevo sistema acusatorio, que busca mayor agilidad y garantías procesales, las funciones de investigar y procesar, y de acusar y juzgar están separadas entre el juez y el fiscal. Para eso se creó el Ministerio Público cuyos fiscales investigan las causas y acusan a los imputados. Por su parte, el juez instruye, procesa y juzga. Todas las pruebas se presentan en el juicio oral y así se incorporan al expediente.
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