El humor como un salvavidas global en tiempo de cuarentena y aislamiento
Casi al mismo tiempo que se declaró la pandemia por el coronavirus empezó a circular otro virus que también se esparce rápidamente. No es un virus nuevo como el que paraliza el mundo en este momento y tiene sus brotes, por suerte, en situaciones de crisis. Se lo conoce con el nombre de humor y suele resultar contagioso, según el estado de ánimo de cada receptor. Se transmite de boca en boca, pero también por celulares y redes sociales y puede adoptar formas variadas: el chiste clásico de un cuadrito, las viñetas que forman una tira, el cuento para ser leído o narrado, las estrofas de un poema o una canción. En formato moderno, se puede presentar también con animaciones, música, collages y hasta performances en vivo.
En tiempos de confinamiento preventivo obligatorio, el humor se convirtió en un salvavidas global. Así lo entienden autores como Luis Pescetti, Tute y Liniers, que utilizan el humor como medio para expresar sus miradas sobre la realidad. Claro que, como se puede comprobar vía los miles de memes, videos y gifts que surgieron alrededor de la cuarentena y el coronavirus, hay humor para todos los gustos y todas las audiencias.
"Hay una gran diferencia entre el humor como expresión de vitalidad y el humor que solo expresa ansiedad, que distrae por un momento de la realidad pero no causa alivio", dice a LA NACION Pescetti, que en plena cuarentena comparte todos los días en su Facebook dos posteos (canciones, textos, propuestas creativas) y recibe gran cantidad de comentarios de familias de todas partes. "La gente responde ávida de alivio", agrega el autor de Natacha, que utiliza el humor en sus textos y letras como recurso para "el que lee se vea como yo lo veo", como declaró a LA NACION cuando se estrenó la película basada en su exitosa saga.
"En un ensayo sobre el humor llamado Lo cómico se resalta que el principal sentido del humor es el sentido de la oportunidad. El problema en situaciones críticas es que toda tu vida se reduce a eso que estás viviendo (una convalecencia, una enfermedad, un confinamiento). Con el humor del ‘bueno’, uno puede recuperar su humanidad, aunque no cambien las condiciones alrededor -continúa Pescetti-. Si uno diera una mirada panorámica de su vida, el humor permite recordar que esto es apenas un momento. También, que uno no es el único que está en esta situación. Para eso sirve el ‘buen’ humor: para recuperar la dimensión humana y, simplemente, reírnos. Entre las muchas cosas que estamos aprendiendo de esta situación es valorar la risa sencilla de esas que alivian y las forzadas, nerviosas, producto de la ansiedad".
Tute, autor de una tira diaria que se publica en LA NACION, está abordando la cuestión de la cuarentena en sus chistes. "Lo importante es no perder la calma", dice un personaje en un cuadrito mientras camina por el techo cabeza para abajo. "El humor puede ser muchas cosas. En tiempos difíciles como los que nos toca vivir, el humor es un bálsamo, un salvavidas para sostenernos en línea de flotación –opina Tute-. Pero también es un espejo incómodo, un espejo burlón que nos muestra cosas que no queremos ver, que nos duele reconocer. Es que el humor, además de entretenernos, nos da la posibilidad de descubrir, de corregir, de reconciliarnos con nosotros mismos o de dar batalla. En términos psicológicos, me animo a decir que el humor es un mecanismo de defensa que tenemos como individuos y como sociedad. Frente al dolor, la angustia, nos servimos del humor como escudo pero también como espada. Generamos y consumimos humor como forma de supervivencia".
La mirada de Tute coincide con la de Liniers, compañero de la página de humor de LA NACION. "Creo que todas las crisis y todos los momentos difíciles generan humor. Siempre alguien se ríe en algún funeral. Inclusive hay un documental sobre el humor durante el Holocausto que habla del humor como herramienta de resistencia. Se puede hacer humor en momentos como éste, ya que es nuestro mecanismo de defensa. No nos queda otra que hacer humor", asegura el autor de Macanudo, que publicó una viñeta donde se ve a Enriqueta y al gato Fellini sentados sobre el pasto mirando el horizonte, con una frase que dice: "También va a ser contagioso el cuidarnos entre todos".
"Mi trabajo a veces es humorístico y a veces no. Pero como todos estamos en medio de esta pandemia es normal que entre esta situación en mi cerebro y se transforme de alguna manera con dibujos o, muy de vez en cuando, en un chiste. Pero generalmente mi trabajo son observaciones. Dibujé el virus como un influencer porque si hay realmente alguien que influenció todo el planeta es este bicho", cuenta Liniers como ejemplo.
Ante la pregunta sobre qué situaciones puntuales de esta crisis lo hacen reír, Liniers se pone serio y responde: "A todos nos hizo reír que la gente fue en masa a comprar papel higiénico o que estamos mirando televisión y Netflix desesperadamente. Es rara esta situación global. Hay catástrofes regionales, terremotos, tsunamis, pero este es el único recuerdo que tengo de una situación en la que todo el planeta está en peligro. Eso genera que todo el mundo esté encerrado con su familia testeando los límites de la paciencia y haciendo las mismas tonterías. O que todos estemos mirando por la ventana o cantando en los balcones. Espero que termine rápido y volvamos a la normalidad. Extraño el planeta normal. Este planeta 2.0 no me gusta".
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