El Guernica, revisitado, a cuarenta años del regreso a España del gran cuadro de Pablo Picasso
El mural “Guernica para Gernika” pasó mucho tiempo sin exhibirse y hoy es la sensación de ARCO, donde acaba de venderse por 300 mil euros al Museo de Bellas Artes de Bilbao; su historia y el vínculo con la obra maestra
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MADRID.– Este año no solo ARCO cumple 40 años. También se celebran las cuatro décadas del regreso a España del Guernica, de Pablo Picasso. A esta famosa obra rinde homenaje una de las estrellas de la feria internacional de arte contemporáneo de Madrid: Guernica para Gernika (Guernica Gernikara, en euskera), un mural de 10 metros de Agustín Ibarrola que estuvo sin ver la luz del público durante muchos años y que fue recientemente encontrado. Su venta, que podía darse solo con la condición de que fuera a exponerse en un espacio público, se confirmó hoy mismo: el Museo de Bellas Artes de Bilbao pagará 300 mil euros para sumarlo a su colección.
Patti Smith cuenta en su autobiografía Éramos unos niños (Lumen) que iba a menudo al MoMA de Nueva York y lloraba delante del Guernica (1937), conmovida por aquellas escenas desgarradoras que parecían cobrar relieve. Picasso puso como clara condición que esta obra que hoy se exhibe en el Museo Reina Sofía, el más visitado del país, solo regresara a España cuando hubiera plena democracia. El Guernica es un ícono del horror que causa la guerra. Picasso se inspiró en el ataque que sufrió esta localidad vasca en 1937, devastada por el bombardeo de la Legión Cóndor alemana y las fuerzas aéreas italianas, comandadas por Franco, donde se registraron 1654 víctimas, todas ellas civiles.
En 1981 y tras arduas negociaciones con los Estados Unidos, el cuadro volvió a España. Fue, en parte, gracias, al hallazgo de una carta de un joven Max Aub, por entonces agregado cultural en París durante la Segunda República (1931-1939), donde dejaba claro el deseo de Picasso de donar esta obra al pueblo español. Uno de los artistas que más trabajó y cuya voz alzó durante la Transición para pedir por el regreso de esta obra de arte fue Ibarrola, hoy de 90 años, quien pintó un mural inspirado en el Guernica y que hoy el gran público puede disfrutar en ARCOmadrid.
Ibarrola es miembro también del denominado Equipo 57, un grupo de artistas que dominaron el arte geométrico. “Este grupo aspiró a cambiar la sociedad en la época de Franco a través del arte. Pero, lo que se encontraron es que con la geometría no tocaban a la sociedad, por eso muchos volvieron a la figuración y empezaron a ser realismo social”, explica a LA NACION José de la Mano, galerista e historiador del arte, quien realizaba hace algunos meses una investigación para una exposición cuando encontró una antigua fotografía: el Guernica de Ibarrola. “Hay un cuadrazo, porque no es una obra cualquiera, hecho en clave política en un contexto de Transición”, agrega y señala en el cuadro a la Guardia Civil y a los barrotes de la cárcel donde estuvo preso Ibarrola durante cinco años por su afiliación al Partido Comunista.
Guernica para Gernika, también conocido como el Guernica de Ibarrola, es un mural construido con 10 paneles, 10 xilografías que se encontraba guardado en el taller del artista. “Me llamaron los hijos de Agustín, quienes colaboran con él, y al día siguiente, a las seis de la mañana, agarré el coche en Madrid y a las 10 estaba en Guernica para ver la obra. Estuvo cuarenta años guardado y ahora sabemos que tendrá una página en los libros de Historia del Arte. No podemos otra vez guardarlo”, expresa el galerista su deseo de que pueda exhibirse permanentemente.
“En su repetición y en su homofonía concentra el proceso de identidad que entre obra y ciudad vasca quedó activado en el momento de la primera presentación pública del lienzo de Pablo Picasso, en el estudio del artista, antes incluso de que fuera instalado en el Pabellón de España”, explica la experta en arte Rocío Robles Tardío en el programa.
El mural está ahora en ARCO y tanto la galería como la familia del artista, que siempre lo asiste y acompaña, dispusieron que solo sería vendido a una institución que pudiera exponerlo en un espacio público. De la Mano adelantaba a LA NACION el jueves que había “negociaciones bastante avanzadas” de interesados en adquirir la obra. “No puedo precisar su precio porque tenemos varios tipos de negociaciones y, por la Ley de Transparencia, si lo compra un museo o una institución estatal tiene que anunciar públicamente el precio. Pero si lo compra una fundación privada, me han pedido que no trascienda en precio”, declaraba. Finalmente, el galerista acordó la venta por 300 mil euros al Museo de Bellas Artes de Bilbao. De este modo, el deseo del artista se ha cumplido y la obra será expuesta para el público general: terminada la feria, Guernica Gernikara se vuelve al País Vasco.
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