El escritor y periodista Flavio Lo Presti ganó el Premio Internacional de Cuentos Victoria Ocampo
También fueron distinguidas Gisela Olmedo y Sandra Flomenbaum; por otra parte, Juan Federico von Zeschau ganó la cuarta edición del Premio Futurock de Novela, que entrega un millón de pesos
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Más premios en el multiverso literario. Ayer se conocieron los nombres de los ganadores de la segunda edición del Premio Internacional de Cuentos Victoria Ocampo que organiza la Revista Be Cult, este año en alianza con el Centro Cultural de España en Buenos Aires, la Fundación Sur, la Fundación Santander por Mecenazgo y el Centro de Administración de Derechos Reprográficos de Argentina. El ganador del primer premio, con “El muñeco equivocado”, es el periodista y escritor Flavio Lo Presti (Córdoba, 1977), autor de crónicas autobiográficas y de libros de cuentos.
“Es la segunda vez que participo por un premio; gané uno a mis veinte años -dice Lo Presti a LA NACION-. El cuento trata de una mujer y un hombre que se encuentran, los dos tienen cuentas pendientes con un tercero y hay un muñeco con un nombre mal puesto que se vuelve el síntoma de un mundo equivocado”.
Lo Presti publicó las crónicas Recuerdos de Córdoba (China Editora, 2013) y Yo escribo mucho peor (Llanto de Mudo, 2015, reeditado en versión aumentada como Mucho peor por 17 grises en 2019), y los libro de cuentos Los veranos (17 grises, 2018) y Los nombres (Obloshka, 2021). Es profesor y licenciado en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba y se desempeña como crítico literario y periodista cultural en La Voz del Interior, Ñ y Cuaderno Waldhuter, entre otros medios, y también escribe el newsletter del Fondo de Cultura Económica, “Lecturas de fondo”. Fue becario de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y del Fondo Nacional de las Artes en tres oportunidades.
Se enteró de que había ganado el concurso ayer, en Córdoba. “A la mañana Claribel Terré me empezó a seguir en Instagram y me imaginé algo -cuenta-. Después estuve haciendo cosas bajo los cuarenta grados de Córdoba, el teléfono se me quedó sin batería y cuando llegué a casa tenía mensajes de ella por todos los frentes”.
El ganador del concurso ha “reciclado” su experiencia en los libros. “El desprecio por lo autobiográfico que campea últimamente en medios y declaraciones me deja un poco perplejo -dice el ganador del concurso-. Es como si el material autobiográfico fuera ontológicamente imposible de utilizar en literatura. Casi todo lo que he escrito le ha pasado a gente que se me parece, eso pueden tener en común las crónicas y mis cuentos: no veo por qué debería inventar un montón de cosas que no tienen que ver conmigo porque de golpe haya una impugnación caprichosa. Igual, este texto está en tercera persona y casi todo es ficticio, excepto algunas hebras de mi propia experiencia”.
Para Lo Presti, escribir es “siempre una dificultad”. “Trato de no pensar en algo así como el ámbito literario -señala-. Ni siquiera siento que exista, aunque es cierto que lo que sucede con y a otros escritores condiciona, produce fantasmas. No me ha sido difícil publicar, aunque mantenerse es difícil para todos. Con todo, y porque me preguntan si quiero decir algo sobre la coyuntura política, más difícil va a ser si gana las elecciones gente que no tiene ningún interés en la cultura, ni en la educación, ni en la salud, que probadamente nos la hizo pasar muy mal entre 2015 y 2019, y que ahora sacó de un foso de odio, como arma secreta, a una persona que no está en sus cabales”.
El jurado de esta edición volvió a estar presidido por el escritor cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias a las Letras; Claribel Terré Morell, directora de Be Cult y la escritora y académica María Rosa Lojo. El segundo premio se otorgó a Gisela Olmedo (Mendoza, 1981), por “Diente de Leche”, y el tercero, a Sandra Flomenbaum (Buenos Aires. 1975), por “Algunas cosas se hacen así”. Lo Presti recibirá $ 280.000; Olmedo, $ 200.000 y Flomembaum, $ 110.000. Los escritores mantienen los derechos sobre sus obras, que se podrán leer en la revista cultural.
Olmedo es licenciada en Comunicación Social y Magister en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional de Cuyo y se formó en Perspectiva de Género y Movimientos Feministas. Florembaum se formó en cine, teatro y fotografía, y ha dirigido dos cortometrajes, uno de los cuales se estrena actualmente en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Ambas hicieron talleres literarios con escritoras argentinas como Tamara Tenembaum, Belén López Peiró, Gabriela Luzzi, Fernanda García Lao, Cynthia Edul y Ana Montes.
También se otorgó una mención especial al cuento ”Donde suelen quedarse las cosas”, de Miguel Bruno, y recibieron menciones ”Lejos de la costa”, de Leandro Ríos; ”Jueves de Teatro”, de Mireya Ribas Medal, y “Laberintos”, de Rosa M. Ruiz Adanti. Se presentaron 2002 mil escritores con un único cuento, con seudónimo. El prejurado de selección estuvo integrado por escritores y críticos literarios: Flavia Pittella, Maxi Legnani, Mauricio Koch, Valeria Groisman, Esteban De Gori y Juan Pedro Finat.
Esta es la segunda convocatoria al premio literario de la Revista Be Cult que se produce cada dos años y cambia de nombre en cada ocasión para homenajear a un escritor reconocido. En la anterior edición del premio, que ganó Matías Alinovi, se homenajeó a Abelardo Castillo.
Además, Juan Federico von Zeschau ganó el Futurock Novela
La cuarta edición del Premio Futurock de Novela también tiene ganador: Federico von Zeschau (Buenos Aires, 1982), por su novela Chimangos. El jurado estuvo integrado por las escritoras Hinde Pomeraniec y Agustina Bazterrica, y el escritor Sergio Olguín. Concursaron 380 novelas inéditas de la Argentina y Uruguay. El ganador, politólogo, periodista y exasesor de funcionarios públicos, es autor de la novela política Fuego amigo (Maipue). Recibirá un millón de pesos en efectivo y Chimangos será publicada en Ediciones Futurock en diciembre, el mes del arbolito.
Los cuatro finalistas del premio fueron José Niemetz, Martín Di Lisio, María Belén de Franceschi y Pablo Ali.
El protagonista de Chimangos ha heredado una inmobiliaria de los padres, “fachada” con la que se hacen negocios turbios. La madre murió en la cárcel y el padre se suicidó, y su deseo ahora es vengarlos. Para eso, planea comprarle un campo a un millonario, un excompañero de su padre en el liceo militar (y que lo había traicionado). Según informaron los organizadores del premio, la novela consta de capítulos cortos y ágiles y el autor maneja muy bien el suspenso.
“Me llevó siete años escribir esta novela -reveló el autor-. La trabajé mucho con Silvia Itkin que me dio una mano impresionante y me ayudó a ver la obra de otra manera cuando creí que no había rumbo. Empecé a escribirla en 2016, en pleno macrismo. Yo soy empleado público y se hablaba mucho de la corrupción en el Estado y esta novela en algún punto fue una revancha para hablar también de la corrupción en el sector privado. El protagonista es un empresario inmobiliario muy corrupto que fuga su dinero, lava capitales, tiene cueveros, tiene testaferros, utiliza todas las herramientas que tiene a disposición para evadir al Estado”.
“No creo en el concepto de la perfección, me parece que no existe, pero esta novela está muy cerca de eso -dijo Bazterrica sobre la obra ganadora-. Es redonda, no tiene grietas, está impecablemente bien escrita y es una novela que podría convertirse en una película o una serie. Tiene capas de lectura, es de esos libros que los releés y les seguís encontrando cosas”.
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