Convocado por el Museo de Historia Natural del Londres, el concurso de fotografía recibió miles de imágenes de naturaleza; las mejores se pueden ver en una exposición y en esta galería
Casi 50.000 fotos de 95 países participaron de la 59ª edición del concurso Fotógrafo de Vida Silvestre del Año convocado por el Museo de Historia Natural de Londres. La mayoría alerta, con gran estilo y belleza, sobre los riesgos del cambio climático y la extinción de especies animales. Los ganadores de las diecinueve categorías -fotógrafos profesionales y aficionados- se anunciaron en la ceremonia de entrega de premios en South Kensington y la exposición de fotos premiadas y seleccionadas se inauguró el viernes en el Museo de Historia Natural de Londres.
El Gran Premio lo obtuvo el francés Laurent Ballesta -biólogo marino además de fotógrafo- por el retrato de un cangrejo herradura de tres espinas tomado en las aguas protegidas de la isla Pangatalan, en Filipinas. Como si fuera una escena de Bob Esponja, por encima del cangrejo herradura se ve a tres simpáticos jureles dorados juveniles.
El cangrejo herradura de tres espinas es una especie que tiene más cien millones de años, pero ahora se enfrenta a la amenaza de la extinción debido a su sangre, que se utiliza en el desarrollo de vacunas.
La foto ganadora de la categoría “Animales en su entorno” fue tomada por el israelí Amit Eshel en la cima de un precipicio, en el desierto de Zin, donde registró a dos íbices (cabras salvajes) nubios en pleno combate. Eshel usó una lente gran angular para tomar la fotografía. Según contó, la batalla duró unos quince minutos antes de que uno de los contendientes se rindiera.
“El muro de las maravillas”, del niño indio Vihaan Talya Vikas, ganó en su categoría (para concursantes de hasta diez años), con la foto de una araña tejedora de orbes que atrapa a su presa, junto a la imagen del dios hindú Krishna tocando la flauta. La foto fue tomada en un bosque en Nallur Heritag. La araña tejedora de orbes crea una red de hilos pegajosos en forma de rueda para atrapar insectos voladores. A medida que crece, extiende su telaraña, que enreda todo lo que cae sobre ella.
El mexicano Fernando Constantino Martínez Belmar ganó en la categoría de fotoperiodismo con “La topadora turística”, que muestra el devastador recorrido de una nueva línea ferroviaria turística en Paamul. La imagen fue tomada con un dron, que Belmar guio a través de cuatro kilómetros. La línea ferroviaria financiada por el gobierno conecta destinos turísticos vip y aporta beneficios económicos al sureste de México, pero también afecta los ecosistemas, amenaza reservas protegidas y sitios arqueológicos, e impacta en los pueblos indígenas.
“Ballenas haciendo olas”, del británico Bertie Gregory, ganó en la categoría de comportamiento de mamíferos. Gregory siguió a una manada de orcas que rodea un témpano con una pasajera a bordo: una solitaria foca. “Pasamos cada minuto de vigilia en el techo del barco”, dijo Gregory. Con el aumento de la temperatura que provoca el derretimiento de los hielos antárticos, las focas pasan más tiempo en tierra.
Una estremecedora foto de la estadounidense Karine Aigner ganó el premio a la mejor historia de fotoperiodismo. En “Los desprotegidos”, muestra una fila de concursantes que van a pesar a gatos monteses en un concurso de Texas, en marzo de 2022. Este certamen entrega más de treinta mil dólares al ganador. Para algunas personas (no solo en Estados Unidos), la caza de animales salvajes es un pasatiempo. En Texas, si bien existen regulaciones estrictas que protegen especies, ciertos depredadores como linces, pumas y coyotes no tienen protección y pueden ser asesinados en cualquier momento. En su ensayo fotográfico, Aigner indaga en los concursos y festivales que celebran la matanza de estas especies desprotegidas.
“Rostro del bosque”, del indio Vishnu Gopal, ganó en la categoría de retratos de animales. Gopal captó el momento en que un tapir de tierras bajas se asoma con cautela en la selva tropical brasileña, en Tapiraí. Al encontrar huellas en un sendero forestal cerca de su campamento, el fotógrafo esperó por más de una hora; utilizando una exposición prolongada y la luz de una antorcha para capturar la textura y el movimiento, enmarcó la cabeza volteada hacia un lado del tapir mientras emergía del bosque. Los tapires de tierras bajas dependen del bosque para su dieta de frutas y otra vegetación y, a su vez, actúan como dispersores de semillas. Esta especie está amenazada por la pérdida de hábitat (a causa de la expansión de la frontera agrícola) y la caza ilegal.
En la categoría de plantas y hongos, fue premiado el griego Agorastos Papatsanis por ¨Último aliento de otoño”, que registra el momento en que un hongo libera sus esporas en el bosque, en el Monte Olimpo, en Pieria. Fascinado durante mucho tiempo por los hongos, Papatsanis usó su paraguas fotográfico plateado para evitar que la cámara se mojara y cubrió su flash con una bolsa de plástico. Los toques de color provienen de la refracción de la luz que pasa a través de las corrientes de aire y la lluvia cargadas de esporas. Los hongos parasol liberan esporas de las branquias debajo del sombrero. Miles de millones de diminutas esporas viajan en las corrientes de aire.
“Guardería de hipopótamos”, del ruso Mike Korostelev, fue galardonada en la categoría “Bajo el agua”. La imagen muestra a una hipopótama y sus dos crías descansando en un lago poco profundo de aguas claras en la bahía de Kosi, en Sudáfrica. Durante más de dos años, el fotógrafo visitó a los hipopótamos en este lago. Para la toma, pasó solo veinte segundos bajo el agua, a una distancia segura para evitar alarmar a la madre. Los hipopótamos producen una cría cada dos o tres años. Su población de lento crecimiento es particularmente vulnerable a la degradación del hábitat, la sequía y la caza ilegal para obtener carne y marfil de sus dientes.
Con “Silencio para el espectáculo de serpientes”, el francés Hadrien Lalagüe ganó en la categoría de comportamiento de pájaros. Captó la alineación perfecta de trompetistas de alas grises que miran pasar a una boa. Lalagüe instaló su cámara junto a un sendero en la selva tropical que rodea el Centro Espacial de Guayana y cuidó por seis meses el equipo de la humedad, las hormigas masticadoras de plástico y los cazadores furtivos. Los trompetistas reciben este nombre por su canto vigoroso; pasan la mayor parte del tiempo buscando comida en el suelo del bosque: frutas maduras, insectos y alguna serpiente pequeña (no es el caso de la boa de tres metros).
“Exposición alpina”, del francés Luca Melcarne, obtuvo el premio al mejor portfolio por su historia sobre los animales que habitan en los Alpes franceses, entre otros, las cabras montesas. El fotógrafo, que además es esquiador y guía de montaña, revela en su trabajo la vida de los animales en los Alpes, en el parque natural regional de Vercors.
Esta fotografía del español Joan de la Malla ofrece una vista aérea del contaminado río Ciliwung, que atraviesa la ciudad de Yakarta, con la que ganó en la categoría de humedales. Su imagen documenta uno de los ríos más contaminados del mundo por la basura plástica, los desechos humanos, los fertilizantes agrícolas y los desechos de las fábricas, y también ilustra el creciente problema global de la contaminación del agua.
El neerlandés Lennart Verheuvel registra los momentos finales de una orca varada en la costa. Tumbada de costado sobre las olas, al animal le quedaba poco tiempo de vida. Un estudio reveló que no solo estaba gravemente desnutrida, sino también extremadamente enferma. Las investigaciones muestran que las orcas en aguas europeas tienen las concentraciones más altas de bifenilos policlorados del mundo. Estas sustancias químicas prohibidas pueden persistir durante muchos años en las redes alimentarias marinas, debilitan el sistema inmunológico y reducen la capacidad reproductiva de ballenas, marsopas y delfines.
“Luces fantásticas”, del indio Sriram Murali, ganó en la categoría de comportamiento de invertebrados. El fotógrafo y cineasta muestra un cielo nocturno y un bosque iluminado por luciérnagas. Mulali combinó cincuenta exposiciones de diecinueve segundos para mostrar los destellos de las luciérnagas producidos durante dieciséis minutos en los bosques cercanos a su ciudad natal, en Tamil Nadu. Las luciérnagas, que en realidad son escarabajos, son famosas por atraer parejas mediante bioluminiscencia.
No podían faltar las vedettes del reino animal: los delfines. Con la imagen de una pareja de delfines mulares frente a la costa oeste de Escocia, cerca de la isla de Syke, la joven fotógrafa italiana Ekaterina Bee, ganó en la categoría de 11 a 14 años. Los delfines mulares se pueden encontrar en todos los océanos del mundo, excepto en las regiones polares. Al vivir en pequeños grupos, son muy sociables y también uno de los principales depredadores marinos que viven en aguas escocesas.
El noruego Knut-Sverre Horn fue premiado en la categoría de vida silvestre urbana por su imagen de pichones de gaviota en un nido en una fábrica de pescado abandonada, en Vardø. La escena está iluminada por el sol tenue del verano, a la medianoche. Las gaviotas anidan en las estrechas cornisas de los escarpados acantilados costeros, pero recientemente se han trasladado a zonas urbanas debido a la escasez de alimentos provocada por el calentamiento de los océanos y la contaminación.
Más fotografías del certamen de vida silvestre en este enlace.