El Buenos Aires que imagina Nicole Krauss
Nicole Krauss, casada con Jonathan Safran Foer, el célebre autor de Todo está iluminado y Tan fuerte, tan cerca , es la mitad femenina de la nueva pareja de oro de las letras americanas.
Krauss, que todavía no cumplió los 35, estudió en Stanford y en Oxford, y tiene dos libros en su haber, Man Walks into a Room y La h istoria del amor, que fueron de un éxito rotundo de crítica y ventas (el escritor J. M. Coetzee, premio Nobel de Literatura, está entre sus numerosos fans).
Además, no sólo es conocida como la joven belleza del ambiente, sino que embarazada de siete meses de su segundo hijo, viajó a la Argentina ("tengo embarazos buenísimos, ni me doy cuenta", aclara) y sedujo a un auditorio lleno. O casi: "Dan ganas de clavarle una daga de pura envidia", resumió una amiga de esta redactora, que fue a ver la charla abierta que Krauss brindó en el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Filba).
Pero hay más. Porque la escritora del momento en EE.UU. no sólo es sencillísima, sino que pasó, encantada, dos días intensos en un auto de 1936 -sin aire acondicionado, con lugar para cuatro y en el que iban seis- recorriendo de San Telmo a Tigre, parando solamente para reponer energías a fuerza de torta rogel, alfajores y torta marquise con dulce de leche, exigencias de los argentinos del grupo.
Durante la charla en el Filba, Krauss ya había anticipado su interés por conocer la ciudad: "Yo tengo un Buenos Aires imaginario dentro de mi cabeza -dijo-, que seguramente se va a alterar cuando me enfrente con el Buenos Aires de verdad. Siempre hay una tristeza en eso, perder el lugar imaginario que uno tenía. ¿Cómo me imagino Buenos Aires? Bueno, está en gran parte construida en mi imaginación por leer a Borges. Me la imagino como un lugar de librerías antiguas llenas de olor a libros viejos. Un lugar que sabe aprovechar el caos. Eso es un talento que nos falta en los Estados Unidos. No valoramos suficientemente el caos...".
Krauss abordó con honestidad lo que significa ser parte de la pareja más caliente del circuito literario ("Es una vida igual a la de cualquiera. Llega la niñera por la mañana y nos ponemos a trabajar"), y lo que siente por haber tenido tanto éxito con sus novelas ("Me hubiera sentido defraudada si, a los 15 años, me hubiesen dicho que iba ser novelista"). Sin embargo, según los mensajes por e-mails que recibió esta redactora tras la entrevista pública, lo que más interesó al público fue saber cómo se compararía el Buenos Aires real de Krauss con el Buenos Aires imaginario que describió. Aquí va la respuesta: Le pareció bastante parecido, ¡pero con mucho más dulce de leche!