El brillo de la vida cotidiana
La vida cotidiana tiene esos pliegues donde ficción y realidad se confunden. Hace unos días, estaba en el pasillo de un jardín de infantes entre madres y padres que escoltaban a sus hijos de 3 años que entraban y salían de las salas curiosos, llevando juguetes o simplemente llorando en ese proceso fulminante llamado "adaptación". Y, sin pensarlo, empecé a decirles a todos: Hay un autor noruego que se llama Karl Ove Knausgård que deberían leer. Él escribe sobre esto que estamos viviendo. Y empecé a contar el inicio de la novela Un hombre enamorado en la que se describe a lo largo de cincuenta páginas un cumpleaños infantil. Los padres me miraban un poco azorados mientras en mi cabeza resonaban las palabras de Knausgård.
"La vida diaria y cotidiana con sus obligaciones y rutinas era algo que soportaba, no algo que me hiciera feliz... Siempre añoraba estar en otro sitio, siempre deseaba alejarme de lo cotidiano, y siempre lo había hecho. De manera que la vida que vivía no era la mía propia. Intentaba convertirla en mi vida, esa era la lucha que libraba, porque quería, pero no lo conseguía, la añoranza de algo diferente minaba todo por completo."
El proyecto de Knausgård que lleva el nombre de Mi luchaconsiste en seis novelas autobiográficas en las que el lector tiene la sensación de conocer todo sobre ese hombre de treinta y tantos años con tres hijos que pasa las horas entre las tareas domésticas y la fiebre de la escritura. En el primer tomo, La muerte del padre dedica el último cuarto de la novela de quinientas páginas a describir cómo limpió cada rincón de la casa de su padre después de su muerte. El padre alcohólico había muerto en circunstancias confusas en la misma casa donde vivía con su madre de más de 80 años, también alcohólica, dejando detrás de sí las huellas de sus últimos años de su vida: botellas vacías, sillones explotados, restos de excrementos. Fregar la casa y llorar es todo lo que hace el protagonista hasta que toma fuerza para ir a ver el cadáver de su padre en la casa funeraria para comprobar que efectivamente está muerto.
Alguien puede pensar que a quién le puede interesar 3.600 páginas sobre la vida cotidiana de un hombre. Sin embargo, Mi lucha de Knausgård se convirtió en un best seller mundial, sorprendiendo a todos, especialmente a su autor, que luego del éxito rotundo y de las reacciones furiosas de su entorno, se fue a vivir al campo para alejarse de todo.
La escritura de Knausgård trabaja con obsesión sobre el presente y todo el pasado que nos habita, logra desmenuzar cada momento banal al punto de que las frases mismas parecen respirar. La vida desnuda: el olor putrefacto de los pañales en la basura, la nariz rota del cadáver del padre, las botas altas de la chica sexy que lidera las clases de músicas para bebés... Todo. Todo se cubre de un raro resplandor, de ese brillo insoportable de cada día. Como si la vida cotidiana fuera ese lugar donde nos sentimos a salvo y al mismo tiempo, nos vemos perecer.
La autora es escritora, dramaturga y directora de teatro