El Bellas Artes se renueva con más salas argentinas y obras jamás expuestas
Tras dos meses cerrado, el museo vuelve al ruedo con cuatro muestras y el estreno de una sala dedicada al precolombino y al colonial
Entre andamios, latas de pintura, polvo, pinceles, herramientas, cuadros y esculturas cubiertos con plástico y obreros con casco se acercan al final los trabajos de remodelación del Museo Nacional de Bellas Artes, que reabre el viernes después de casi dos meses de obras.
Andrés Duprat, director del MNBA, camina por los pasillos renovados en estado de éxtasis. Está exultante. Todavía falta terminar la sala que alojará cerca de 400 piezas de arte prehispánico, pero ya se puede conocer el espacio donde funcionará la nueva tienda, sobre el ala izquierda, donde antes se exhibía arte medieval. En una visita exclusiva con el arquitecto Duprat como guía, LA NACION recorrió el edificio de Avenida del Libertador al 1400 que ofrecerá al público una modalidad de circulación más amigable y un reordenamiento cronológico de las muestras permanentes, con la incorporación de obras del acervo que estaban en depósitos.
"El proyecto tiene dos ejes: el arquitectónico, que buscó simplificar el recorrido desde el ingreso, ya que los que visitaban el museo por primera vez no entendían por dónde empezar. El otro eje tiene que ver con el guion curatorial, en principio, de la planta baja: incorporamos arte prehispánico y colonial, y ampliamos la exhibición de arte argentino hasta el centenario, en orden cronológico", cuenta Duprat. Habrá seis salas con obras de artistas nacionales, donde se destacan, entre otras, El despertar de la criada, de Eduardo Sívori, y Sin pan y sin trabajo, de Ernesto de la Cárcova.
Las piezas de arte prehispánico y colonial se exhibirán en vitrinas en la sala del ala derecha donde estaban las obras del siglo XIX. Ahora hay aberturas que conectan el nuevo espacio permanente (pintado de bordó y con una iluminación teatral) con los pasillos que conducen, por ejemplo, a las salas impresionistas. Ese cambio apunta a sumar una perspectiva latinoamericana, algo que, según entiende Duprat, le faltaba al Bellas Artes.
Curado por María Alba Bovisio, el sector albergará unas 380 piezas de culturas del noroeste argentino de entre los siglos V y XV que pertenecen a las colecciones del MNBA y del Ministerio de Relaciones Exteriores: objetos de uso cotidiano, de rituales sagrados, piezas textiles, de piedra, hueso, cerámica y metal. En la antesala se montarán 22 tablas de la serie La conquista de México, realizadas por Miguel Gonzales entre 1696 y 1715, con incrustaciones de nácar. "Es un relato visual de la conquista de Hernán Cortés. Son únicas", explica el director.
El viernes pasado todavía trabajaban allí pintores que retocaban las paredes con rodillos y restauradoras que limpiaban marcos y vitrinas con finos pinceles. Así como en ese espacio ahora se destaca el color fuerte en techos y paredes, en otros (como los que alojarán obras de arte medieval) se bajó el tono de la pintura para que resalten las luces y las sombras de óleos y acuarelas. Para la refacción de ese sector, cuenta Duprat, fue fundamental el apoyo económico de la Asociación de Amigos, que a partir del viernes ofrecerá catálogos, afiches y merchandising en la nueva tienda de la planta baja, a la que se podrá acceder sin pagar entrada.
El primer paso del plan director de Duprat, que asumió el cargo que ganó por concurso a fines de 2015, fue mejorar el hall de ingreso con un nuevo puesto de informes, una rampa para discapacitados y coches para bebés y la apertura de los laterales de la escalera que habían sido tapados en una reforma anterior y no respetaban el diseño original del arquitecto Alejandro Bustillo. La remodelación actual es el segundo gran paso del proyecto de esta gestión. Queda pendiente, con fecha incierta, la decisión política y económica de encarar la ampliación del edificio.
El Bellas Artes fue una de las escasas instituciones dependientes de la Secretaría de Cultura de la Nación que recibió este año un 40 por ciento más de presupuesto: alrededor de 170 millones de pesos. Buena parte de ese monto se utiliza para pagar salarios, servicios y demás gastos fijos, explica Duprat. Con lo que ingresó por el valor de las entradas (desde septiembre pasado, los residentes pagan $ 100 para ver las muestras del pabellón temporario y los extranjeros, un ticket de $ 200 que incluye las muestras permanentes y las temporarias), el museo pudo, por ejemplo, adquirir una obra de Diana Dowek en 600 mil pesos, que se exhibirá en la muestra Pintura y memoria, con la producción de la artista argentina de la década de 1970. Inaugura el viernes junto con Ninfas, serpientes, constelaciones. La teoría artística de Aby Warburg.
Desde el próximo viernes, en el pabellón de muestras temporarias, se exhibirán 58 obras de Carlos Alonso. El homenaje a los grandes maestros argentinos es uno de los pilares de la gestión de Duprat: después de Alonso llegará al Bellas Artes la obra temprana de Julio Le Parc.
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