El Ateneo: la historia centenaria de la editorial que creció hasta fundar la librería más linda del mundo
Creada en 1912 por un inmigrante español, El Ateneo convocó a autores de todas las latitudes en su catálogo y en los tradicionales locales de Florida y avenida Santa Fe; su sede Grand Splendid figura en los rankings de las librerías más lindas del mundo
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Celebridades y gente común, mascotas, países, museos, clubes de fútbol e incluso editoriales y librerías cumplen años. Este sábado la editorial y librería El Ateneo -cuyas sedes fueron visitadas por Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Mario Benedetti, Rosa Montero, Mario Vargas Llosa, Marta Lynch, Manuel Mujica Lainez, Slavoj Žižek, Alejandro Dolina, Ken Follett, Isabel Allende, Claudia Piñeiro, Quino, Abelardo Castillo, Alan Pauls, Hebe Uhart y Martín Kohan, entre muchos otros- festeja sus primeros 110 años de vida. Un “ateneo” es, según el diccionario de la RAE, “una asociación cultural, generalmente, de tipo científico o literario”. La diosa Palas Atenea, que tuvo su primer templo librero a principios del siglo XX en Buenos Aires, se sentiría orgullosa.
Inaugurada en 1912 en la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) 653, entre Perú y Chacabuco por el inmigrante español Pedro García -el “as de los libreros de América”-, desde el inicio El Ateneo produjo y vendió libros. Librero y republicano desde su juventud, García advirtió que había libros que no se conseguían en suelo rioplatense; los primeros que lanzó fueron de salud pública, orientados a mejorar la calidad de vida de la población. Así surgieron los vínculos de El Ateneo con la medicina, que terminaría por ser el punto fuerte del catálogo de la editorial. Con el tiempo, prestigiosos investigadores como los ganadores del Premio Nobel Bernardo Houssay y Luis Federico Leloir asesorarían a los editores para enriquecer el catálogo.
Los primeros libros que salieron de la imprenta contratada por El Ateneo, en 1913, fueron las Bases, de Juan Bautista Alberdi, y Vida de Franklin, del historiador francés François Mignet. Un catálogo de 1922 revela los intereses de los lectores argentinos por aquellos años. Por un lado, sobresale la impronta española del fundador, porque existe un ítem titulado “Literatura cervantina”, con una compilación de textos sobre el Quijote, firmada colectivamente como “El Ateneo de Madrid”. La institución, fundada en la capital española en 1835 y que perdura hasta hoy, organiza actividades destinadas a la difusión de las ciencias y las letras, y es probable que haya servido de inspiración para García cuando eligió el nombre de su librería y su editorial. La contratapa de ese catálogo ofrece a “los cultores del arte y las letras” el volumen Museo español de Antigüedades a 600 pesos, una obra cara ese entonces, cuando el precio de un libro rondaba los veinte pesos.
García había implementado un sistema de cuentas corrientes que les permitía a los lectores llevarse los libros y pagarlos a medida que su economía se los permitía. Entre quienes no saldaron sus deudas figura un Presidente de la Nación: Agustín P. Justo. A esa modalidad comercial, se sumaban los catálogos que permitían comprar por correo a los lectores de las provincias o, incluso, de otros países de habla hispana. La editora Adriana Hidalgo, nieta de García y hoy responsable del sello A.hache, contó que su antecesor dedicaba mucho tiempo al trabajo y apenas se permitía salidas con su familia.
En 1917, la librería se mudó a Florida 371, por entonces una calle muy elegante. Luego, en 1932, la empresa abrió una sucursal en Córdoba 2099, frente a la Facultad de Medicina. El catálogo de Ciencias Médicas de El Ateneo tenía mucha importancia, tanto en el país como en el exterior. Al cumplirse las bodas de plata, en 1938, se traslada al tradicional edificio de Florida 340, un local de varios pisos, propiedad de uno de los pioneros del cine y la fonografía, el ucraniano Max Glücksmann, que también era propietario de la sala del Grand Splendid, donde se instalaría El Ateneo tiempo después y con lo que ganaría la reputación de ser una de las librerías más hermosas del mundo.
En Florida 340, gracias a la amplitud y la elegancia del edificio art nouveau, El Ateneo se transformó en un lugar clave de la vida cultural. El escritor mexicano Carlos Fuentes reveló que a los quince años había comprado en esa librería su primer ejemplar de Borges. El local acompañó la pujanza de la industria editorial argentina. La Guerra Civil Española había provocado que muchos editores, ante la censura franquista, se instalaran en la Argentina, que se convirtió en el primer polo editorial en lengua hispana. En esos años, El Ateneo tuvo publicó clásicos como la Divina Comedia, el Decamerón, los ensayos de Montaigne y textos selectos de Shakespeare, Maquiavelo y Rubén Darío. En la librería, además, se implantó la práctica de colocar mesas de novedades para descubrir títulos a primera vista.
“Peñas de Escritores”, luego llamadas “Peñas de la Amistad”, tuvieron lugar en esa sede y fueron frecuentadas por autores como Manuel Mujica Lainez, Jorge Luis Borges, Eduardo Mallea, Horacio Quiroga, Victoria Ocampo, Julián Centeya, Conrado Nalé Roxlo, Ezequiel Martínez Estrada, Roberto Giusti, María Elena Walsh, Juan Filloy y Héctor A. Murena, entre otros. Mientras pasan los años, la librería de Florida 340 siguió recibiendo a visitantes ilustres como el expresidente uruguayo José María Sanguinetti, Héctor Larrea, Nicolás Guillén y Ray Bradbury.
A partir de 1998, el Grupo Ilhsa se hizo cargo de El Ateneo, y la sumó a la cadena de librerías Yenny. Desde entonces comenzó un plan de expansión, con nuevas sucursales, y otro de renovación del catálogo editorial, en asociación con sellos internacionales como Grasset, Gallimard, Rizzoli, Gallucci, Dorling Kindersley y Wiley, entre otras. Se publicaron biografías de personajes históricos y contemporáneos, traducciones de grandes obras de la literatura universal adaptadas para el público juvenil, libros de divulgación histórica, de investigación periodística y ensayo. Un particular hito de ventas de esa época lo conformaron los libros del periodista Víctor Sueiro, con cientos de miles de ejemplares vendidos. Otro best seller de El Ateneo es Mi planta de naranja lima, de José Mauro de Vasconcelos. En los archivos de la editorial se preservan los contratos firmados por el autor brasileño, leído por millones.
Mientras que el local de Florida 340 fue dedicado a Borges, la librería de la avenida Santa Fe 1860 -de dos mil metros cuadrados, cuatro niveles y una cafetería- honra la memoria de Sabato. Pocos visitantes extranjeros dejan de visitarla y sacar fotos al mural de Nazareno Orlandi en la cúpula. Una nota del diario británico The Guardian ubicó El Ateneo Grand Splendid en el segundo lugar entre las librerías más bellas del mundo. “El Ateneo retuvo su antiguo esplendor, con su cúpula pintada, los balcones originales y la ornamentación intacta -dictaminó-. Hasta el telón de terciopelo es parte del show. Hay sillones repartidos, el escenario se usa como espacio de lectura y café y, todavía mejor, los palcos se utilizan como pequeñas salas de lectura”. En 2019, National Geographic la puso en el primer puesto del olimpo de las librerías.
Con motivo de su 110° aniversario, El Ateneo relanza este sábado “Primavera de la Letras” en Florida 340. En 1968, luego de los primeros años del “onganiato”, se lanzó por primera vez esta iniciativa, ideada por Francisco Gil, que había ingresado a trabajar en la librería como cadete en 1931. Durante esas jornadas, los escritores firmaban ejemplares de sus libros. Leopoldo Marechal, participante de esos encuentros, recordó que una lectora lo había retado por el “error de ortografía” en el título de Adán Buenosayres. La “Primavera de las Letras” es considerada un antecedente de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en la que Eustasio García, sobrino de Pedro García, fue el primer presidente ejecutivo.
“Pensamos que ante una fecha tan importante, y después de dos años duros por la pandemia, sería buena idea relanzar ese evento en el mismo local que le dio origen, pero con un espíritu más contemporáneo -dice a LA NACION Jorge González, director comercial del Grupo Ilhsa-. Es un gran orgullo ver que nuestra marca El Ateneo haya alcanzado 110 años de historia. Habla de su capacidad en conformar buenos equipos de trabajo, de afrontar distintas coyunturas propias de nuestro país y de adaptarse a nuevas formas de consumo cultural. Para la cadena de librerías, nada de esto podría haberse sostenido sin el apoyo y cariño de nuestros clientes por sus locales de El Ateneo más cercanos, a lo largo de tantos años. Y que una cadena de librerías tenga desde su nacimiento una editorial, con un catálogo riquísimo, es de una singularidad muy especial. En fechas importantes como estas, solemos organizar los festejos en conjunto, manteniendo el espíritu original de su fundación. Esta vez, planificamos un gran evento central y varias acciones en redes sociales”.
La sede El Ateneo en Córdoba es visitada por 61.000 personas por año; la de Florida 632, por 86.500 lectores; la de La Plata, por 164.000, y la de Rosario, por 126.500. El Ateneo de Florida 340 recibe a unas 225.000 personas por año y El Ateneo Grand Splendid, a 797.000.
Luego de la “Primavera de las Letras”, los festejos seguirán en Facebook e Instagram. “Primero vamos a postear entrevistas a los encargados de todos los locales El Ateneo del país -anticipa González-. Luego, lanzaremos el concurso ‘Mi local favorito’, donde invitaremos a nuestros seguidores a compartir fotos tomadas en esos locales. Y finalmente mostraremos muchas fotos históricas, y de autores y músicos que confiaron en nosotros para presentar sus libros y discos”. León Gieco, Fito Páez, Gustavo Santaolalla, Adrián Iaies, Les Luthiers, Chayanne, Abel Pintos, Gustavo Cerati y Luciano Pereyra, entre otros, pasaron por El Ateneo.
Durante la “Primavera de las Letras”, que se desarrollará en Florida 340, habrá firmas de ejemplares de los escritores Cristian Acevedo, Leandro Vesco, Jason Wilson y Valeria Becerra, en simultáneo y a partir de las 14. A las 15, llegarán birome en mano Luz Larenn, Florencia Vercellone y Laura Miranda; a las 16, Daniela de Lucía y Guillermina Lopata; a las 17, Gloria Casañas y Rosario Oyhanarte, y, media hora después, Erica Vera.
A las 12:30, en el auditorio del primer piso tendrá lugar la charla “Criar sin morir en el intento” con la psicóloga y escritora Carolina Mora y las especialistas Aldana e Ileana Contrera, Carina Schwindt, Mariana Fernández y Valeria Becerra. Coordina la editora Carolina Genovese. A las 14:30, sigue “Me quiero y quiero bien”, con Virginia Busnelli, Patricia Faur y Helena Estrada, también coordinada por Genovese.
Y a las 16:30, en “Un amor de novela” debatirán Florencia Vercellone, Laura Miranda, Erica Vera, María Border y Carlota del Campo, con coordinación de la editora Marina von der Pahlen. “Es muy importante para un escritor o una escritora el acompañamiento y la mirada de la editorial; muchas veces, al escribir se cometen errores o se pierden de vista ciertas cosas y está el editor o la editora que apuntala la historia -dice Vercellone, que acaba de publicar en El Ateneo su novela Todo por volver a verte-. Un libro se va abriendo camino solo pero es necesario el sello que va a estar respaldando y diciendo ‘vale la pena leer esta historia’”.
Los chicos podrán participar a las 14 y 15:30 de las narraciones de Antonella Rocchi de A otro lugar de Carolina Mora y La guerra de las granjas de Alexiev Gandman, con la presencia de ambos autores. ¿Habrá torta de cumpleaños?
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