El arte argentino llamó la atención de los reyes de España en la apertura de ARCO
Madrid.- El arte argentino tuvo un momento especial en la feria de arte contemporáneo ARCO, que hoy se inauguró en Madrid.
Los reyes Felipe VI y Letizia incluyeron uno de los espacios de galeristas argentinos en su recorrido inaugural. "Fue un momento muy agradable", dijo a LA NACION Orly Benzacar, cuya galería fue visitada por los monarcas.
Este año ARCO reúne a más de 200 galerías de todo el mundo. Más de 40 son de la región, con una fuerte representación de Perú, que este año es país invitado, al igual que hace dos años lo fue la Argentina.
Ocho galerías llegaron desde nuestro país: Barro, Del Infinito, Rolf Art, Jorge Mara-La Ruche, Ruth Benzacar, Walden Gallery, Pasto y Henrique Faria.
Todas ellas superaron los obstáculos de un año "muy difícil y complejo" en lo económico para hacerse presentes, según sintetizaron varios de ellos a LA NACION.
La expectativa es la venta, pero no significa necesariamente que las operaciones se cierren durante los cuatro días de feria. "Esto apenas empieza y es siempre una apuesta", dijo Ricardo Ocampo, de Walden.
Puerta del mercado europeo para muchos artistas de la región, es tradición que los reyes inauguren esta muestra que cumple 38 años.
Una de las notas del día, sobre todo, para nuestro país, fue la inclusión de la galería Ruth Benzacar en el fugaz recorrido que hacen todos los años.
No es un recorrido al azar. Se planifica cuidadosamente y se informa con anticipación a los galeristas que los reyes pasarán por allí.
Obviamente, parte del morbo para la prensa española estaba en saber si Felipe VI pasaría por el stand de Prometeo, la galería que tiene colgado un muñeco con su figura. La idea es que quien lo compre, lo queme en menos de un año y aparezca entonces una calavera del rey.
Obviamente, el rey no pasó por allí. Se retiró sin siquiera haberse acercado.
Sí, en cambio, pasó por Benzacar. Allí, tanto Felipe como la consorte Letizia apreciaron obras realizadas por Mariano Sardón y Mariano Sigman. El primero de ellos estaba en el local y pudo explicar en persona el sentido de su obra.
"Fue un momento muy agradable, con comentarios sobre la interacción entre ciencia y arte", recuperó Benzacar.
El compromiso era lograr una edición "atractiva, que esperamos que seduzca al comprador", según su codirector, Carlos Urroz. ARCO, como institución, no hizo comentario alguno sobre el muñeco del rey, que se vende a 200.000 euros, con el compromiso de que el comprador lo queme.
"Es una provocación de mal gusto. No tiene ninguna gracia", dijo el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien participa en el programa de la feria.
"Dicen que es arte provocación. Pero, para mí, lo que es provocación es que eso se venda a 200.000 euros", disparó a su vez la artista plástica argentina Silvia Goytía, de visita en la muestra.
La inauguración fue una guerra de brazos en alto con móviles en modo cámara. Unos sacaban fotos al muñeco. Otros, lejos de allí, enfocaban a los reyes. En la mañana de la inauguración, los favoritos fueron los reyes de verdad.
Junto a los reyes estaban el presidente del Perú, Martín Vizcarra y su mujer, Maribel Díaz. Cerca de ellos paseaban su felicidad Vargas Llosa y la mediática Isabel Preysler.
Barro llegó con una muestra exclusivamente de artistas mujeres: Mónica Girón, Agustina Woodgate y Amalia Ulman. Del Infinito, con un show dedicado exclusivamente a Rogelio Polesello. "Su obra cobra día tras día más vigencia", dijo a LA NACION Julián Mizrahi.
La gran puerta al mercado ya está abierta. Sólo queda esperar.
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