El agua, la luz y la luna según Da Vinci, a 500 años de su muerte
FLORENCIA.- El 2 de mayo del año próximo se cumplen 500 años de la muerte de Leonardo da Vinci (1452-1519). Anticipándose a las celebraciones "leonardianas" que habrá en todo el mundo para recordar este aniversario y homenajear a uno de los grandes genios de la humanidad, la Galería de los Uffizi exhibe hasta el 20 de enero próximo el Código Leicester. Se trata de uno de los valiosísimos cuadernos escritos por el gran inventor, científico y artista en Florencia entre 1504 y 1508, con apuntes extraordinarios que registran sus observaciones sobre el agua, la luz y la luna.
Formado por 36 hojas o 72 páginas manuscritas –escritas de derecha a izquierda, porque Leonardo era zurdo-, el Código Leicester (también llamado Hammer por su anterior propietario) es propiedad del magnate estadounidense Bill Gates, que lo compró en 1994 en 30 millones de dólares.
Este tesoro único volvió ahora a Florencia para homenajear a su autor, en una muestra titulada El agua, microscopio de la naturaleza. El Código Leicester de Leonardo da Vinci. Gracias a seis estaciones multimedia y pantallas interactivas, logra hacer llegar al público en forma fácil y accesible las intuiciones del gran genio toscano.
"El código no es fácil de entender. Por eso necesitamos dos años de preparación para sumarle un esfuerzo multimedia que le hiciera justicia a su importancia y a su carácter innovador", explicó a LA NACION Paolo Galluzzi, curador de una exhibición que revela la vastedad inaudita de horizontes explorados por la mente de Leonardo.
"El manuscrito fue compilado en las fase más creativa de su existencia, en el corazón de una Florencia mágica, que entonces era una verdadera ‘escuela del mundo’. Documenta la obsesión cognoscitiva de Leonardo por el agua, por sus movimientos en vórtice, por su fuerza y la potencia destructiva que la caracterizan", destacó Galluzzi, que es también director del Museo Galileo.
Pantallas gigantes con animaciones revelan la impactante clarividencia de los estudios de Leonardo: así como fluyen y se ramifican los ríos, fluye y se ramifica la linfa de los árboles y fluye y se ramifica la sangre en el cuerpo humano.
También puede verse el ambicioso proyecto realizado por Leonardo, en su faceta de ingeniero, para que el río Arno, que atraviesa Florencia, pudiera volverse un curso navegable hasta el mar, algo que incluía un sistema para realizar un canal y otro para perforar las montañas. "Eso representaba entonces lo mismo que significa hoy ir a la Luna", afirmó Galluzzi, que destacó la modernidad de Leonardo también en otras dimensiones.
"En su época, la Luna era considerada una esfera de cristal perfecta. Y él, como puede verse en el Código Leicester, se dio cuenta de que eso no era posible. Como también se dio cuenta de que la Tierra era mucho más antigua de lo que se pensaba en ese momento, y que el hombre no podía haber nacido al mismo tiempo que ella, como decía la Biblia… En esa época, decir eso era ir en contra de la cosmovisión del momento, era una herejía", subrayó.
En la muestra también pueden admirarse, gracias a logradas animaciones en pantallas, los dibujos de Leonardo sobre los movimientos de las alas mecánicas, estudios sobre la fuerza del vapor y el primer medidor de distancias a través de engranajes y bolitas que caen de un recipiente.
"El gran público conoce a la Mona Lisa de Leonardo y no se da cuenta de que detrás de esta pintura están los descubrimientos científicos presentes en el Código Leicester", aseguró Galluzzi, que destacó cómo Leonardo se distinguió a nivel pictórico, justamente por ello, de otros maestros del Renacimiento como Miguel Ángel y Rafael. "El secreto de Leonardo está allí", agregó.
"No podemos separar al Leonardo científico del Leonardo artista, todas las facetas están conectadas", coincidió Eike Schmidt, director de los Uffizi. Según contó a LA NACION, no fue difícil convencer a Bill Gates para que prestara el valiósisimo Código. "Gates nunca lo cede, pero lo hizo porque la muestra logra dar al público algo más y hacer accesibles las teorías más abstractas de Leonardo".
"Al mismo tiempo, al alojarse lugar en la planta baja de los Uffizi –agregó-, el visitante tiene la oportunidad única y extraordinaria de subir luego a admirar su obra pictórica en la sala que le dedica el museo, visitado cada año por más de dos millones de personas".
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