Eduardo Stupía. “Me preocupa más la retirada del Estado en salud y educación pública que en el apoyo al arte”
El artista expone un centenar de pinturas en el Pabellón de las Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina; “Vivimos en un ambiente muy fértil, pero el público no se multiplica como los artistas”, dice
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En el Pabellón de las Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina, el maestro Eduardo Stupía exhibe hasta el lunes 22 un centenar de obras en De este lado del horizonte, título con el que desafía una proposición del escritor francés Marcel Proust: “Veo en mi pensamiento con claridad las cosas hasta el horizonte. Pero me empeño en describir solo aquellas que están del otro lado del horizonte”. Para Stupía, debido a la materialidad de la obra (y su pintura pone el acento en este aspecto), el horizonte está del lado de los espectadores. “No quiero matarle el punto a Proust, pero la cita corresponde a esa idea de que lo trascendente está más allá -dice el artista a LA NACION-. Pensé en la idea del horizonte como una línea imaginaria a la que no se llega nunca, pero a la vez en el plano es importantísima porque define el campo visual”.
La muestra estuvo al cuidado de Cecilia Cavanagh, directora del espacio. “Con el acople de un mosaico, en cada fragmento se aprecian pinceladas apaisadas que probablemente correspondan a la inmensidad ilustre de la pampa, y que logran manifestar asimismo su carácter señorial. Y en la estructura de otro mosaico, con gamas de rojo, de negro y de blanco, las pinceladas y los trazos cortos y largos de cada obra son revueltos, expresando acaso una inquietud de este mundo aun no resuelta”, describe en el texto de sala que se puede leer completo en este enlace (igual que el del artista).
Si bien se pueden apreciar en forma independiente, las pinturas están organizadas en “capítulos”. Polípticos, “mosaicos” o dameros de nueve, doce y más pinturas componen enigmáticas vistas panorámicas, “cómics abstractos” en blanco y negro o con una paleta de colores que se entremezclan e incluso diseños de banderas de territorios irreales. La “gramática stupiana” está conformada de franjas horizontales de color en las que asoma el blanco del papel; bruscas verticales negras, grafismos, insinuaciones figurativas y atmósferas borrascosas.
La muestra agrupa obras de un periodo que va de 2013 al presente. También hay pequeñas acuarelas que, por primera vez, Stupía amplió por diez en su tamaño para imprimir en gran escala. “Eran de un cuaderno de tintas que hice en la pandemia -cuenta-. Hay cosas que aparecen solo con la ampliación”.
“El horizonte es una referencia que está y no está -dice-. Está instalado en la arquitectura general del plano y en los fenómenos que ocurren en ese plano. Aparecen ciertas líneas, aunque no puntos de fuga como en otras obras mías”. Se exhibe, además, de cara al río, una composición híbrida de gran formato (que combina monocopia y grabado) que había sido expuesta en 2017, en Colección Fortabat.
Stupía trabajó con espátula, pinceles, grafito, témpera y acrílico sobre papel. Sobre la presentación de las obras en conjunto, revela que quiso provocar “un fenómeno activo de espacio y atmósfera, de continuidad y contigüidad”. Gracias al amplio espacio del Pabellón, muestra por primera vez sus obras de este modo.
En un momento en que el costo de los materiales (como el costo de vida) aumentó considerablemente, el artista -que también es escritor y editor del sello Ripio- hizo acopio de papel para seguir trabajando. “Todo lo demás es muy caro: el mantenimiento de los talleres, los montajes -señala-. El contexto me afecta, sobre todo, en cuanto a cómo se percibe la obra en el escenario receptivo; una cosa es la seguridad que tiene uno cuando construye un trabajo y otra la conciencia de la receptividad de ese trabajo en el ambiente en que uno se mueve”.
En su opinión, en el mercado de arte argentino hay mucha más oferta que demanda. “Las generaciones nuevas son muy talentosas y muy profusas; eso ha hecho que los artistas que somos veteranos estemos en un escenario muy competitivo -explica-. Eso no influye en la obra sino en la recepción, en cómo se escucha la voz propia en el medio actual. Vivimos en un ambiente muy fértil, pero el público no se multiplica como los artistas”.
“Me preocupa más la retirada del Estado en salud y educación pública que en el apoyo al arte -dice-. Ningún Estado es capaz de cobijar, al menos en ciertos países como el nuestro, la productividad del arte. Algunos estamentos que existen podrían ser más sólidos y más sensitivos, pero me preocupa más la ausencia del Estado en otros campos. En la Argentina, el Estado no le encontró al arte una hipótesis de productividad en la gran economía; ni siquiera se piensa en eso”.
La exposición incluye obras de artistas que participaron de uno de los cursos de dibujo que Stupía dio en la Universidad Torcuato Di Tella: Liliana Casanovas, Carolina Di Paola, Dana Fanego, Luciana Guerra, Denise Sánchez y Valeria Tobar. “Una vez concluido el curso conformamos, por iniciativa de ellas, un grupo de práctica y estudio de taller, a partir de lo cual seguí paulatinamente la evolución de sus trabajos y ahora, en carácter de colegas y ya no de alumnas, pensé que podía ofrecerles un sector del espacio para que mostraran sus obras, producidas sin ninguna relación directa con los contenidos de la muestra”, cuenta.
Es uno de los artistas convocados para la próxima edición del Festival de Literatura de Buenos Aires (Filba). El domingo 29, a las 11, en el Cementerio Británico leerá textos de su amigo, el escritor Sergio Chejfec; Analía Couceyro leerá textos de Tamara Kamenszain y Mariano Vespa, de Charlie Feiling. Para asistir, hay que inscribirse en este enlace.
Para agendar
De este lado del horizonte, de Eduardo Stupía, se puede visitar hasta el 22 (sábado y domingo incluidos), de 11 a 19, en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA en Puerto Madero (Av. Alicia Moreau de Justo 1300), con entrada libre y gratuita.
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